Quedará vintage decirlo, pero de Manuel Fraga, pieza clave en la recta final del franquismo y durante un buen tramo de la Transición española, decían que tenía “el Estado en la cabeza”. Tenía una cabeza grande, era cabezota, muy inteligente y con gran memoria, y además decían que conocía como pocos los engranajes de la España de su tiempo. A todo esto se referían los periodistas y políticos que defendían que ese político gallego tenía “el Estado en la cabeza”. De los dos ilustres arquitectos que esta semana han pasado por los Moments Estel·lars que The New Barcelona Post organiza en la Casa Seat, sin la cabeza gorda, pero con muchas de las cualidades de Fraga y en este caso en relación con la capital catalana, yo al conversar con ellos llegué a la conclusión de que tienen, como pocos, Barcelona en la cabeza.
La conversación fue una delicia, por cómo fluyó, por lo poco previsible que fue y por cómo se dejó notar un respeto y cariño mutuo de aquellos que no pasan por ser complacientes con el otro, ni por dorarle la píldora, ni por masajearlo. En algunas cosas difirieron (bastante intensamente), y eso se agradeció.
¿El futuro de las ciudades, también el de Barcelona, por supuesto, debe pasar inevitablemente por ser “esponjas” o eso no es practicable? Las grandes transformaciones de la ciudad, desde los años ochenta, pasan ahora por un “ensanchamiento” de Barcelona más allá de unas fronteras difusas que… ¿hasta dónde deben llegar? ¿La referencia de grandes arquitectos como Oriol Bohigas son una losa nostálgica o una inspiración que impulsa?
La Arquitecta Jefe de Barcelona, Maria Buhigas (sin parentesco con el maestro recién mencionado), y el prestigioso arquitecto Joan Roig, socio cofundador del despacho Batlle i Roig, dialogaron amigablemente pero sin demasiadas concesiones al otro, y ejemplificaron con bastante profusión de ejemplos por qué Barcelona, arquitectónicamente hablando, en cuanto a su espacio público, es a la vez admirada (sobre todo por los de fuera, pero no sólo) y temida (sobre todo por sus ciudadanos, que sufren sus transformaciones y los daños colaterales de su éxito o de todo lo contrario).
Del Raval, al Besòs, pasando por el Poble-sec o la Sagrada Família, y de aquí a Nueva York o a los Emiratos Árabes, Roig y Buhigas nos invitaron a pasear por el pasado, pero también por un presente que ya es futuro, con una mirada arquitectónica que, ella sí, absorbe como una esponja, allá por donde pasa, muchas tendencias y casos de acierto y error de aquellos que, en buenas manos como las suyas, acaban dibujando ciudades como la nuestra, y, por tanto, de rebote, nuestras vidas.
Os dejo aquí los enlaces para poder recuperar la conversación por Spotify o Youtube.