Las calles de Barcelona están a punto de experimentar una gran transformación. Se acerca la desaparición de los bloques de hormigón y los pivotes de color amarillo que han servido para proteger a las terrazas que han bajado a la calzada durante la pandemia. La emergencia sanitaria obligó a expandirlas, invadiendo un espacio antes destinado a los coches para garantizar que se mantenía la distancia de seguridad entre los clientes. Una vez que la crisis se empieza a apaciguar, los conocidos como New Jersey serán sustituidos por plataformas modulares diseñadas con el objetivo de ser más agradables a la vista, a la vez que funcionales, después de la animadversión que ha despertado el mobiliario de urbanismo táctico.
El Gremio de Restauración espera que en las próximas semanas los operadores inicien los trámites para poder hacer este cambio, a la espera de que el Ayuntamiento lo acabe de regular, introduciendo las modificaciones necesarias para hacerlo posible en la ordenanza de terrazas, que pasará a habilitar la calzada como espacio donde colocar mesas y sillas. Se prevé que se apruebe definitivamente en el último pleno municipal del año y entre en vigor a principios de 2022. “Se empezará a adelantar trabajo para que los resultados se empiecen a ver a partir de enero”, explica el director de la asociación, Roger Pallarols.
No todas las terrazas que han crecido en época covid adoptarán estas nuevas plataformas. En este periodo, el Ayuntamiento ha otorgado más de 3.600 licencias para nuevas terrazas y ampliaciones, de las cuales 1.588 se han ubicado en cordones de aparcamiento, carriles de circulación y chaflanes. Estas serán las que podrán optar al cambio, pero queda por ver cuántas lo querrán hacer finalmente.
Las que sí que quieran consolidar el espacio ganado en pandemia podrán escoger entre cuatro modelos de plataformas, con varias opciones disponibles, dependiendo de si se ubican en cordones de aparcamiento y carriles de circulación o en chaflanes. Urbadis, Escofet, IAAC-Alberch-Hortalia y Leku Studio-Durbanis han sido las empresas escogidas por el consistorio para diseñar las plataformas, sin excluir que se puedan incorporar más en un futuro. A principios de junio, se instalaron once prototipos en diferentes puntos de la ciudad, con el objetivo de testearlos. Un mes y medio más tarde, se homologaron un total de siete modelos, que ya se han incorporado al catálogo de mobiliario urbano municipal.
Las plataformas diseñadas por las cuatro empresas son diferentes, pero no mucho, teniendo en cuenta que todas ellas cumplen con unas características comunes fijadas por el Ayuntamiento. Los muebles son modulares, permitiendo adaptarse al número de mesas y sillas que le corresponde a cada licencia. Se tendrán que colocar de manera prioritaria ante el local y se han concebido de forma que sean accesibles desde la acera.
Las características que comparten, básicamente, son las dimensiones máximas y los colores que pueden tener los elementos que las configuran. La dimensión máxima para las plataformas que se ubicarán en cordones de circulación o plazas de aparcamiento será de cinco mesas, mientras que para las que habrá en chaflanes será de siete. Los diferentes modelos también comparten el color que podrán tener las jardineras, que será gris, azul oscuro, rojo oscuro, verde oscuro y verde. La única excepción es la de IAAC-Alberch-Hortalia, que está hecha de madera.
Las plataformas que harán de terrazas son modulares, permitiendo adaptarse al número de mesas y sillas que le corresponde a cada licencia, y se tendrán que colocar de manera prioritaria ante el local
La gran diferencia entre los cuatro modelos es el material que usan. Las plataformas de Escofet y Leku Studio-Durbanis utilizan el hormigón, mientras que las de IAAC-Alberch-Hortalia y Urbadis recurren a la madera. Sobre esta cuestión, los productores de las de hormigón ponen en valor su resistencia y durabilidad, remarcando que no necesitarán mucho mantenimiento, según explican el director general de Escofet, Andreu Gomà, y el director de producto de Durbanis, Francesc Crous. Desde Urbadis, su fundador y director, Josep Amor, señala que su plataforma tiene madera en el pavimento para darle un aire más cálido, mientras que la base y las jardineras son de acero para ganar en resistencia. Joan Chavarria, socio y director de márketing de Hortalia, expone que su proyecto, compartido con el Institut d’Arquitectura Avançada de Catalunya y el productor de madera Alberch, quiso apostar por un producto que fuera confortable y lo más sostenible posible, reduciendo al mínimo su huella ecológica, sin dejar de tratar la madera para protegerla frente a la humedad y los insectos. También cree que utilizar solo madera da sensación de amplitud.
Los diferentes modelos de plataforma, uno a uno
ESCOFET
Analizando más detalladamente cada una, la plataforma de Escofet está formada por una base de módulos de hormigón (30% reciclado) con acabado gris. Las jardineras y la barandilla, con un diseño muy cuidado según Gomà, son de acero lacado. Hay tres modelos disponibles, tanto si está ubicada en vertical o en un chaflán: alto (90 cm), bajo con barandilla, y bajo. La conexión entre la plataforma y la acera se hace a través de una rampa de aluminio, que Gomà indica que aporta resistencia y no se deforma. El director general de la compañía también remarca que la plataforma tiene un mecanismo para nivelar los diferentes módulos. La empresa producirá las plataformas en Martorell.
