Catalunya se sitúa como la quinta región europea en captación de fondos del European Research Council (ERC), una de las principales fuentes de financiación para hacer investigación a escala internacional. El excelente nivel universitario en Barcelona y su área metropolitana permite equipararse con países como Finlandia, Noruega o Bélgica, según un estudio de la Associació Catalana d’Universitats Públiques (ACUP). En las diferentes convocatorias promovidas por el ERC —Starting Grants, Consolidated Grants, Advanced Grants y Proof of Concept—, las universidades públicas catalanas consiguieron un total de 32 concesiones en 2018.
Este año, un total de diez científicos que hacen investigación en Catalunya acaban de recibir la última ronda de subvenciones de consolidación para investigadores que se encuentran en la mitad de su carrera —se han dado 22 en todo el país—. La financiación, de hasta dos millones de euros por subvención, con un millón de euros adicional, se ofrece durante un periodo de unos cinco años y va destinada principalmente a los sueldos de los investigadores y a los otros miembros de los equipos de investigación. Para optar a esta convocatoria, los investigadores tienen que tener entre siete y doce años de experiencia postdoctoral, y la investigación se tiene que desarrollar en organizaciones de investigación públicas o privadas, sobre cuestiones relacionadas con las ciencias sociales, la ingeniería o la biomedicina.
Núria Montserrat (IBEC), Mar Reguant (Barcelona GSE), Manuel Irimia (CRG) y Maria Carolina Florian (IDIBELL) son cuatro de estos diez investigadores, y todos ellos coinciden en decir que estas subvenciones lo que permiten, realmente, es cambiarte la vida.
“Es un salto cualitativo”
El investigador genético Manuel Irimia se dedica a estudiar los microexones, unos elementos genéticos muy pequeños que pueden hacer variar mucho las funciones de las proteínas. Para entenderlo, el científico pide imaginar un gen como si fuera una frase: las palabras serían estos elementos genéticos, que se tienen que poner juntas para darle un sentido y hay algunas, como no, que pueden hacer variar mucho su significado, a pesar de ser muy pequeñas. Conocer estos microexones le tiene que servir para ver qué impacto tienen en el desarrollo del cerebro y las neuronas, y si están relacionados con el autismo.
Ahora, la beca le tiene que ayudar para expandir sus estudios a otros órganos, como el páncreas o la retina. “Es un salto cualitativo para entender estos microexones”, expone. Después de que se le acabara la ERC Starting Grant, que le sirvió para poner en marcha su equipo, la nueva beca le permitirá ampliar sus líneas de investigación, pero, sobre todo mantener a los investigadores que trabajan con él. “Estaba todo el mundo esperando a si me la daban o no para saber si el 1 de enero tenían que hacer las maletas o no. Es así de dramático”, señala. Por eso, recalca que estas becas tienen mucho impacto para la investigación en Barcelona, tanto en lo práctico como en lo científico.
Nacido en A Coruña, Irimia estudió Biología en Madrid. Después de vivir en Copenhague, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Canadá, vino al Centre de Regulació Genòmica (CRG) de Barcelona, ciudad en la que ya había estado desarrollando su tesis en la Universitat de Barcelona (UB). “De lejos, Barcelona es la ciudad más atractiva en el ámbito científico de España”, expone. Según él, es la que tiene el componente internacional más desarrollado, reclutando talento de muchos países, y su estilo de vida atrae a muchos investigadores. “Todo esto hace que sea un buen lugar”, subraya, a pesar de que lamenta que el apoyo que recibe la ciencia en Catalunya y España no se puede comparar con el de otros países europeos. “En Barcelona, si se invirtiera mucho, se podría ser la referencia del sur de Europa, seguro. Las bases las tiene”, expone.
