Luz Gabás y Cristina Campos Premio Planeta
Luz Gabás y Cristina Campos, ganadora y finalista de la 71 edición del Premio Planeta.

La historia y la infidelidad se imponen en el Premio Planeta

Luz Gabás y Cristina Campos se alzan como ganadoras de la 71 edición del galardón

Al final no ha habido grandes sorpresas. Más allá de desvelar los nombres detrás de un pseudónimo tan sugerente como Hoja de fresno y de otro más convencional como Gabriela Hausman, la 71 edición del Premio Planeta se ha saldado sin altibajos, después de las frenéticas expectativas que se marcaron el año pasado con el desenmascaramiento de Carmen Mola. La tradicional gala de entrega del galardón literario ha vuelto a llenar el Museu Nacional d’Art de Catalunya con las principales autoridades políticas y culturales del país, entre ellas, la vicepresidenta Yolanda Díaz; el ministro de Cultura, Miquel Iceta; la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, así como escritores como Carme Riera, Najat el Hachmi, Care Santos, Sergio del Molino o Javier Sierra. La comidilla de la cena, más allá de seguir las votaciones y querer rellenar bien la quiniela, no podía ser otra que la pequeña anécdota de esta edición, la eliminación de una de las novelas finalistas a pocos días de conocer a los ganadores.

Aun así, el misterio de la noche ha recaído en saber quién estaba detrás de Hoja de fresno, el pseudónimo con el que se presentó la novela ganadora. Poco antes de las 12 de la noche, se ha desvelado que se escondía Luz Gabás (Monzón, 1968), autora de Palmeras en la nieve, adaptada cinematográficamente por Atresmedia con Mario Casas y Adriana Ugarte. La escritora oscense ha ganado el Premio Planeta, dotado en un millón de euros, con Lejos de Luisiana, una novela histórica que plantea “una historia de amor inquebrantable en tiempos convulsos”, según ha definido su autora poco después de recoger el premio, “pero también una historia de amistad, lealtad y traición”, ha añadido, poniéndole un poco más de intriga. “Habla de la batalla entre la pasión y la razón”, un tema que le obsesiona, ha confesado.

La trama se ambienta al oeste del Misisipi, en la colonia que España tuvo en América del Norte, y se sitúa en los últimos 40 años del siglo XVIII, poniendo el foco en el papel que tuvo el país en la Guerra de Independencia. “Una novela, sobre todo, sobre el esfuerzo y la fortaleza necesaria para seguir adelante en tiempos de incertidumbre, de enfermedad y guerra”, ha sostenido Gabás. Y el título Río arriba, con el que camufló el nombre verdadero de la novela para presentarse al galardón, muestra la importancia que tiene en la trama el mismísimo Misisipi, donde viven muchos de los personajes de “una novela coral”, pero también porque, como dice la autora, “la vida es como un río que a veces fluye manso y otras veces se desborda”.

No lo ha dicho por decir. En su discurso, ha indicado cómo escribir la novela ha sido un trabajo extenuante, con su despacho convertido en un caos para poderse documentar bien, hasta aprendiendo un poco del dialecto que hablaban en la zona, con el que ha llegado a dirigirse al público. “Casi me cuesta la salud”, ha contado. Escribió la novela en plena pandemia, “también durante tres años difíciles a nivel personal”, por lo que se repetía un dicho aragonés, “sin reblar, siempre adelante”. Como dice alguno de los personajes en la novela, “no pidas una vida fácil, pide fuerzas para soportar una vida difícil”.

Gabás, que ha subido al escenario a un ritmo melódico que perfectamente encajaba con la trama que narra su historia, también es autora de Regreso a tu piel, Como fuego en el hielo y El latido de la tierra. Más allá de su carrera literaria, la flamante ganadora del Premio Planeta fue alcaldesa por el Partido Popular de la población de Benasque entre los años 2011 y 2015. Precisamente, Benasque ha sido una de sus localidades oscenses queridas a las que le ha dedicado el premio, junto a Monzón, donde nació, Serrate, Anciles y Cerler. Sobre la política, ha sido tajante, remarcando que sirve para entender mejor a escritores como Shakespeare y palabras como traición, pero no piensa volver a ella: “Menos política y más literatura”.

De los suspensos a finalista del Premio Planeta

Lejos de Luisana poco tiene que ver con la novela finalista, Historias de mujeres casadas, de Cristina Campos (Barcelona, 1975). Campos viene del mundo del cine, donde ha trabajado como directora de casting y guionista en los últimos 20 años. Aunque también cuenta ya con un libro a sus espaldas, Pan de limón con semilla de amapola, adaptada recientemente a la gran pantalla por Benito Zambrano.

Cristina Campos (Barcelona, 1975) ha trabajado como directora de casting y guionista en los últimos 20 años

“He puesto el alma en esta novela”, ha explicado Campos, bastante nerviosa al subir al escenario. Ha escrito la novela de tres mujeres “blancas y privilegiadas, universitarias y con el poder adquisitivo suficiente para poderse separar si quieren”. Situada entre Barcelona, Boston y Formentera, la trama transcurre en una revista de moda, donde los tres personajes principales forjan una amistad que les permitirá desgranar en confianza las verdades que hay detrás de sus matrimonios. La protagonista, Gabriela, de ahí el pseudónimo con el que se presentó al concurso, será infiel a su marido, abriendo la puerta a poder hablar sin tapujos de la intimidad femenina.

La escritora barcelonesa ha aprovechado el discurso de agradecimiento para pedirle a la ministra de Educación, Pilar Alegría, presente entre el público, un sistema educativo que apueste por la creatividad y menos por la memorización de contenidos. Lo ha hecho poniendo un ejemplo muy claro: ella fue “una estudiante nefasta” y suspendió muchas asignaturas, entre ellas Física y Química y catalán, pero, ahora, treinta años después, se ha convertido en finalista del Premio Planeta.