Nos encontrábamos a las puertas de noviembre cuando compartimos una tarde para recordar con el profesor Antón Costas en la sede del Círculo de Economía. La suya es una trayectoria vital forjada entre San Pedro de Matamá (Galicia), Barcelona y Madrid. Costas es también presidente del Consejo Económico y Social de España (CES) y recuerda a menudo que “la patria de un hombre es su infancia”. Mantuvimos una conversación pública hablando del nuevo contrato social poniendo el foco en el capitalismo y la democracia y donde la desigualdad tiene un papel “disolvente”. Surgieron algunos nombres de economistas cómplices como Keynes, Hobbes, Schumpeter, Skidelsky, Wolf, Collier o Autor, entre otros. Costas apunta que “el trabajo no es sólo una fuente de ingresos, sino la mayor fuente de relaciones sociales que aporta desarrollo intelectual y físico a las personas”. Pura lógica gallega y catalana. ¡Bendito trabajo! Rematamos el coloquio al más puro estilo Fabián Estapé y Ernest Lluch: “Hay que abrir ventanas antes que cerrar puertas”.
Este noviembre ha sido un mes de grandes cumpleaños y mejores celebraciones en la capital catalana. El Barça —el club de nuestras vidas— ha festejado sus 125 años con un nuevo clamor Del escudo al pecho, una mascota y muchos parlamentos azulgranas para recordar en el Liceu. Allí donde unos días antes se había celebrado también la Gala SuperArte del grupo Sifu que logró ponernos a todos con la gallina de piel con una gala repleta de talento y capacidades múltiples. “La música es nuestra forma de vivir y no entiende de discapacidades. La música es vida”, recuerdan los protagonistas de la gala. No olvidemos que sólo una de cada cuatro personas con discapacidad en edad laboral tiene trabajo. Cuentan Cristian Rovira y Albert Campabadal de grupo Sifu que “detrás de cada historia de discapacidad existe una historia de superación. SuperArte es integración, superación, solidaridad y tecnología”.
En La Pedrera tuvo lugar la celebración de los Premios Aijec y el gran homenajeado de la noche fue el empresario José Miguel Bermúdez y las innovadoras velas de Bound4Blue. Me gustó especialmente la reflexión del presidente de Aijec, Ruben Sans, quien reivindicó que “emprender no es sólo crear un negocio; es ver una necesidad y decidir hacer algo. Es ver una necesidad y formar parte de la solución, transformar los obstáculos en oportunidades, entender que el verdadero éxito nunca es individual, sino colectivo. Los jóvenes empresarios estamos demostrando que existe un camino alternativo que podemos ser arquitectos de nuestro propio destino. No es un camino fácil, pero es un camino que vale la pena recorrer”. Se espera que 376.000 personas se involucren en emprendimiento en Catalunya durante los próximos años y el conseller d’Empresa i Treball, Miquel Sàmper, insiste por activa y por pasiva que “esta debe ser la legislatura de la simplificación administrativa y de la colaboración público-privada. La Administración es un barco al que le cuesta mucho caminar y no podemos permitirnos que el talento se marche”. ¡A toda vela y esperamos que los vientos sean favorables!
El Foro de Entidades por la Reforma de la Administración (Fera) existe precisamente por eso, porque “no puede haber un buen país sin una buena administración”. Éste ha sido el clamor unánime de 300 entidades en forma de acuerdo de la sociedad en la Llotja de Mar: reducción radical de la burocracia y de la telaraña normativa, profesionalización de la dirección pública con adecuación profesional y competencial (sin carné de partido), evaluación de las políticas públicas, gestión del empleo público, buen gobierno, transparencia e integridad pública, digitalización eficiente o mejora de la seguridad jurídica para garantizar la buena práctica pública de los empleados públicos.
La música de Fera suena bien y más si viene acompañada del consultor Xavier Marcet: “La prosperidad es crear riqueza, ascensor social y la administración que ayuda y empuja. No es fácil reformar la administración, pero las cosas deben estar orientadas a resultados. No vamos a ninguna parte sin confianza entre público y privado. Esto no es una guerra de empresarios contra funcionarios. Queremos una administración de la que enorgullecernos y queremos que las cosas pasen”. No es ni será el primero o el último plan que se haga en Catalunya, pero la diferencia radica más en la ejecución que en el diagnóstico. Así de fácil: debemos hacer que las cosas pasen. El ritmo de las personas y empresas debe ser el mismo que el del Ayuntamiento, el Parlamento o el Congreso. Y con Humanocracia, que escribe Gary Hamel.