IACC, ALBERCH Y HORTALIA
La plataforma íntegramente de madera, la del IACC, Alberch y Hortalia, se caracteriza por tener el pavimento, las jardineras y la rampa que conecta con la acera de madera, de pino rojo de Suecia y con certificado PEFC, y solo los pies son de acero galvanizado. Los elementos están completamente integrados y solo está disponible la opción de plataforma alta (90 cm). De momento, el Ayuntamiento ha homologado la versión que se coloca en un cordón de servicios o una plaza de párking, y está en proceso de recibir el aprobado la versión para los chaflanes. En este proyecto, el IAAC fue quién diseñó la plataforma y escogió a Alberch como proveedor de madera. Hortalia se encargará de producir las plataformas en Manresa.
URBADIS
Continuando con la madera, Urbadis la trata para protegerla del agua y los hongos, y la combina con hierro. Para Josep Amor, la base de madera con jardineras de acero le da un toque urbano y, además, señala que es muy delgada y tiene pies regulables, garantizando que quedará llana respecto a la acera. Hay tres modelos: una plataforma alta (90 cm), una baja con barandilla y pasamano de madera y una baja, tanto para cordón como para chaflán. En su caso, la rampa que sirve como transición entre la terraza y la acera está oculta en la propia plataforma. Esta compañía barcelonesa producirá las plataformas en Vilanova i la Geltrú.
LEKU STUDIO Y DURBANIS
Por último, la plataforma codiseñada por la barcelonesa Leku Studio y la gerundense Durbanis está hecha con hormigón UHPC, de muy alta resistencia. Las jardineras y la barandilla son de acero lacado, mientras que la rampa que conecta con la acera es de acero galvanizado. Crous subraya que la plataforma se puede nivelar para garantizar la continuidad con la acera. También destaca que los materiales que componen la plataforma se podrán reutilizar, tanto el acero como el hormigón, con el objetivo de fomentar la circularidad. Se puede añadir elementos complementarios como un límite protector o un banco. Durbanis, con sede en Banyoles, externalizará la producción a otras empresas.
La inversión se amortizará con las mesas que se ganarán
Una de las incógnitas de esta transformación inminente que vivirá la ciudad será cuántas de las casi 1.600 terrazas que han bajado las mesas a la calzada quieren adquirir una plataforma. El Gremio de Restauración ha detectado un gran interés por parte de los restauradores para incorporarlas, pero cree que no lo acabarán haciendo todas las que tienen derecho a hacerlo.
Una de las variables que lo determinará será el precio. Cuánto costará adquirir e instalar una de estas plataformas homologadas por el consistorio es aún hoy la gran incógnita, pero desde el Gremio señalan que se dará a conocer en breve. De momento, el gobierno municipal ha anunciado que creará un fondo de dos millones de euros para ayudar a los establecimientos en este proceso, con ayudas que podrían cubrir hasta el 50% del presupuesto.
Una de las incógnitas de esta transformación inminente que vivirá la ciudad será cuántas de las casi 1.600 terrazas que han bajado las mesas a la calzada quieren adquirir una plataforma
Teniendo en cuenta que casi 1.600 terrazas pueden recurrir a esta subvención, Pallarols ve poco probable que el consistorio pueda llegar a pagar la mitad de la factura de todo el mundo. Sea como sea, el director del Gremio remarca que las inversiones se amortizaran. “La gran ayuda será la ampliación del parque de terrazas en Barcelona”, defiende. De hecho, solo con las licencias aprobadas en pandemia, la ciudad ha ganado 10.000 mesas y 45.000 sillas más, según cálculos de la asociación.
Aunque los restauradores empiecen a avanzar trámites a la espera de la validación definitiva de la modificación en la ordenanza de las terrazas, Pallarols sostiene que el cambio de paradigma que vivirá la restauración de la capital catalana se alargará durante casi todo el año que viene. “Será un proceso largo”, subraya. Primero, se tendrá que obtener la autorización por parte del Ayuntamiento y, después, los establecimientos tendrán que encargar las plataformas a las compañías, que las tendrán que fabricar e instalar en destino, además de sustituir a los impopulares New Jersey. A pesar de todo, Pallarols está convencido de que en el mes de enero ya se empezará a ver cómo aparecen nuevas terrazas.
Los barceloneses quieren más terrazas
La apuesta del Ayuntamiento por mantener las terrazas en la calzada viene avalada por la buena aceptación que ha tenido esta medida, impulsada temporalmente para dar respuesta a una emergencia que hizo surgir nuevas necesidades, como la de garantizar la distancia de seguridad y generar espacios que minimizaran el contagio. Esta medida provisional ha demostrado ser un gran acierto: la concesión de más de 3.600 licencias para nuevas terrazas y ampliaciones ha permitido salvar casi 1.875 puestos de trabajo, según un estudio de la Universitat de Barcelona (UB).
Por otro lado, según una encuesta reciente del Gremio de Restauración, los barceloneses han incrementado el uso que hacen de las terrazas, espacio que continúan prefiriendo, incluso, en invierno si hay estufas. Un 62% de los encuestados asegura que se va de un local si no hay una mesa disponible en el exterior y solo el 18% se conforma con quedarse en el interior. “Se ha acelerado una demanda que ya era importante antes de la pandemia”, remarca Pallarols. La asociación también ha detectado una gran aceptación para sustituir los bloques de hormigón por plataformas homologadas, con un 60% aprobando el cambio.
