Momento final del concierto organizado por Festivals per la Cultura Segura.

Love of Lesbian hace historia en el Palau Sant Jordi

Un palau bajo el volcán, bajo el volcán de la ilusión, la esperanza y la emoción desbordada de 5.000 personas que ayer pudieron volver a disfrutar de un concierto multitudinario, sin distancia social, que nos permite creer de nuevo en el futuro y que marcará desde Barcelona el camino a seguir en toda Europa

Putas ganas. El lema que lucía Santi Balmes en la camiseta no podía ser más contundente. El cantante de Love of Lesbian hacía un año y medio que no pisaba un escenario y las ganas que tenía de deleitar y enloquecer al público del Sant Jordi eran evidentes y se hicieron notar en cada uno de los diecisiete temas que este sábado por la noche sonaron en el primer concierto multitudinario postpandémico celebrado en Europa. “Hoy estamos haciendo historia. En el futuro podréis decir con una gran sonrisa: ¡yo estuve ahí!“, estalló el líder de Love of Lesbian, ante un público entregado que no dejó de bailar, saltar, cantar, gritar y emocionarse durante los 120 minutos que duró la actuación, organizada por Festivals per la Cultura Segura.

Para acceder al concierto había que mostrar un código QR vinculado con la entrada y con el test de antígenos negativo.

La organización, que funcionó como un reloj suizo, permitía a los asistentes, repartidos en cuatro grupos que no se podían mezclar, seguir el concierto desde las gradas. Pero no, el 90% de los 5.000 asistentes quisieron estar a pie de pista, apretados, para poder volver a experimentar el cuerpo a cuerpo, para abrazarse, para inmortalizar cada momento y retransmitirlo todo con sus móviles, para levantar juntos los brazos, para mover unas piernas que ya casi se habían olvidado de bailar, para escuchar cómo la chica que tienes detrás se sabe mejor las letras de las canciones que tú, para revivir, en definitiva, unas situaciones que   trasladan al pasado y que a más de uno le llenaron los ojos de lágrimas.

Una noche sin distancia social, pero con mascarilla blanca FFP2 —la misma para todos— que nadie se quitó en ningún momento, cumpliendo escrupulosamente con todas las instrucciones dadas por la organización. Unas normas que no permitían beber ni comer nada en la pista, seguramente el sacrificio más importante realizado por la mayoría de asistentes, acostumbrados a gozar de los conciertos con una cerveza en la mano. La ley seca se impuso al inicio del concierto, pero antes, una vez pasados ​​todos los filtros del control de acceso, sí hubo tiempo para disfrutar de una Estrella Damm e incluso de chupitos de Jägermeister.

Love of Lesbian hizo un repaso a su grandes éxitos en un concierto que duró dos horas.

¿De verdad que vas al concierto de Love of Lesbian? ¿Quieres decir que es seguro? ¿No te da miedo? A muchos nos habían hecho insistentemente estas preguntas a medida que se acercaba el día, pero ayer, en el Sant Jordi, no había miedo, todo lo contrario. Sólo había ganas de diversión y de volver a disfrutar de uno de los grupos musicales catalanes de más éxito y que el próximo 16 de abril presentará su nuevo disco. Y es que antes del concierto todos se habían sometido a un tranquilizador test de antígenos que sólo detectó seis positivos en covid-19, lo que desvaneció totalmente las dudas de participar en este experimento científico y cultural, el más importante que se ha realizado hasta ahora en Europa.

“Todo el mundo hoy nos está mirando. Algo como ésto sólo lo podía hacer una ciudad como Barcelona“, dijo orgulloso Santi Balmes antes de dar entrada a uno de los principales hits de la banda. “¡Hoy el Sant Jordi sí podemos decir que está Bajo el volcán!“. Estallido de emoción en la pista, la gente desenfrenada saltando, bailando y coreando la mítica canción. Y es que el concierto hizo un recorrido por los temas de más éxito de la historia de Love of Lesbian… Balmes y su troupe no dieron tregua al público, que se entregaba en cada una de las canciones que se iban sucediendo: Cuando no me ves, Noches reversibles, Segundo asalto, Contraespionaje, Los males pasajeros, Belice, Manifiesto delirista… y también dos títulos muy en sintonía con el actual contexto que estamos viviendo: Nadie por las calles y Si Salimos de esta.

Balmes dedicó esta canción al personal sanitario ya los trabajadores de los supermercados y también se mostró reivindicativo: “que nunca más se nos ocurra volver a hacer recortes en salud y en investigación científica”. “Este concierto es una batalla que hemos ganado dentro de una guerra, pero la guerra aún no ha terminado, no nos podemos relajar”, agregó el cantante totalmente entusiasmado.

Durante el concierto hubo un par de sorpresas, ya que subieron al escenario dos artistas invitadas que hicieron dúo con Love of Lesbian: la cantante chilena Ana Tijoux y la cantautora catalana Suu. La locura total, sin embargo, llegó con John Boy, la canción que todo el mundo estaba esperando y que como un gran himno cerró el concierto, que se redondeó con tres bises donde no podía faltar Planeador. “Lo que hemos vivido hoy aquí es alucinante, una experiencia increíble; necesitamos más dosis así de fe y esperanza en el futuro. Hoy hemos hecho historia y queremos que se repitan muchas más noches como esta”, concluyó un emocionado Balmes. De forma espontánea, y antes de vaciar el Sant Jordi con mucho orden, el público cantó a cappella Fantástico…

Ha sido el primer concierto multitudinario de Europa y sin distancia social desde el inicio de la pandemia.

Terminaba así una jornada que había comenzado a primera hora de la mañana, cuando un ejército de 80 enfermeras comenzaron a someter a un test de antígenos a los 5.000 asistentes al concierto, en tres míticas salas de Barcelona convertidas por un día en un ambulatorio: Apolo, Razzmatazz y Luz de Gas. Todo este proceso funcionó como un engranaje perfecto, sin colas, todos citados a su hora, y haciendo un muy buen uso de la tecnología, con códigos QR y una aplicación móvil que seguro que servirá de ejemplo y modelo a seguir no sólo para los festivales de música que se hacen en Catalunya, sino en toda Europa.

Los test de antígenos se realizaron en la sala Apolo, en Luz de Gas y en Razzmatazz.

Con el éxito de este concierto, Barcelona, ​​de nuevo, ha mostrado su liderazgo y su capacidad para concebir y ejecutar proyectos complejos. Es aún más meritorio si se tiene en cuenta que este evento impulsado por las principales promotoras y festivales de Catalunya no es sólo un concierto, no es sólo ocio, es también un estudio clínico del Hospital Germans Trias i Pujol que ha permitido hacer un cribado masivo a 5.000 ciudadanos y que permitirá ahora redactar protocolos para disfrutar de la cultura con la máxima seguridad y recuperar la actividad en el sector del ocio nocturno, uno de los más perjudicados por la pandemia. El equipo médico que lidera el estudio hará ahora durante los 14 próximos días un seguimiento a todos los asistentes al concierto para ver si se detectan casos de infección por coronavirus. Si la incidencia es nula, preparémonos para volver a bailar y cantar  muy pronto. Ahora ya sabremos cómo organizar un concierto multitudinario seguro y, además, parece que a partir del mes de abril se acelerará la vacunación. ¡Seamos optimistas, ya queda menos! Putas ganas. Gracias, Festivals per la Cultura Segura. Gracias, Love of Lesbian.