Las administraciones deben tratar de comprender a las empresas a la vez que agilizan su funcionamiento y articulan una fiscalidad que tenga al empresariado en cuenta como un actor crucial para la economía. Estas son algunas de las demandas que han lanzado representantes del retail en un encuentro de Comertia centrado en las Empresas con alma. La XXI Jornada Retail de la asociación ha contado con intervenciones de empresarios como Joan Font (Bon Preu) y Anna Sorli (Sorli), la medallista olímpica Ona Carbonell, el experto en innovación Alfons Cornella y el médico y ensayista Mario Alonso Puig.
“A veces nos tratan como si fuéramos delincuentes en potencia” y no como generadores de riqueza y puestos de trabajo, ha sostenido el presidente de Bon Preu sobre las administraciones. Joan Font les ha pedido más flexibilidad y agilidad, y una política fiscal que tenga en cuenta que las empresas generan rendimientos futuros, y no que sólo busque resultados para el presente inmediato. Al mismo tiempo, ha sostenido que las empresas deben ponerse en el lugar de quienes buscan empleo y ser flexibles para adaptarse a sus necesidades.
En una mesa redonda junto a Sorli y al fundador de Dormity y presidente de Comertia, David Sánchez, Font ha pedido evitar lanzar mensajes como que existen derechos sin tener en cuenta los deberes, y que “el trabajo es un castigo bíblico que, cuanto menos se haga, mejor”. En la misma línea, Sorli ha destacado que se ha perdido la tradición familiar de transmitir de generación en generación una empresa y unos conocimientos. “Nadie busca la estabilidad laboral”, sino otros objetivos, algo que genera desafíos con respuesta aún pendiente, según Sorli. La presidenta de la cadena de supermercados ha coincidido en pedir a las administraciones “que estén más cerca de las empresas y que se lo pongan todo más fácil”.
Ona Carbonell anima a “ser inmune a lo que no aporta, venga de donde venga”, cuando se trate de críticas que no sumen
Sorli ha defendido que el alma de una empresa consiste en aquello que la identifica, y ha puesto en valor la creación de la Fundación Sorli para avanzar en la equidad de género en las empresas. Y es que, “más allá de la cuenta de resultados, importa el impacto positivo real en la sociedad”, ha subrayado David Sánchez. El presidente de Comertia ha centrado sus demandas a las administraciones en la fiscalidad, y ha advertido de que la sociedad colapsa si baja la producción de empresas y el consumo de ciudadanos a causa de los impuestos. En una intervención previa al abrir la jornada, Sánchez ha llamado a “recuperar la Barcelona cosmopolita con ganas de comerse el mundo”. Para ello, ha señalado como clave mantener una determinada actitud, que incluye “pasar de la queja a la propuesta”.
La medallista olímpica Ona Carbonell también tiene la concepción de la queja como eje central de su filosofía de vida. “Las buenas se quejan, las mejores se adaptan” es la lección que le dio una de sus entrenadoras. La deportista lo ha relatado en la jornada, en la que ha explicado que está creando una marca de ropa de baño sostenible, y que está centrada también en concienciar sobre las dificultades de la conciliación del ámbito del deporte de élite y la maternidad, en una “lucha por visibilizar que se puede ser deportista y madre”.
Tanto en estas nuevas metas como en su laureada trayectoria como nadadora, Carbonell apuesta por aprovechar las adversidades y convertirlas en fortalezas. Así lo hizo su equipo olímpico sacando partido de la diferencia de estatura y peso de las nadadoras, en lugar de lamentarse por no ser dar una imagen más homogénea. De su experiencia extrae también otro aprendizaje: las críticas son imprescindibles, pero en ocasiones, no suman. Ante estos casos, ha animado a “ser inmune a lo que no aporta, venga de donde venga”.
Las críticas también han protagonizado parte de la charla del experto en innovación Alfons Cornella. El fundador de Institute of Next defiende aprovechar estas críticas para mejorar, hasta el punto de que ha sugerido cambiar los buzones de quejas por espacios de innovación. Y es que ve crucial precisamente innovar y a hacerlo desde la rebeldía y el inconformismo. “¿Por qué tenemos que ser rebeldes? Porque hay otra gente en el mundo que lo es, que lo experimenta, y que está constantemente haciendo pruebas para cambiar el statu quo”, ha avisado. Cornella ha advertido también de que la innovación y las grandes ideas parten en la mayoría de los casos de la experiencia y del conocimiento. “Aunque digan que las iniciativas aparecen de repente en un garaje, que puede ser, la verdad es que la mayoría son fruto de personas con mucha experiencia y que conocen el mercado”, ha remarcado, antes de animar a los asistentes a atreverse a ser rebeldes.
Mario Alonso Puig avisa de que els pensamientos del alma generan proyectos, mientras que los pensamientos del ego provocan pequeñeces y rivalidades
Y esta rebeldía es necesaria para cuestionarse la realidad para identificar elementos que puedan mejorarla, pero también para llevar a la práctica estas ideas. Así lo ha destacado el cirujano y escritor Mario Alonso Puig: “Lo que es difícil es ejecutar”, ha avisado. “Muchas personas tienen buenas ideas, pero hay que tener un nivel de convicción suficientemente grande para ejecutarlas”, ha continuado. Alonso ha cerrado la jornada con una advertencia en positivo: los pensamientos del alma generan proyectos, los pensamientos del ego, pequeñeces y rivalidades. De este modo, son el alma y la convicción en los valores y propósitos propios las que mueven a las empresas y, de forma inherente, a las personas que las conforman.