“De lejos, Barcelona es la ciudad más atractiva en el ámbito científico de España”, expone, aunque lamenta que la investigación no reciba el mismo apoyo que en otros países europeos
Volver a Barcelona
Licenciada en Economía por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y doctorada en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Mar Reguant vive en Estados Unidos, trabajando como profesora en la Universidad Northwestern de Chicago. A pesar de todo, este año ha sido uno de los buenos para ella. Desde mayo, forma parte de un equipo de asesores del gobierno de Emmanuel Macron en materia de cambio climático, junto a los premios Nobel Paul Krugman y Jean Tirole. “A partir de esto me hice como medio famosa y me ha salido mucho trabajo, lo que me está haciendo volver a Barcelona”, explica. Y, ahora, con la ayuda de la European Research Council parece que el retorno a casa está más cerca.
Reguant estudia los mercados energéticos y la transición que están viviendo, ideando políticas económicas para perfeccionarlos. Se dedica a analizar la información que se genera en estos mercados, para ver cómo la transición energética está impactando en su funcionamiento y estudiar su diseño, con el objetivo de encontrar maneras para integrar mejor las energías renovables y producirlas de una forma más barata.
La subvención del ERC le servirá para crear modelos que analicen esta infinitud de datos y poder sacar conclusiones, con el uso de nuevas herramientas como el machine learning. “Básicamente son técnicas estadísticas a las que ahora se les ponen nombres más chulos”, aclara.
De hecho, para Reguant, además de la posibilidad de volver a Barcelona, esta financiación le permitirá hacer “un salto muy grande” y duplicar su equipo en la Barcelona Graduate School of Economics (Barcelona GSE), llegando hasta los seis o siete investigadores. “Estoy muy ilusionada porque con esta beca podré constituir un equipo mucho más grande y contratar a gente que no venga necesariamente del campo de la economía o la energía, pero que venga más del campo del machine learning y mirar entre todos qué podemos hacer”, expone.
Atraer mucho talento
La profesora de investigación del ICREA en el Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC) Núria Montserrat pone en valor que las subvenciones que da el ERC permiten hacer un tipo de investigación arriesgada, que necesita una gran cantidad de recursos porque se abordan cuestiones sin respuesta y que necesitan desarrollar tecnologías para poder aproximarse. “Son preguntas high risk, high gain porque los beneficios que puedes obtener son muy buenos”, remarca.
Para Montserrat, las becas del European Research Council ayudan a atraer mucho talento, gracias a su prestigio, tanto en Europa como en el resto del mundo. “Te permiten hacer un buen arranque”, defiende. Además, sirven para encontrar otras vías de financiación, a través de consorcios y la colaboración con otros investigadores que reciben este apoyo en Europa: “Te abren muchas puertas”.
Bióloga de formación y con estancias en laboratorios europeos y estadounidenses, Montserrat estudia enfermedades renales a través de mini riñones humanos generados con células madre. Con el apoyo del ERC, investigará como el metabolismo y el ambiente físico impactan en el desarrollo embrionario de los riñones y las enfermedades renales. Para hacerlo, espera poder ampliar su equipo hasta las 15 o 20 personas, después de que, con la primera subvención que recibió en 2014 del ERC —Starting Grant—, trabajó sobre estos micro riñones con unos cinco investigadores.
Montserrat estudia dolencias renales a través de mini riñones humanos generados con células madre
Barcelona, una ciudad con “un programa de futuro”
La doctora Maria Carolina Florian, líder del gup de Envejecimiento de Células Madre del Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (IDIBELL) y el Programa de Medicina Regenerativa de Catalunya, escogió Barcelona para continuar su investigación porque vio que había “una idea, un programa de futuro”, a diferencia de lo que estaba encontrando en otros lugares. Estaba valorando otros destinos, pero acabó optando por la capital catalana.
Florian, que es italiana, llegó a Barcelona hace dos años, donde se siente muy bien acogida. Le gusta la cultura, la comida, el mar… “Es una gran ciudad”, valora. Profesionalmente, la elección de la ciudad y la ayuda del ERC le van a permitir centrar sus estudios en el rejuvenecimiento de la médula ósea, que puede servir para mejorar la supervivencia y calidad de vida de los pacientes de edad avanzada en quimioterapia. “Sin ningún tipo de duda, tengo la posibilidad de sacar adelante mi investigación”, indica Florian, contratando más personal y explorando esta nueva vía de investigación.