“No puede ser directivo si no se piensa y no se escribe. No pasa nada sin pasión que es la suma de ilusión y perseverancia”, añadía Xavier Marcet durante la presentación de su nuevo libro Management del Sentido Común (Plataforma Editorial) en la Casa Seat en el corazón de La Diagonal. Se entiende como management humanista esta magnífica mezcla entre arte y técnica para dar resultados pero no a cualquier coste. Sí, las personas deben estar en el centro. Profundiza el presidente de Renfe, Raül Blanco, que “somos eternos becarios en excedencia” y que “el management del sentido común deja cicatrices e implica asumir responsabilidades”. Remata el teniente de alcalde de Barcelona, Jordi Valls, que la política es una de las profesiones más denostadas del país y que “la vida no es tan sólo un romanticismo, en los momentos duros debes preguntarte cuál es el propósito y porque hacemos las cosas”. Vaciar la agenda, pensar y actuar o tener legado son algunos de los pequeños grandes aprendizajes del management del sentido común que a veces también necesita un punto de locura.
Vaciar la agenda, pensar y actuar o tener legado son algunos de los pequeños grandes aprendizajes del management del sentido común de Xavier Marcet
La oda a la locura emprendedora del Impact Night de Netmentora en la Sala Beckett traspasó las paredes del teatro. Be Mad, While Ordinary play safe, dreamers shape what’s next. Provocador. “El futuro pertenece a quienes se atreven a imaginarlo y necesitamos más gente con locura que emprenda”, exclaman Marc Morillas y Alejandro Ribó de Netmentora. La inteligencia artificial preocupa mucho al empresario catalán. Seguramente se trata de adelantarse al futuro con la inteligencia humana del presente. Tanto es así que la popular IA ha ocupado un puesto de honor en la Jornada de los Economistas, el Fórum de FemCAT o el Cornellà Creació Fòrum. Defiende el Premio Nobel de Economía David Card que la IA favorecerá a los trabajadores menos formados y que si queremos una Catalunya próspera necesitamos un muy buen nivel de educación. La formación es la clave de la EconomIA. Mientras, Waymo hace miles de viajes autónomos, la IA gana premios Nobel y los modelos de última generación ya superan a los seres humanos. No olvidemos que el campeón Garry Kasparov perdió en 1997 una partida de ajedrez contra la supercomputadora DeepBlue. Quizás todavía no estamos preparados para esta ola tecnológica, pero al menos hace años que estamos avisados de esta otra fiera que afectará a todo y todo el mundo.
Alerta el VP de Google, Xavier Armitrain, que la IA está cambiando las hojas de ruta de muchas empresas, que la IA puede hacernos más inteligentes pero que las decisiones y la responsabilidad es cosa de los seres humanos. Claro y catalán: “La educación es el factor más importante para determinar el éxito de un país durante una revolución tecnológica”. FemCat apuesta por la competitividad, la innovación, la cohesión social y la proyección de Catalunya en el mundo. No puede haber un buen país sin una buena administración, al igual que no puede haber un buen país sin buenas empresas y grandes empresarios.
Quizás podríamos hablar también de empresarios y de comercios con alma, tal y como se puso de manifiesto en la jornada de retail de Comertia. Algunos de los ingredientes secretos son: ser culturalmente relevantes como Hurley, Brownie o Nude Project, enamorarse del oficio como Pilarin Bayés o Cristina Cabañas (Guitart Hotels), reivindicar el faro de los orígenes como Josep Ametller (Ametller) o Lluís De Buen (Fishhh!) o no olvidar que a veces el límite te lo pones tú como el deportista Àlex Roca. “Cada vez que una persona entra en una tienda no sólo compra un producto o un servicio, sino que busca y vive una experiencia única que enamora”, explica el presidente de Comertia, Ignasi Pietx. El comercio tiene una emoción diferencial.
Hablando todavía de amor… “Hay que enamorarse del problema y no de la solución”, defiende la rectora de la UOC y vicedecana del Colegio de Economistas de Catalunya, Àngels Fitó. Sólo si te enamoras del problema encontrarás nuevas soluciones con datos, tecnología, procesos y cultura. Hay vida y equilibrio más allá de los tecnofóbicos y los tecnooptimistas. Faltan seguramente más humanistas que tecnólogos. Las estrategias de los empresarios Joan Font (Bon Preu), Inka Guixà (La Farga) y José Rodríguez Pousa (Sercotel) explicadas en el marco de la Jornada de los Economistas implican saber decir que sí pero también que no, ligar bien el conocimiento técnico con el negocio y superar con valores la lucha entre talento y tecnología. Lo importante es hacer funcionar la empresa, pase lo que pase. Según el presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull, “ninguna persona, empresa o institución quedará al margen de la IA. La humanidad tiene más poder que nunca para destruirse pero tiene más herramientas que nunca para salvarse”. Esperamos que la moneda artificial caiga del lado de la salvación humana y que la inteligencia nos coja confesados. Nos vemos muy pronto por La Diagonal.