Moritz acerca la Fábrica Moritz al corazón del Eixample. Coincidiendo con el décimo aniversario de la apertura del macro local de la Ronda Sant Antoni de Barcelona, la marca ha decidido redoblar su apuesta gastronómica con la inauguración de un segundo establecimiento ubicado en Rambla Catalunya con Valencia y bautizado con el nombre de Casa Moritz. En realidad, se trata del tercer local gestionado por la empresa, ya que también es propietaria del histórico El Velódromo, aunque en este caso se trata de un concepto diferente.
La nueva Casa Moritz está ubicada, curiosamente, en un local comercial en el que ya había habido un negocio centrado en la cerveza. Se trata de la microcervecería Maestró, que cerró víctima de la pandemia. Moritz ha aprovechado que los dueños del inmueble buscaban a un nuevo inquilino para alquilar el local y abrir la Casa Moritz, un proyecto que ya tenían en mente desde hace años pero que ahora han podido ejecutar al haber surgido esta oportunidad. “Hace tiempo que teníamos la idea de abrir una sucursal de la Fábrica Moritz en otro emplazamiento de Barcelona; es un proyecto que nos hace mucha ilusión porque se encuentra en una ubicación privilegiada y porque hemos condensado en él todo lo que hemos aprendido durante estos diez años en Ronda Sant Antoni“, explican fuentes de la empresa.
Casa Moritz permite ubicar la marca en pleno centro de la ciudad y acercarse a un nuevo público. Empleará a 20 personas, elevando a 120 el equipo de profesionales que trabajan en las tres cervecerías propias de la compañía. Se trata de un local de 300 metros cuadrados, planta baja más altillo, con capacidad para 150 comensales, más otros 48 en la terraza. La idea es que abra doce horas al día, de 12 del mediodía a 12 de la noche, aunque los fines de semana el horario de cierre se alargará hasta la una.
Moritz ha desmantelado la cervecería y maquinaria de producción que tenía Maestró, pero sí que ha podido aprovechar algún tanque para almacenar la cerveza sin pasteurizar que servirá el local y que se elabora en la Fábrica Moritz Barcelona. Así, los clientes podrán consumir los cinco tipos de cerveza fresca que se fabrican en la Ronda Sant Antoni: Moritz Original, Moritz 7, Epidor, Red IPA y Moritz Negra, además de las cervezas de temporada que habitualmente lanza la marca. También estará disponible el servicio de cerveza a granel para llevar.
El chef Jordi Vilà, responsable gastronómico de la Fábrica Moritz, también firma la carta de Casa Moritz. Se trata de una oferta prácticamente calcada para ambos locales, aunque en Rambla Catalunya predominan las tapas y se han incorporado varios platos de perfil más saludable que por ahora no están disponibles en Sant Antoni. En el recetario se utiliza la cerveza como un ingrediente más, con platos como las albóndigas con Moritz negra o el bacalao en tempura de Moritz Original, y se mantienen clásicos de la casa como las bravas, las croquetas o la ensaladilla rusa.
La Casa Moritz luce una decoración sobria, en la que se ha apostado por desnudar las paredes y columnas, mostrando hormigón, pero también ladrillos antiguos y los clásicos techos de bóveda catalana. La cerveza es el hilo conductor del local, con lámparas anaranjadas con forma de depósito y unas vistosas tuberías por las que baja la cerveza desde los tanques —también a la vista— directamente a los tiradores. Otra peculiaridad es que las mesas de la cervecería y otros elementos decorativos se han hecho con aluminio procedente de latas de cerveza, un proyecto piloto que la marca podría extender a otras aplicaciones para potenciar el reciclaje. Otros de los elememtos destacados son una ventana para poder observar cómo se trabaja en la cocina y una gran barra plateada fabricada con estaño.