Porches y vaciados en Barcelona

Dice la memoria de la norma urbanística del 22@: “Los proyectos de edificación minimizarán las plantas bajas palafíticas para evitar la desertización de los frentes edificados. Si se prevé alguna, el proyecto justificará suficientemente la idoneidad y conveniencia de la propuesta, atendiendo a la mejora de los espacios públicos con los cuales confronte, y a la proporción, funcionalidad y coherencia del espacio resultante. Los espacios resultantes de los vaciados en planta baja deberán tener una lectura clara, continua y estar libres de reculadas o de elementos de servicios o espacios propios del edificio, como por ejemplo patios, rampas, escaleras, bajantes o aparcamiento de bicicletas. En caso de edificación configurada en corona, se priorizará la alineación en vial en las plantas bajas, evitando reculadas puntuales que no respondan a la solución surgida de un análisis cuidadoso del entorno y que se puedan justificar por una mejora en la configuración de los espacios públicos”.

Yo, en cambio, sería partidaria de hacer grandes aperturas a las plantas bajas del Eixample del siglo XXI que es el Poblenou, para entrar a los interiores de la manzana, y para repescar la idea original de Cerdà de abrir los jardines de la ciudad a todo el mundo. Gaudí lo concibió así en la Pedrera: hizo una gran apertura a la esquina, para poder ver el gran patio interior con la escalinata desde el paseo de Gràcia. Allí se han exhibido esculturas como la cabeza de Carmencita, la nieta de Antonio López, hasta el cráneo de chimpancé sobre ruedas que Miquel Barceló inventó jugando por las calles de Mali. Creo que es la mejor sala de exposiciones del mundo, este gran patio de luces de 6 plantas, al final de una entrada en forma de porche en la Pedrera.

También el Edifici Mediterani, en la calle Consell de Cent, tiene una planta baja completamente diferente a las del Eixample tradicional. Aquí, Bonet Castellana y Puig Torné hicieron recular las entradas en los pisos, así como el local (una tienda de electrodomésticos muy conocida durante muchos años). El encargo se lo hizo la promotora La Llave de Oro, y hoy luce como una de las mejores esquinas de la supermanzana.

También tiene un retroceso genial el edificio de la calle d’en Roig de Josep Llinàs, consiguiendo una amplitud para el peatón excepcional en uno de los barrios más densos del mundo. En este caso, Llinàs lo hace con una reculada tanto en planta baja como en la planta piso, hecho que prácticamente asimila la anchura de la nueva calle d’en Roig hasta las puertas del local de los bajos. Es un gesto aparentemente simple, pero no tan fácil de encajar, cuando el programa de las plantas superiores son viviendas. Ahora, andando por aquel trozo de ciudad, parece la única solución decente y posible. ¡Parece tan obvio! Y, en cambio, se ha utilizado tan poco este recurso…

Escribía Maurici Pla, en Catalunya: guía de arquitectura moderna, 1880-2007, una excelente revisión del proyecto construido: “La determinación de los tres bloques tiene mucho cuidado de las relaciones espaciales entre los ámbitos horizontales: las calles y el edificio, los espacios públicos y los espacios de dominio doméstico, los espacios de transición. El proyecto reflexiona sobre el valor de la alineación de calle en Ciutat Vella, una línea sin definición, una franja de tolerancia entre gente diversa, al margen de la dinámica de la infracción y la sanción”.

También el edificio de Mediapro en la Diagonal, obra de Carlos Ferrater, tiene un gran porche en planta baja, que da una continuidad simbólica a la calle Bolivia hasta la Diagonal. Allí debajo se situó un bar fantástico, el Daniel, donde se han hecho menús mediodía durante más de veinte años de una relación calidad-precio única. Un buen indicador del éxito urbano de este local es que abundantes arquitectos del Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona van allí a comer, en vez de acudir a los locales del centro comercial, que les quedaría más cerca. Además, como el edificio tiene una fachada con efecto espejo, grupos de jóvenes ensayan música y bailan a ritmos trepidantes, dando una vitalidad única a esa esquina.

Impedir estas aperturas, pórticos y situaciones palafíticas por sistema es matar moscas a cañonazos

Reconozco que gestionar las excepciones, en las ciudades, es complicado. A menudo se esgrime que estos espacios serán conflictivos porque acumularán suciedad y darán cobijo a personas sin techo… Por eso lo impide la normativa. Pero francamente, lo que hace falta es hacer vivienda asequible, y dar techo a quien no tiene. Permitir que se coloquen espacios infantiles bajo los porches, o que los locales puedan situar más mesas para animar la vitalidad de los espacios a lo largo del día.

Ahora hay un Plan de Sombras que coloca toldos en toda la ciudad, pero los porches son el invento más antiguo y sostenible para garantizar sombra a los peatones. Solo hay que ver las plazas porticadas de Girona, Vic o Banyoles para entender el tipo de uso que se puede generar. Impedir estas aperturas, pórticos y situaciones palafíticas por sistema es matar moscas a cañonazos.