Si la pandemia lo permite, Barcelona volverá a acoger en abril de 2021 una nueva edición del Barcelona Open Banc Sabadell – Trofeo Conde de Godó, el mayor evento deportivo y social no vinculado al fútbol que se celebra en la capital catalana. El confinamiento de la pasada primavera obligó a suspender el torneo de 2020, que era el último que tenía firmado por contrato el banco presidido por Josep Oliu.
Tras encajar el golpe de la cancelación, la junta directiva del Real Club de Tenis Barcelona (RCTB), presidida por Josep Jordi Cambra, se puso rápidamente a preparar el torneo de 2021. Uno de los principales desafíos era renovar el contrato de patrocinio con Sabadell en un entorno de máxima incertidumbre y en pleno desplome del negocio mundial de la esponsorización de eventos deportivos. Aunque el banco tenía un derecho preferente para renovar el patrocinio del Godó, el club sondeó alternativas, pero al final ha vuelto a recibir la confianza de la entidad financiera, que seguirá apoyando al torneo, como mínimo, un año más.
Según ha podido saber The New Barcelona Post, a finales de la semana pasada, coincidiendo con unos días de máxima intensidad en el banco por las frustradas negociaciones de fusión con BBVA, Sabadell y el Club de Tenis Barcelona firmaron una prórroga del contrato de patrocinio por un año, aunque nada impide que el acuerdo pueda ampliarse en 2021 si la industria del deporte logra recuperar la normalidad.
Aunque ni Banco Sabadell ni el club han querido realizar declaraciones, las múltiples fuentes consultadas aseguran que la prórroga se ha efectuado con las mismas condiciones económicas que el contrato hasta ahora vigente, es decir, no ha habido una negociación a la baja del importe del patrocinio, a pesar de que hoy por hoy se desconocen las condiciones con las que podrá celebrarse el evento. “El banco ha firmado una prórroga incondicional, sin saber qué ocurrirá en 2021, es prácticamente un cheque en blanco con el objetivo de asegurar la continuidad de un torneo que es muy importante para la ciudad de Barcelona”, afirma una de las fuentes consultadas.
Han estado en primera línea de la negociación el consejero delegado del Godó y vicepresidente primero del club, Xavier Pujol, el propio presidente Cambra y otro de los miembros de la junta directiva, José Cuevas, alto directivo de Banca March, que es el tesorero del tenis. “Fuera del fútbol o de la Fórmula 1 en Montmeló, a Barcelona sólo le queda el Godó, no hay nada más”, explican fuentes próximas a la junta para poner en valor la importancia de haber asegurado económicamente la edición de 2021.
Se calcula que como consecuencia de la covid-19, la inversión mundial en patrocinio deportivo podría desplomarse un 40% este año, hasta 28.900 millones de dólares, frente a los más de 46.000 millones de 2019, según cálculos de la firma Two Circles. El sector financiero, tradicionalmente el que más invierte en deportes, será el que más se apriete el cinturón, con un recorte de la inversión estimado del 45%.
El acuerdo para la prórroga de Sabadell se ha dilatado en el tiempo porque, en paralelo, la junta directiva del Tenis Barcelona ha tenido que lidiar con un conflicto con el grupo IMG, la empresa que se ha encargado de la organización del Godó durante más de 30 años. A finales de 2019, la junta ganadora de las últimas elecciones decidió adjudicar a la agencia barcelonesa Tennium la gestión del torneo entre 2021 y 2023. El Godó de 2020, por lo tanto, era el último que debía haber organizado IMG. Esta multinacional de márketing deportivo, sin embargo, hizo valer una cláusula de su contrato que le permitía prolongar por un año de forma automática la explotación del evento por circunstancias excepcionales, como fue la suspensión del torneo por la covid-19. Si el club decidía obviar esta cláusula y colocar igualmente a Tennium al frente del Godó en 2021 sólo tenía dos soluciones: indemnizar a IMG o acudir a los tribunales. Se ha optado por la primera vía, es decir, por alcanzar un acuerdo económico amistoso que podría haberse cerrado días antes de rubricar el contrato con Sabadell.
Tennium, por lo tanto, se estrenará el próximo año en el Godó y una de sus principales misiones será, precisamente, renovar los principales contratos de patrocinio del torneo, ya sea con Sabadell o con nuevos operadores. Además del banco, son sponsors del Godó el Ayuntamiento de Barcelona, Emirates, Peugeot, Estrella Damm y, en un nivel inferior, la Generalitat, Dunlop, Lacoste, Mapfre y La Vanguardia.
Banco Sabadell es el patrocinador principal de la competición desde 2008, por lo que en 2021 acumulará 14 años de vinculación con un acontecimiento que trasciende el plano deportivo y se convierte año tras año en un importante evento económico y social gracias a la vida paralela a los partidos que se realiza en los stands del village y en su concurrido restaurante. La entidad le ha sacado partido al torneo porque durante buena parte de estos años de patrocinio su imagen ha estado asociada a la de Rafa Nadal, la gran estrella del Godó, con once títulos.
Antes de Sabadell, el torneo lo había esponsorizado Seat —durante doce años— y, previamente, Renault y dos marcas de tabaco, Winston y Marlboro, algo hoy impensable.
Objetivo: más proyección internacional
Los nuevos organizadores del Godó y la junta directiva liderada por Cambra tendrán que combinar la adaptación del torneo a un entorno post-pandemia con su objetivo inicial de dar un fuerte impulso al evento deportivo, al que quieren dotar de una mayor proyección internacional. En este sentido, el octubre el club anunció que el Barcelona Open Banc Sabadell formará parte del Roland Garros Pro Series, una iniciativa que permite vincular el Grand Slam parisino con los mejores torneos sobre tierra batida alrededor del mundo.
La edición de 2021, la número 68, está previsto que se celebre entre el 17 y el 25 de abril, según el calendario inicial que maneja la ATP. Según la publicación especializada 2Playbook, el Barcelona Open Banc Sabadell ha manejado históricamente un presupuesto de entre siete millones y diez millones de euros por edición, con un margen de beneficio que se repartía entre el club y la compañía encargada de la gestión.
