Fernando de Felipe guionista i dibuixant de còmics
Profesor universitario, guionista, dibujante de còmics... algunas de las tareas profesionales de Fernando de Felipe.
EL BAR DEL POST

Fernando de Felipe: Tantas cosas a la vez

“De fondo ponme algún directo de Paul Weller. O de Greg Dulli, que cuando se desata en plan reverendo gospeliano me vuelve loco”, pide con una sonrisa cómplice Fernando de Felipe, situado a pie de barra, con la espuma de su recién servida caña todavía deslizándose por los extremos de la copa, antes de añadir: “Y algo para picar, que yo soy mucho de tapeo”. Como buen maño, dice, lo lleva en la sangre.

“He hecho tantas cosas y tan distintas entre sí que a veces me cuesta reconocer el hilo conductor que las une —explica según empiezan a sonar los primeros compases del Days of Speed de Weller—. Ante todo, soy un profesor entusiasta al que le pagan por enseñar de la forma más apasionada posible todo aquello que ama con locura y que ha aprendido siempre de forma autodidacta. Estudié Bellas Artes, me doctoré con una tesis sobre el cine de Hitchcock y de ahí pasé a la docencia universitaria, primero en la UB y luego en Blanquerna. Y ahí sigo, dirigiendo un Máster oficial en Ficción Audiovisual. Soy o he sido dibujante de cómics, crítico televisivo, guionista de cine y TV, animador, script editor, ensayista, editor, conferenciante, investigador académico e incluso, si nada se tuerce, novelista. Y, casi siempre, varias de esas cosas a la vez”.

Todo aquello es el resultado de una primera gran decisión: “Dejar Derecho en Zaragoza en segundo de carrera y venirme con casi lo puesto a estudiar Bellas Artes a Barcelona. Lo pasé fatal y estuve muchas veces a punto de tirar la toalla, pero al final acabé aceptando una oferta como profesor, en la misma Facultad que estuvo a punto de acabar con mi vocación”.

En paralelo consiguió, no sin grandes esfuerzos, hacerse un nombre en el mundillo del cómic. “Hubo incluso editores que me dijeron que me dedicase a otra cosa, que esto no era lo mío. Pero yo, tozudo como una mula, seguí intentándolo una y otra vez. Y al final ocurrió el milagro y me labré una carrera que fue como un cohete”. Así, nacieron clásicos de la historieta como Nacido Salvaje, S.O.U.L., ADN, Black & Decker o El Hombre que Ríe. Un corpus que la editorial ECC ha empezado a reeditar a través de su Biblioteca Fernando de Felipe. “Pasé de que me dieran con la puerta en las narices en todas las editoriales, a publicar en todo el mundo y ganar el premio del Salón del Cómic de Barcelona con Museum, tal vez mi obra más completa”.

La llamada de la docencia

Cuando estaba en lo más alto de su carrera como historietista, cuando su nombre se pronunciaba con reverencia en los mentideros del cómic de toda Europa, Fernando de Felipe lo dejó todo para dedicarse en exclusiva a la docencia y al ensayo: “Me he pegado casi 25 años sin dibujar ni una línea. Y la verdad es que esta vuelta al mundillo de la viñeta a través de las reediciones de mis obras es una de las cosas que más satisfacciones me está dando ahora mismo”.

El parroquiano confiesa que, en su día, el cómic fue algo así como su pasaporte al mundo del cine. “Trabajé con gente como Balagueró, Salgot o Luis de la Madrid, hice algún corto, e incluso Guillermo del Toro intentó llevárseme con él para trabajar en Hollywood como director artístico”.

— ¡No fastidies! ¿Y qué pasó?

— Le dije que no, que mi apuesta vital era la docencia y que no pensaba moverme de Barcelona. Y así ha sido hasta ahora, por mucho que, en paralelo, no haya dejado de publicar libros, de asesorar creativamente a amigos y exalumnos, de dirigir colecciones, de colaborar en toda clase de proyectos audiovisuales o de escribir en prensa.

Fernando de Felipe guionista i dibuixant de còmics
La editorial ECC está reeditando sus historietas a través de su Biblioteca Fernando de Felipe.

Lo de la producción de Fernando como ensayista también es digno de mención y se enmarca en esa capacidad de hacer muchas cosas a la vez a la que antes aludía. En este caso, empezó un día, cuando “sin que nadie me lo pidiera, me dio por hacer un monográfico de casi 500 páginas sobre los Coen cuando sólo los conocían los cinéfilos más audaces. Fue mi bautismo de fuego. Ahora llevo ya casi una veintena de títulos a la espalda”. Lo siguiente en ver la luz será la primera novela del parroquiano, de inminente publicación.

Adicto a Sant Antoni

En apurar su cerveza antes de pedir otra, Fernando rememora la Barcelona que le enamoró: “Aquella escena cultural con la que me di de bruces nada más aterrizar aquí a mediados de los 80. Curiosamente, he terminado viviendo justo delante de una de las cosas que más me alucinaron por aquel entonces: el mercado dominical de Sant Antoni. Adicción total. O la calle Tallers cuando estaba llena de tiendas de discos. O la cantidad de librerías de cómics que había diseminadas por toda la ciudad. O ese Triángulo de las Bermudas formado por el Pastís, el London y El Cangrejo, en el que nos perdíamos los de Bellas Artes”.

El parroquiano confiesa tener, ahora mismo, una relación de amor-odio con la ciudad. “Tengo un crío de 12 años, cosa que te hace ver la urbe de una manera bien diferente. Y eso que vivir en un barrio como Sant Antoni es un auténtico chollo, a tres manzanas del trabajo y en pleno centro. Pero lo cierto es que me tira cada vez más la vida de farero”. Y, de nuevo, como en tantos otros casos, se expresa la “tristeza infinita y vergüenza absoluta de ver cómo van cerrando, uno tras otro, locales, bares, tiendas y comercios históricos. Nos están arrancando la memoria a dentelladas. Y la identidad. Barcelona se ha ido consumiendo social y culturalmente a fuerza de presuntos éxitos turístico-inmobiliarios”.

— A propósito de consumir, ¿con la cerveza querrás comer algo más? ¿Sigo con tapas? ¿Menú?

Fernando de Felipe se toma unos segundos para pensárselo tras lo cual, amplia sonrisa atravesando su rostro y mirada viva bailoteando detrás de sus lentes, repone:

— Comemos en casa todo lo que podemos, entre otras cosas porque nos encanta cocinar y somos adictos a los mercados. Cuando toca comer fuera, ración casi siempre, que de menús justitos y platos precariamente combinados ya tuve bastante en mi época de estudiante sin recursos.

Fernando de Felipe guionista i dibuixant de còmics
Fernando de Felipe añora la Barcelona de los años 80.