La baronesa Thyssen conocía el antiguo cine Comedia, ubicado en el chaflán entre Paseo de Gràcia y la Gran Via. Lo había visitado cuando era pequeña y recuerda haber visto películas protagonizadas por su primer marido, Lex Barker, conocido por su papel de Tarzán. De eso han pasado muchos años, incluso la sala ha llegado a bajar la persiana, y Carmen Cervera ha querido asentarse, por fin, en su ciudad natal reviviendo el histórico inmueble a través de su colección privada de arte. “El museo estará lleno de obras maravillosas. Soy muy feliz por contribuir a que esto se lleve a cabo”, ha declarado en la presentación del futuro Museo Carmen Thyssen Barcelona, una puesta de largo multitudinaria que se ha celebrado este jueves en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona.
Después de meses de negociaciones con la propiedad del edificio, las familias Pla y Planàs, el nuevo equipamiento cultural ha echado a andar con la previsión de abrir puertas de cara al 2027. La baronesa, emocionada por compartir calle con Gaudí, no estará sola en este proyecto y pondrá en marcha el museo de la mano del fondo Stoneweg, también responsable en la ciudad del renacimiento del Palau Martorell o de la creación del centro de interpretación de la Copa del América, así como de la polémica iniciativa de traer el ruso Hermitage. El museo se vehiculará a través de la Fundación Arte y Legado Barcelona, que está presidida por el consejero delegado y cofundador de Stoneweg, Jaume Sabater, y en la que forman parte la misma Cervera, así como su hija Carmen Thyssen-Bornemisza Cervera, presente en el acto.
Se calcula que la inversión para el Museo Carmen Thyssen Barcelona, que será completamente privado, se situará entorno a los 100 millones de euros, cifra que incluye tanto la compra del inmueble como la profunda reforma que se tendrá que acometer en su interior. Asimismo, Stoneweg ha cerrado un acuerdo de alquiler para la colección de la baronesa. Según los promotores, la previsión es presentar la licencia a mediados de 2025, entre finales de abril y principios de mayo, con el objetivo de empezar las obras a finales de año. Como mínimo, los trabajos se alargarán durante un año. El espacio será concebido por un estudio de arquitectura catalán y otro internacional. No se convocará ningún concurso, sino que se contactará directamente a los despachos que llevarán a cabo el proyecto.
El arte catalán de los siglos XIX y XX será el eje central del equipamiento. “En mi corazón está el catalán”, ha declarado Cervera, de abuelos catalanes, padre catalán y madre madrileña, nacida en la ciudad y formada en colegios como el Liceo Francés y Lestonnac. Habrá una colección permanente, pero también se organizarán exposiciones temporales, como pasa en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid o el Museo Carmen Thyssen Málaga, sedes que colaborarán para nutrir el nuevo espacio, así como se trabajará con la de Sant Feliu de Guíxols. “Desde que era pequeña, he crecido rodeada de arte. Mi madre me llevaba a museos y mi padre pintaba como hobby. Con el paso de los años, sin saber cómo, me he convertido en una coleccionista seria”, ha señalado, añadiendo rápidamente que todo lo que ha coleccionado “siempre está y estará para que el público pueda verlo”.
“Será un museo muy del siglo XXI”, ha remarcado Cervera, en el que artistas clásicos, modernos y contemporáneos invadirán el Palau Marcet, uno de los pocos palacetes urbanos preservados en el Eixample que fue declarado Bien Cultural de Interés Local en el año 2000. Ramon Casas, con su conocido Interior al aire lliure (1892), Santiago Rusiñol o Eliseu Meifrén serán algunos de los nuevos inquilinos. Pero también se organizarán muestras de artes decorativas, moda y joyería, y, como no podía ser de otra manera, habrá espacios inmersivos. Con una superficie total de 9.000 metros cuadrados, la oferta se completará con una tienda y un espacio gastronómico. Queda por ver cómo se resolverá el futuro de las dos tiendas colindantes, Guess y Massimo Dutti.
“Un salto de escala histórico”
Para el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, el futuro museo no solo es un sueño hecho realidad para Cervera sino también para la propia ciudad. “Es otra victoria más de la cultura”, ha subrayado, recordando que, con el cierre del Comedia a principios de año, el consistorio se fijó como objetivo mantener la actividad cultural en el inmueble, ubicado en una arteria de la ciudad ya ampliamente vendida a las marcas de lujo.
Collboni ha encajado el Museo Carmen Thyssen Barcelona en “la primavera cultural” que vive la ciudad, con otras iniciativas en marcha como la ampliación del Macba, con la previsión de arrancar las obras a principios de 2025, y la del MNAC, con el concurso de arquitectura ya encarando su última fase. “Es un salto de escala histórico”, ha asegurado, sin olvidarse de agradecer la “persistencia cultural” de Sabater y Stoneweg.