El reto de la eficiencia energética y económica

La transición energética, probablemente, será uno de los mayores retos a los que se enfrentará el mundo en las próximas décadas

La inestabilidad actual del contexto geopolítico está acelerando el proceso de transición energética. El mercado energético no ha tenido nunca tanta dependencia de las decisiones geopolíticas como ahora. La llamada geopolítica de la energía dicta y dictará las tendencias futuras en el consumo de la energía así como las opciones de combustible. Y ello conlleva consecuencias y prioridades económicas, de seguridad energética y ambientales, que se plasmarán en un nuevo futuro energético. No será fácil, pero es inevitable que transitemos hacia un nuevo modelo energético.

El contexto presente nos hace ser más conscientes de la fuerte dependencia del mundo actual de un suministro finito de combustibles fósiles. A medida que aumenta la demanda y la oferta se hace escasa, el problema se hace más agudo, con consecuencias económicas y sociales. Una transición a gran escala, lejos de la energía fósil, supone un gran reto para la sociedad. En Catalunya la demanda eléctrica se va recuperando tras la pandemia. En 2021, la demanda fue de 44,66 TWh, un 1,4% superior a la de 2020, pero aún lejos de los 47,09 TWh de 2019, y se cubrió gracias, principalmente, a la energía nuclear con un 52,06%.

Si se quiere alcanzar los objetivos de producción de energía renovable que marcó Catalunya para 2030, habrá que aplicar medidas extraordinarias. Por todo ello, ahora más que nunca, se hace evidente, que la transición energética, es necesaria, y es una realidad, que hay que llevar a cabo de forma arreglada y segura, sin embargo, de forma acelerada.

La transición energética, probablemente, será uno de los mayores retos a los que se enfrentará el mundo en las próximas décadas. Además, es probable, que esta transformación sea irregular y requiera de esfuerzo por parte de todos, pero inevitablemente debe hacerse. Esta transición es cosa de todos y sólo será una realidad si entre todos, nos ponemos a trabajar codo a codo, con unos objetivos y unas directrices claras.

Los impactos de las decisiones energéticas no son iguales para todas las personas ni todos los territorios. Las sociedades pobres o marginadas tienen más probabilidades de sufrir consecuencias negativas de las decisiones energéticas porque tienen una capacidad de adaptación reducida y pueden no tener poder de negociación en comparación con las sociedades más ricas. Es responsabilidad de todos contribuir a que esta transición energética además de ser sostenible sea justa.

Para alcanzar los objetivos de producción de energía renovable que marcó Catalunya para 2030, habrá que aplicar medidas extraordinarias

Uno de los puntos claves de esta transición energética, es la eficiencia energética, donde todavía, a día de hoy, hay mucho recorrido por hacer. De hecho, si miramos las medidas presentadas recientemente por el gobierno español, muchas de ellas, pasan, por augmentar la eficiencia energética. A menudo, la eficiencia energética, es de las medidas más sencillas, menos costosas y más rápidas de aplicar. Algunos se preguntarán si es posible reducir aún más el consumo energético sin afectar al bienestar de las personas. La respuesta es claramente sí. La eficiencia energética significa utilizar menos energía para hacer la misma tarea, es decir, eliminar la pérdida de energía sin perder confort. Ser más eficientes nos comportará beneficios directos como la reducción de nuestra factura de la luz, a la vez que contribuiremos a la reducción de nuestras emisiones en el planeta.

Desde el Clúster de la Energia Eficient de Catalunya apostamos por dibujar juntos, con todos los agentes implicados, un nuevo escenario que permita una transición energética más eficiente, justa e inclusiva. El cambio de paradigma es inevitable. No nos resistimos. Todo lo contrario: impulsamos y facilitamos este cambio, porque el futuro es de quienes se adelantan.