El restaurante 7 Portes, ubicado en los Porxos d’en Xifrè de Barcelona, vuelve a trabajar a pleno ritmo. El emblemático local ya ha superado los niveles de actividad prepandemia y emprende nuevos proyectos como la apertura de La Barra del 7 Portes Galvany, un nuevo restaurante que eleva a tres el número de establecimientos regentados por el economista e ingeniero Paco Solé Parellada y por su familia.
Antes de la crisis sanitaria, Solé ya apostó por abrir un segundo restaurante justo detrás del 7 Portes, en la calle Reina Cristina, que llamó La Barra del 7 Portes Pla de Palau. “Esta iniciativa nos ha funcionado muy bien, no perdemos dinero, incluso ganamos, y por eso con mi mujer, Susana, hemos decidido abrir una segunda Barra en la calle Amigó con Madrazo, cerca del mercado de Galvany“, explica Solé Parellada que, de forma inmediata, advierte que “no es el inicio de ninguna cadena”.
“Pensamos que tenemos suficiente capacidad de gestión para poder abrir algún nuevo restaurante y llevar al 7 Portes por encima de la Avenida Diagonal. Ahora bien, no sé si abriremos más, ya veremos, ¡pero la idea no es ir replicando esta spin off hasta convertirla en un unicornio!”, afirma el propietario.
Según Solé, este tercer hijo es especial, ya que supone poner un pie en un barrio totalmente nuevo donde creen que pueden acceder a un público barcelonés distinto. “Soy catedrático de organización de empresas y, sinceramente, no creo que este restaurante fagocite al original. Pensamos que podremos captar a un público nuevo, un perfil de cliente que habitualmente no baja al 7 Portes, pero que en esta nueva ubicación sí vendrá a disfrutar de nuestra gastronomía”, argumenta. “Por fin —añade—, la paella más famosa de Barcelona, de la que hemos vendido más de 7 millones de raciones, cruza la Diagonal”.
El grupo 7 Portes —un concepto que a Solé Parellada no le gusta utilizar— factura 10 millones de euros al año y suma ya más de 120 trabajadores en los tres establecimientos. “No somos un grupo, somos una familia que tenemos la suerte de tener un restaurante en el que trabajan cien personas y que nos da capacidad para poder hacer cosas”, subraya. Asegura que la solvencia de la empresa ha sido clave para poder aguantar el fuerte descalabro provocado por la pandemia, aunque esta crisis ya se da por superada, porque el 7 Portes lleva ya algunos meses registrando una actividad superior a la de 2019.
El mítico restaurante, que abrió sus puertas en 1836, sirve a entre 300 y 600 clientes al día, en un horario ininterrumpido, de los que la mitad son locales y la otra mitad, turistas. La familia Solé Parellada, una de las ramas de la estirpe de restauradores más antigua de Catalunya, se hizo cargo del establecimiento en plena posguerra, en 1942. “Sólo dos años después nací yo, en el 7 Portes; este restaurante, que compré a mi padre cuando tenía 28 años, ha sido mi vida”, apunta Solé Parellada, que vive con orgullo la celebración del 185 aniversario del histórico establecimiento.
Solé ha compaginado esta actividad con su carrera académica como catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), de la que fue vicerrector en la etapa de Jaume Pagès. Ahora, ya catedrático emérito, todavía da alguna clase de vez en cuando y forma parte de uno de los grupos de investigación, además de ser el vicepresidente de la Fundación CYD (Fundación Conocimiento y Desarrollo), que preside la banquera Ana Botín.
El nuevo 7 Portes de Galvany se ubica en un local que había ocupado el restaurante Ca La Mariona, en el número 53 de la calle Amigó. El estudio C97 Arquitectes e Ignasi Raventós se han ocupado del interiorismo, con una estética mucho más moderna, aunque hay diferentes elementos que recuerdan al local original de los Porxos d’en Xifrè, como las típicas baldosas blancas y negras del suelo y los espejos.
La Barra Galvany ofrece una versión reducida de la carta del 7 Portes, que está formada por más de 80 platos. Las tapas y los arroces son los protagonistas de este establecimiento, con clásicos de la casa para empezar como las croquetas crocantes de jamón ibérico, los calamares a la romana con mayonesa y romesco, la ensaladilla rusa o los buñuelos de bacalao.
Los entrantes se pueden completar con anchoas y pan con tomate, con una ensalada de langostinos sobre una cama de tomate natural picante o con una cazuela de mejillones al vapor. No hay que perderse tampoco el canelón trufado de Fiesta Mayor y elegir para culminar la comida una de las múltiples paellas 7 Portes, como la paella Parellada tradicional de pescado y marisco, la mixta o la de verduras.