Barcelona y su área metropolitana disponen desde este miércoles de una aplicación pública con la que pedir taxis. Se da respuesta así a una reivindicación del sector, que la pedía desde el 2016 para poder competir con otras apps que se han creado en los últimos años. El Institut Metropolità del Taxi (Imet) y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) han desarrollado Picmi Taxi para poder pedir un taxi a través del teléfono móvil, sin tener que esperar en la calle a que pase uno y levantar la mano para pedirlo. “Supone una mejora del servicio para todos los taxis porque ya no depende de que el cliente vea al taxista, sino que, a través de una pantalla, puede saber que hay un taxi disponible y fomentar el uso”, expone la presidenta del Imet, Laia Bonet. La iniciativa ha supuesto una inversión de 200.000 euros, con el 80% de los recursos provenientes de los fondos europeos.
El funcionamiento de la nueva aplicación pública, la primera de España, es muy similar al de otras apps para pedir taxis que funcionan en Barcelona, como Taxi Ecològic, FreeNow o Cabify. “Tenemos que aprovechar esta oportunidad única de tener acceso a una herramienta que no existe en ningún otro sitio y que permite tener digitalizada toda la flota de taxis”, sostiene Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi, la asociación más representativa del sector. Los más de 10.000 taxis activos en el área metropolitana se tendrán que descargar obligatoriamente la nueva app, lo que permitirá acceder a un gran volumen de vehículos y reducir los tiempos de espera, además de evitar tener que esperar a ver pasar un taxi.
Para poder utilizar la nueva aplicación, los usuarios tendrán que descargarse la aplicación móvil AMB Mobilitat. A través de ella, se podrá acceder al servicio Picmi Taxi, que estará disponible en los 36 municipios metropolitanos. Aquellos usuarios que ya dispongan de AMB Mobilitat, unas 175.000 personas, solo tendrán que actualizarla para incorporar la nueva funcionalidad.
Una vez dentro, solo habrá que pedir el taxi, pudiendo escoger entre uno estándar, de grandes dimensiones o adaptado a personas con movilidad reducida. La aplicación geolocalizará al usuario, enviando el aviso a los taxistas más cercanos y adjudicando la carrera teniendo en cuenta factores como el tiempo de llegada o si están estacionados en una parada próxima. En el caso de que el cliente esté situado en una zona sin taxis, la aplicación le derivará a alguna radioemisora.
Cuando la aplicación haya escogido al taxista y calculado los minutos de espera, el usuario podrá aceptar o rechazarlo. También podrá consultar el precio aproximado del servicio y la duración del trayecto, en condiciones de tráfico fluido. Como pasa con otras aplicaciones, el usuario recibirá información del taxi para poderlo identificar, como el modelo de vehículo y su matrícula, así como se le enviará un aviso cuando el taxi haya llegado al punto de recogida.
Una de las carencias de la nueva app pública es que no se podrán hacer reservas de taxis para días u horas concretos ni se podrá pagar a través de ella. Esto último acarrearía problemas de competencia con el resto de aplicaciones, teniendo en cuenta que sería una institución pública la que asumiría la transacción. Tampoco se ofrecerá un precio cerrado como hacen aplicaciones como Taxi Ecològic.
Despliegue de una red de microparadas
La app priorizará a los taxistas que estén esperando en una parada, reduciendo así los viajes en vacío y la contaminación. Según cálculos del AMB, los taxis efectúan 660 millones de kilómetros al año y en casi la mitad van vacíos.
Por ello, el Ayuntamiento está desplegando una red de microparadas para garantizar que todos los barceloneses tienen cerca un punto en el que siempre habrá vehículos disponibles. Las nuevas microparadas, con capacidad para dos o tres taxis, se empezaron a desplegar este verano y ya se han implementado un total de 51, distribuidas por los diez distritos de la ciudad. De cara a 2023, se señalizarán las 140 microparadas restantes. En la trama Cerdà, se prevé que haya una microparada en un máximo de 120 metros de distancia.
Las microparadas se combinarán con las tradicionales paradas, que tienen una capacidad mayor para el estacionamiento de vehículos y están más concentradas en los barrios centrales de la capital catalana. Con las 274 paradas de taxi actuales, que llegan hasta las 372 en el conjunto del área metropolitana, se superarán los 500 puntos en los cuales ir a buscar un taxi, entre paradas y microparadas.