Ahora ya no es suficiente con conservar los rollos de celuloide que contienen los fotogramas de las películas a muy baja temperatura y sin humedad, como hace la Filmoteca de Catalunya en su Centro de Conservación y Restauración de Terrassa. Pese a que este sistema tradicional, hasta rudimentario, puede preservar el material durante decenas y centenares de años, el mundo ha cambiado tanto que cada vez hay menos salas que puedan proyectar cine analógico, soporte en el que se preservan los 40.000 títulos —y sus respectivas 200.000 bobinas— que integran el fondo de la Filmoteca. Las salas se han volcado en la reproducción digital, como denota que, en Barcelona, el cine analógico solo se pueda ver en el Phenomena y en la misma Filmoteca.
Ante este escenario, la institución cultural liderada por Esteve Riambau ha decidido impulsar un plan sistemático de digitalización de sus fondos, siendo conscientes de que una manera necesaria de preservar el patrimonio cultural es poderlo difundir y ahora toca hacerlo en el soporte digital para que se pueda ver con facilidad, tanto en salas comerciales como en plataformas. “Las películas que tenemos están bien conservadas, ahora de lo que se trata es de visibilizarlas”, sostiene el director de la Filmoteca.
Bajo esta premisa, se ha empezado digitalizando 16 largometrajes y cortometrajes este año, aumentando hasta 20 los títulos que se preservarán con este soporte cada año a partir de 2023. Su mantenimiento digital se complementará con pasar a formar parte de un ciclo de larga duración que se incluirá en la programación de la Filmoteca del Raval, pudiendo deleitarse con joyas como La ciutat cremada, Tren de sombras o Los felices 60, tres de los títulos que ya se han digitalizado este año. Hasta el momento, el archivo cinematográfico catalán lo había hecho de manera puntual, sumando 25 largos y 40 cortos en soporte digital.
Con el impulso del nuevo plan, se han desembolsado unos 1,1 millones de euros para disponer de la infraestructura necesaria para arrancar un proyecto de más magnitud. La Filmoteca ha destinado 600.000 euros a adquirir dos escáneres que se dedicarán a hacer la captura digital de los filmes. Estarán ubicados en la Escola Superior de Cinema i Audiovisual de Catalunya (Escac), también en Terrassa. Ahí la digitalización se mejorará desde la sala de proyección con estación de color de la que dispone el centro formativo, un paso imprescindible para completar el proceso, corrigiendo la imagen y mejorando la calidad. La Escac ha movilizado unos 500.000 euros para adaptar sus instalaciones a este fin. El plan también ha supuesto la contratación de dos trabajadores en la Filmoteca y otros dos en el Escac.
Las películas que se incluirán en el plan mantendrán el “espíritu ecléctico” de la Filmoteca, señala su director, pero también tendrán que tener relevancia histórica y una buena calidad de los materiales de preservación disponibles. Los requisitos que tendrán que cumplir serán haber sido producidas o coproducidas en Catalunya entre los años 1940 y 2014, siempre en soporte fotoquímico; no disponer de copias digitales de alta resolución; contar con el consentimiento previo de los titulares de los derechos de explotación, y contemplar la diversidad de géneros, estilos y períodos del cine catalán. Tal y como remarca Riambau, el objetivo no es digitalizarlo todo, ya que, no solo sería muy costoso, sino que supondría ocupar el 40% del volumen informático de la Generalitat.
Este primer año del plan, los largometrajes digitalizados han sido: Un vaso de whisky (Julio Coll, 1958), A tiro limpio (Paco Pérez Dolz, 1963), Los felices 60 (Jaime Camino, 1963), Vida de família (Josep Lluis Font, 1964), Furia española (Francesc Betriu, 1974), La ciutat cremada (Antoni Ribas, 1975), Boom Boom (Rosa Vergés, 1990) y Tren de sombras (José Luis Guerin, 1997). En los cortos, se ha puesto una especial atención en Picasso, teniendo en cuenta el inminente 50 aniversario de su muerte, y los títulos escogidos han sido: Lecciones de cinematografía (Paco Pérez Dolz, 1956), Circles (Ricard Bofill, 1966), Oda a Gaudí (Jordi Vall Escriu, 1967), Picasso-136 (Jordi Vall Escriu, 1969), Picasso a Catalunya (Josep Palau i Fabre, 1979), Picasso l’alegria de viure (Jordi Artigas, 1981), El museu dels tres palaus (Josep Maria Forn, 1982) y Picasso nostre (Maria Lluïsa Borràs González, 1982). A partir de 2023, una comisión externa y representativa del sector cinematográfico determinará los títulos a digitalizar, a propuesta de la Filmoteca, siguiendo el modelo de otras filmotecas europeas.