Piqué

No hace mucho, en el bar La Farga, al lado de Catalunya Ràdio, yo esperaba sentada en la barra que me hicieran unos cafés para llevar, cuando entró un hombre. Oí que decía que tenía una mesa. Mis amigos, los camareros, fueron muy amables con él, pero siempre son amables con todo el mundo. Se saben el nombre y la vida de los clientes, me incluyo, y por el nombre los llaman. “¿Señora Romaguera, la mesa de siempre?”. “¿Ya ha llegado su hija, señor Romagosa?”. El hombre que digo saludó, con la mano, hacia donde yo estaba. Y yo, que sufro de prosopagnosia, también levanté la mano para devolverle el saludo. Pensé que tal vez era un trabajador de la radio o un comercial de vinos o el batería de alguna banda de música que salía de grabar un programa en Icat.

—¿Pero no sabes quién es? —me preguntó, con cierta alarma, mi amigo, el camarero.

— No, ¿le conozco? —contesté yo.

— ¡Es Gerard Piqué!

Pero ya se había ido hacia la mesa. Entiendo que un futbolista del Barça, cuya cara se conoce en cada rincón del planeta, saluda educadamente, pero sin efusión, en todas partes, para evitar ser considerado un estúpido si no lo hace, y para evitar, si lo hace con demasiada simpatía, ser abrazado y tener que firmar autógrafos.

De este día no hace tanto, pero, claro, no sabíamos todo lo que pasaría con Messi. No pensábamos que veríamos la rueda de prensa del jugador, entre lágrimas. Yo la vi en un bar, cerca de Linyola, y los parroquianos, con los cafés y carajillos, estaban tan tristes como en un entierro.

Y he aquí que ayer, Piqué —en el campo, en contexto, sí le conozco— jugó el primer partido después de la marcha de Messi y marcó el primer gol de la temporada. Por lo que leo, se había pedido a la afición del campo que en el minuto diez de cada parte se cantara el nombre del ausente, pero no todo el mundo lo hizo. Estoy de acuerdo, en fin. Si te deja el novio que tanto has querido y que tanta alegría te ha dado, diciéndote lo de “no eres tú, soy yo…”, y te quedas hecha polvo, no tienes que estar llorando su nombre cada noche a las doce y siete porque es la hora en que hicisteis el amor por primera vez. No hay que torturarse. Tienes que “rehacer tu vida”, lo dicen los consejeros matrimoniales. Si de noche lloras porque has perdido el sol, etcétera, etcétera, ¿no?

Pues bien. Como que de noche no suelo llorar por haber perdido el sol, etcétera, etcétera, disfruté del Barça contra la Real Sociedad, con todas las estrellas. Sin Messi, las posiciones cambiaron y este cambio hizo que el joven Eric Garcia estuviera al lado de Piqué. Piqué marcó el primer gol de la temporada. Hablo de él, porque se recortó el sueldo —otros no lo han hecho— y de esta manera el Barça ha inscrito a Memphis, que también jugaba ayer y que, con el balón, por cierto, le agradeció el favor.