Equipo Perelada
Javier, Isabel y Miguel Suqué en la muestra. ©Mario Wurzburger

Perelada brinda por su centenario en el Espacio Ideal

Barcelona acoge este fin de semana la celebración de los 100 años de la bodega ampurdanesa, con catas inmersivas y una exposición con algunos de los tesoros artísticos que se guardan en el Castillo de Peralada, que quieren convertir en un destino de referencia internacional

El Centro de Artes Digitales Ideal, ubicado en el Poblenou de Barcelona, se ha transformado este fin de semana en un pedazo del Alt Empordà y, más concretamente, en un espejo de los principales activos que el grupo familiar Peralada posee en esta población gerundense desde hace cien años. Fue en 1923 cuando la familia Mateu, dedicada al comercio del hierro y fundadora de Hispano Suiza, compró el Castillo de Peralada para ubicar sus colecciones de arte y recuperar la actividad vinícola de una antigua bodega situada bajo el convento del Carme, adyacente al castillo, y que había sido fundada por los monjes carmelitas en el siglo XIV.

Cien años después, Perelada se ha convertido en la principal bodega de la DO Empordà, con una producción de 5 millones de botellas de vino y cava y una facturación de 20 millones de euros en 2022. Para conmemorar el centenario, los hermanos Javier, Miguel e Isabel Suqué Mateu han trasladado al espacio Ideal algunos de los tesoros que guardan en el castillo, como pinturas, libros incunables, capiteles del siglo XII piezas de vidrio del siglo XV o los trajes que lucían la Reina y Rigoletto en ópera The Fairy Queen, representada en el Festival de Peralada. Todos estos objetos configuran una exposición que puede visitarse antes de participar en una original cata inmersiva para descubrir cinco de los vinos que elabora la bodega.

Es una cata inmersiva porque, además de probar los vinos, aprovechando la tecnología audiovisual del espacio Ideal Barcelona, se traslada a los visitantes a diferentes espacios del resort de Peralada, como el claustro gótico del Carme, el interior de la nueva bodega diseñada por el estudio RCR e inaugurada en 2022, la biblioteca del castillo —que guarda más de 100.000 libros de gran valor—, los viñedos y paisajes del Empordà —y en especial la finca Garbet, situada frente al mar— y los jardines donde se celebra el Festival de Peralada. El viaje visual por estos cinco ámbitos se acompaña de una voz en off muy especial: es la tramuntana, el característico viento de la zona, quien se dirige al público y va desgranando algunos de los elementos más destacados de los cien años de presencia de la familia en la población ampurdanesa.

Los participantes en la cata, inmersos en la tecnología audiovisual 360º del Centro de Artes Digitales Ideal.

“Esta conmemoración es un tributo a las generaciones que nos han precedido y que han podido cumplir el sueño de revitalizar el Empordà y convertir Peralada en un centro de arte”, afirmó el jueves por la noche Javier Suqué, presidente del grupo, durante la inauguración de la exposición y de las catas inmersivas, que se sucederán hasta este domingo. Según el empresario, el objetivo de la generación que actualmente lidera la empresa es que “Peralada se convierta en un destino de prestigio a nivel europeo”. Para ello, una de sus principales contribuciones ha sido la construcción de la nueva bodega, un activo concebido para “lograr hacer mejores vinos”, pero, especialmente, “como un legado” que quedará para el futuro y que contribuirá a lograr que la DO Empordà “llegue a ser el referente que se merece”.

El objetivo de la generación que actualmente lidera la empresa es que “Peralada se convierta en un destino de prestigio a nivel europeo”

Las personas que hayan conseguido entrada para participar en una de las catas inmersivas que se han programado —algunos pases incluyen actuaciones en directo de artistas del festival— podrán probar el cava Gran Claustro, dos de los clásicos de la casa, los vinos tintos Cinc Finques y Gran Claustro, y dos novedades que acaban de lanzar. Se trata del vino blanco Obsequi, elaborado con garnacha blanca del Empordà, y Amfitrió, un nuevo tinto de garnacha negra y syrah que combina el envejecimiento en barrica, en fudres y en huevos de hormigón.

De los cinco millones de botellas que comercializa Perelada cada año, tres millones son de cava y dos millones de vino, aunque en términos de valor, es decir, en generación de ingresos, ambos segmentos están equilibrados al aportar cada uno un 50% del negocio. El 32% de la producción se exporta, aunque Suqué se ha fijado el objetivo de elevar al 60% las ventas al exterior en tres años.

Uno de los escenarios que se recrea es el claustro gótico del Convento del Carme, anexo al Castillo de Peralada.

La división vinícola del Grup Peralada, denominada Perelada & Chivite, integra otras bodegas que están ubicadas en otras regiones productoras como el Priorat, Rioja, Málaga y Navarra, hasta sumar un total de 16 millones de botellas, 500 hectáreas de viñedos en propiedad  y una facturación que en 2022 se elevó a 64 millones, un 8% más. Así, forman parte del grupo familiar catalán las marcas Chivite y Gran Feudo (Navarra), Viña Salceda (Rioja), Casa Gran del Siurana y Cims de Porrera (Priorat), La Melonera (Serranía de Ronda), Oliver Conti y Privat. Además, pertenece al grupo la empresa Celler del Pescador (antes denominada Cavas del Ampurdán), elaboradora de los vinos superventas Gran Pescador y Cresta Rosa, de los que comercializa más de 4 millones de botellas.

En total, el Grup Peralada facturó 220 millones de euros en 2022, cifra que incluye los ingresos de las empresas vitivinícolas, del área hotelera y gastronómica, y especialmente, del negocio de juego, con los casinos de Barcelona, Peralada y Tarragona, y otros ubicados en Argentina, Chile y Uruguay.