Consolidarse como un verdadero distrito de la industria 4.0 de alcance global. Este es el objetivo con el que el DFactory ha puesto en marcha la primera fase de su ampliación, con la que ganará 30.000 metros cuadrados en dos nuevos edificios. Con esta primera ampliación, el centro llegará a los 47.000 metros cuadrados de techo, que estarán destinados a las innovaciones de la industria y estarán operativos previsiblemente a finales de 2026. Actualmente, cuenta con 17.000 metros cuadrados.
Esta ampliación del DFactory, ahora en fase de licitación, tendrá un coste de entre 50 y 70 millones de euros, que se traducirán en dos nuevos edificios en la parcela que se extiende frente a la entrada actual del inmueble. La ampliación, sin embargo, no se quedará aquí: el centro del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) prevé seguir ampliándose en una segunda fase hasta alcanzar los 100.000 metros cuadrados. Esta futura fase, por ahora sin calendario, se pondrá en marcha a medida que el DFactory vaya ocupando sus espacios disponibles y capte interés del sector para seguir creciendo.
El DFactory, que abrió en 2021 promovido por el CZFB en los terrenos de la antigua Seat, acoge ahora a unas 30 empresas y genera 500 puestos de trabajo directos, que podrían triplicarse también hasta los 1.500 con esta primera fase de ampliación. Para ello, el centro albergará tanto a startups del ámbito industrial en fase inicial o en crecimiento, como a grandes empresas que escogen el DFactory para abrir nuevos hubs de alcance global.
Para llegar a estas empresas, el CZFB ha emprendido un “road show internacional” en el que ha recogido el interés de grandes compañías globales: “Son empresas que se debaten entre abrir en Barcelona o ciudades como Hong Kong o San Francisco”, ha ilustrado la directora general del CZFB, Blanca Sorigué, junto al delegado especial del Estado en el CZFB, Pere Navarro.
Los tres edificios se ubicarán a lo largo de una gran avenida en la que se convertirá la que es la Calle Número 27 de la Zona Franca. Quedará culminada por uno de los edificios, con forma de cubo acristalado, en el que se organizarán actividades y demostraciones, como ha explicado Navarro. Además, en el futuro incluirá elementos como un gran monolito que simbolizará el conocimiento, como un guiño cinematográfico a 2001: Una odisea en el espacio.
Todo ello se plantea en un “polígono industrial que ahora está aislado”, algo que el consorcio quiere revertir. Para lograrlo, apuestan por impulsar medidas para facilitar la movilidad, con más carriles bici y con más transporte público, ha avanzado Navarro: “Queremos que sea mucho más amable y más abierto a la ciudad y a la región metropolitana, desde un punto de vista tanto físico como psicológico”.

La promoción de esta integración urbana forma parte del Plan Estratégico del CZFB para 2025-2029, que el consorcio ha actualizado con sus objetivos de cara a los próximos años. Entre ellos, figuran también seguir impulsando la Incubator 3D, así como continuar potenciando su Logistics 4.0 Incubator, por la que han pasado 46 empresas y que a finales de enero lanzará una convocatoria para acoger a nuevas startups logísticas.
Además, el consorcio convertirá tres de las calles de la Zona Franca en un laboratorio de pruebas para el vehículo eléctrico y conectado. Para probar las nuevas tecnologías en circulación, las calles se mantendrán abiertas a su uso habitual en este nuevo “campo de pruebas” que el consorcio abrirá a empresas de la automoción. Este año se implementará la arquitectura tecnológica que posibilitará este circuito, para permitir la conectividad en tiempo real de los vehículos que se testarán.

Otro de los objetivos del consorcio es seguir acercando la industria 4.0 a la ciudadanía y, sobre todo, despertar vocaciones a edades tempranas. Para ello, lleva sus proyectos hasta escuelas y, además, lo ha sacado de las aulas, con visitas de niños y niñas a centros como fábricas y plantas químicas. El consorcio, que quiere exportar este programa para que llegue a más zonas de Catalunya, pone la mirada especialmente en las niñas, en su estrategia para promover la igualdad y dar visibilidad a las mujeres del sector.
La Zona Franca acogerá también otra prueba, y es que la OCDE y el CZFB han acordado poner en marcha un proyecto piloto que servirá para certificar las zonas francas de todo el mundo que garanticen la seguridad comercial en su territorio. En este contexto, la Zona Franca de Barcelona prevé convertirse durante este año en “la primera del mundo en obtener esta certificación”, ha destacado Navarro.
La Zona Franca estudia crecer hacia arriba
Para seguir posicionando la Zona Franca a nivel internacional como nodo de la industria 4.0, el consorcio incentiva a las empresas que operan desde su polígono para que abracen las tecnologías innovadoras. “El objetivo es generar densidad, y que el distrito 4.0 sea una realidad. Y sólo lo será si sus 6.000 kilómetros cuadrados en bloque se convierten en referente mundial”, ha subrayado Navarro.
Ahora, el polígono cuenta con una ocupación de más del 90% y, aunque no puede ampliarse por sus fronteras naturales, proyecta ampliar espacios: el consorcio se plantea hacerla crecer maximizando el aprovechamiento de las parcelas. En un trabajo conjunto con la empresa municipal Barcelona Regional, se están sectorizando las parcelas para estudiar la posibilidad de ampliar su edificabilidad y de levantar plantas superiores, con el objetivo de ampliar la capacidad del polígono.

Además, el consorcio quiere sacar el máximo partido también de los techos de las naves del polígono, y está llevando a cabo un estudio para impulsar una instalación masiva de placas solares. La energía generada podría ir más allá de la Zona Franca y llevarse hasta el puerto y la Marina del Prat Vermell. Esta medida se recoge en un plan estratégico que también prioriza compromisos de RSC, en los que enmarca el acuerdo para ceder terrenos al Ayuntamiento para construir casi 2.000 viviendas.
Entre los objetivos del CZFB, figura también su apuesta de convertir el edificio de Correos de Via Laietana en un centro de innovación digital, con una reforma de 50 millones de euros. Sin embargo, el proyecto sigue encallado por la tasación dispar del histórico edificio: una lo tasa en 50 millones, pero la que el consorcio considera válida sitúa la cifra en unos 20 millones. La diferencia radica en que una contempla sólo la superficie y la ubicación, mientras que la de 20 millones tiene en cuenta que el uso del edificio está restringido sólo a correos, y que sólo se cambiará si es para que lo gestione el consorcio, y no ningún otro operador.