Los tíos feministas me ponen

Ya hace muchos años que lo pienso y, desde hace unos menos, que lo digo. Y pasar de ese pensar al decir, ¿qué evolución conlleva?

Como mujer, conlleva ser consciente que lo que activa tu cerebro de la atracción no es solo lo estético o visual, es, en mayor medida, lo mental, los valores, el discurso, los sentimientos. Que una persona sea y se comporte de una determinada forma y piense o tenga ideas de un determinado estilo y corriente también hace que nos seduzca, nos guste y nos ponga. Cómo esa persona camina por la vida y qué causas defiende o qué comportamientos denuncia. Qué hobbies tiene, como pasa su tiempo libre y como interactúa con el mundo. Qué muestra y qué se guarda. De la misma manera que hace que la rechacemos por las mismas razones, por muy atractivo que sea. Poner, en este contexto, está asociado a gustar, con cierta connotación erótico-sexual.

Al  abrir el melón del feminismo, nos invita a decir desde mí —ser mujer heterosexual— que un hombre es hombre siendo feminista y que el mostrarse así, nos gusta a las mujeres. A un tipo de mujeres. Que vosotros, tíos, hombres, señores, chicos, os mostréis defendiendo la igualdad, denunciando el machismo, rechazando las actitudes misóginas y no riendo de algunos chistes ni comentarios, os hace más hombres. Os hace más personas. Un tío feminista es un padre feminista  y con su ejemplo educa a sus hijos e hijas. Que no perpetuéis los micro machismos, que no fomentéis el mansplaining, que no nos terminéis las frases… que no nos veíais reducidas a dos tetas, un culo, o un cuerpo follable, sino un cuerpo y cabeza pensante y sintiente. Ser feministas os hace aliados, uno de los nuestros, os hace equipo. Y esto es ganador, es atractivo, es valiente.

Dar un paso  al frente y tener un discurso feminista es necesario, siendo mujer y siendo hombre. Estamos ante un término y un movimiento muy polarizado y que tiene detractores que alimentan este extremismo. Al hablar de un movimiento histórico, filosófico y político, muchos líderes se lo han apropiado, y eso hace que tenga una baja reputación. Tenemos un problema de marca. 

Los tíos feministas me ponen, las personas feministas me ponen, porque son valientes, tienen ideales, no son algoritmos ni robots programados y no siguen la corriente. No se ríen porque lo hace todo el mundo y no van en manada. Los tíos feministas son muy hombres. No es incompatible. Ellos también buscan el liderazgo de la mujer en la empresa, no aceptan que cobres menos por ser mujer, no hablan de las tías como objetos sexuales, y no se sienten superiores a ellas, a nosotras.  Son conscientes que han vivido con ventaja por ser tíos y quieren abolir este privilegio. Los tíos feministas son  el hombre del S. XXI. Los tíos feministas me ponen es una declaración de intenciones que nos sitúa en un momento histórico donde el hombre ha de sentirse incluido.