En un mundo en constante evolución, especialmente en el sector retail, las empresas deben adaptarse o arriesgarse a quedarse atrás. Esta verdad universal adquiere una relevancia especial en la industria hotelera, donde la competencia es feroz y las expectativas de los huéspedes están en constante cambio. Por tanto, considero que es una buena idea explorar una nueva forma de concebir los hoteles: ¿por qué no convertirlos en puntos de venta?
Imaginemos un hotel que no solo sea un lugar para descansar, sino un espacio ideal para las compras. Siguiendo el ejemplo de las exitosas experiencias de compra que encontramos en los distritos comerciales, ¿por qué no aplicar esta idea a nuestros hoteles, convirtiendo cada rincón y cada planta en una oportunidad única para descubrir nuevas marcas (o disfrutar de las que ya conocemos)?
Este concepto va más allá de una simple boutique en el vestíbulo. Lo que propongo es que los hoteles empiecen a ver, al igual que lo han hecho con la gastronomía, sus instalaciones como puntos de venta, como centros comerciales en sí mismos. Esto podría incluir una tienda de cheesecake de John Cake, un Prada Café, así como una tienda de complementos, creando una especie de calle comercial dentro del hotel.
Mi enfoque trasciende la idea típica de una boutique en el vestíbulo para que los huéspedes puedan comprar regalos. Sugiero que, al igual que el hotel cuenta con un restaurante, rompamos con los esquemas y transformemos habitaciones en tiendas en los pisos 2 y 3, o establezcamos diversas tiendas en el vestíbulo. Los hoteles pueden ser verdaderos minoristas, ya que, en última instancia, se trata de alquilar espacios.
A nivel internacional, esta tendencia está cogiendo forma en algunos lugares de Estados Unidos. Sin embargo, en Barcelona y en toda España, todavía hay un amplio espacio para la innovación. Algunos hoteles ya están abrazando esta idea. Un ejemplo es el nuevo Hotel Zel, propiedad de Rafa Nadal y Meliá en la ciudad de Palmanova, en Mallorca. Además de la cafetería Syra Coffee y el restaurante Beso Beach, el hotel cuenta con una isla comercial en el centro, donde se ofrecen productos de diversas marcas. Desde una vajilla de edición limitada de la marca local Cossiol, creada específicamente para el Zel, hasta los bañadores de Crabs Company, la marca de Maribel Nadal, hermana de Rafa. Una propuesta que va más allá de la simple compra y se convierte en toda una experiencia en cada visita.
En Marbella, el Hotel Puente Romano ha organizado este verano una pop up de belleza de Christian Dior en su terraza y piscina, ofreciendo a los huéspedes la oportunidad de experimentar productos exclusivos de la marca.
Sugiero que, al igual que el hotel cuenta con un restaurante, rompamos con los esquemas y transformemos habitaciones en tiendas en los pisos 2 y 3, o establezcamos diversas tiendas en el vestíbulo
Aquí en Barcelona, encontramos algunos buenos ejemplos en los hoteles Sir Victor y Casa Bonay. Por un lado, el lobby de Sir Victor, el hotel y restaurante ubicado junto al Paseo de Gràcia, cuenta con una tienda en su vestíbulo donde se pueden encontrar productos de diversas marcas, desde gafas de sol hasta cubertería y platos de diseño. En el mismo lobby se encuentra el bar 360º, tan característico de Mr Porter, donde se pueden disfrutar de cócteles de autor al llegar y jugar una partida de billar.
Por otro lado, el hotel barcelonés Casa Bonay se asoció con Apartamento para presentar Store Apartamento, una tienda curada por la icónica editorial, justo en la entrada del hotel, con auténticas marcas locales, apoyando a iniciativas y talentos emergentes de la ciudad.
Además, empresas como Wundermart están dando pasos agigantados. Estos pequeños supermercados automatizados se están integrando en los vestíbulos de hoteles en muchas ciudades, ofreciendo una experiencia de compra rápida y sencilla tanto para los huéspedes como para los vecinos locales. Inspirado en la tecnología de Amazon Go, permite a los clientes tomar productos y pagar automáticamente con datos de tarjetas previamente almacenados, proporcionando una experiencia de compra completamente automatizada.
En última instancia, los hoteles no solo son lugares para descansar la cabeza, sino también espacios para satisfacer el apetito del consumidor, por lo que, ¿por qué no sumarnos a esta transformación?