La Generalitat ha acordado declarar Bé Cultural d’Interès Nacional, en la categoría de Monumento Histórico, la Casa Gomis, más conocida como La Ricarda y situada en el Delta del Llobregat. La declaración delimita también su entorno de protección e incluye varios muebles originales que forman parte del monumento, que es de propiedad privada y se encuentra en el término municipal de El Prat de Llobregat, justo al lado del Aeropuerto de Barcelona.
La Casa Gomis fue proyectada por el arquitecto Antoni Bonet y es considerada una de las obras capitales de la arquitectura moderna. Se construyó en 1957 a partir de un encargo de la familia Gomis-Bertran en una finca de gran extensión situada junto al mar, en medio de un pinar, hoy protegido urbanísticamente por la Red Natura 2000 de Espacios naturales de Protección Especial.
El elemento más relevante que identifica a La Ricarda es su cubierta en bóveda de gran tamaño, una forma que supone una reinterpretación moderna de la histórica y tradicional bóveda catalana. “La arquitectura de la Casa Gomis enlaza con los fundamentos y principios racionalistas europeos, tanto desde el punto de vista constructivo como por su configuración espacial, con una concepción de fluidez y dinamismo interior propios de los valores del movimiento moderno”, señala la Generalitat.
Antoni Bonet era miembro del Grupo de Arquitectos y Técnicos para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATPAC) y colaborador del despacho de Sert y Torres Clavé. El arquitecto, que trabajó una temporada en el estudio de Le Corbusier, en París, proyectó La Ricarda entre 1949 y 1956, cuando aún residía y trabajaba en Buenos Aires, en estrecha colaboración con los propietarios de la finca, Ricardo Gomis y su esposa Inés Bertrand. Antes de hacer este trabajo, Bonet ya había aplicado su reinterpretación de la bóveda catalana en la denominada Casa Berlingieri, en Punta Ballena, en Uruguay.
De una sola planta y de estructura horizontal, la Casa Gomis se concibió como una casa familiar de veraneo, situada junto al mar, y rodeada de pinos a pocos kilómetros de Barcelona. Consta de varios pabellones conectados entre sí, pero a la vez independientes, con techos ondulados, tabiques de ladrillo que hacen de aislamiento térmico y piezas cerámicas de color tierra. El conjunto arquitectónico racionalista es totalmente diáfano y está íntimamente ligado a los espacios exteriores ajardinados. “En todo momento, se establece una relación visual con el exterior, de tal modo que el paisaje, la luz y el color mediterráneo invaden y están presentes en el interior formando parte indisoluble de la arquitectura”, explica el Govern en su declaración de Bé Cultural d’Interès Nacional.
A unos 40 metros del edificio se encuentra la torre del agua, diseñada también por Antoni Bonet como depósito de agua de una altura de 15 metros, que hace de contrapunto vertical con la horizontalidad de la casa. Este elemento también se ha incluido como monumento histórico.
La finca de La Ricarda, que toma el nombre de una laguna con alto valor ecológico, fue adquirida en 1895 por el industrial del sector textil Manuel Bertrand y hoy sigue en manos de los descendientes de diversas ramas de esta familia. Durante el franquismo, la casa se convirtió en un refugio para intelectuales, como Antoni Tàpies, Joan Miró, Joan Brossa y John Cage. Entre muchos otros fundaron el Club49, del que también formaba parte Ricardo Gomis, con la intención de recuperar la vanguardia artística nacida durante la República e interrumpida por la Guerra Civil.
El Ayuntamiento del Prat de Llobregat organiza periódicamente visitas guiadas a la Casa Gomis. La siguiente está proyectada para el 17 de abril e incluye también un aperitivo (25 euros) o una comida (34 euros) elaborada con productos gastronómicos de proximidad.