Me gusta el gris. Este color con tantas connotaciones me representa. El gris es una tonalidad que implica luz y oscuridad, implica jugar con las sombras, con los matices, con los contrastes. El gris no quiere ganar. El gris busca el equilibrio, la suma del blanco y el negro, la suma del tú y del yo. El gris fusiona perfectamente la luz y la oscuridad. El gris huye del conflicto, escurre la confrontación y se cuela por las rendijas del pacto.
Hace más de 15 años que explico qué es la comunicación en femenino y, cuando termino la conferencia, siempre hablo de la importancia del gris. Y defino el gris como un estilo de liderazgo, para mi asociado a lo femenino, de buscar el pacto. El gris no quiere ganar, quiere solucionar. El gris no quiere perder porque perder significaría que no ha habido pacto, que no ha habido negociación. Y la vida es negociar perdiendo un poco y ganando un poco. El gris facilita la conexión. En arte, en pintura, los grises ayudan a ponerles sombras; en fotografía, a ponerle más o menos luz, y, en moda, nos soluciona combinaciones de colores que no se aguantan.
Estamos en un momento histórico donde estamos normalizando la agresión, las guerras, las muertes, las violaciones, el miedo. Las guerras de Gaza, Ucrania, Líbano y Siria nos la desayunamos cada día y, en el fondo, están buscando un ganador y un perdedor. La violencia de género, que nos da en toda la cara con una mujer asesinada cada semana en España, busca el hombre dominando a la mujer. La inseguridad en las calles también es el resultado del malo que se impone al bueno. Y eso son todo extremos.
Hemos normalizado la vida bajo contraposición, el fuerte versus el débil, el que gana y el que pierde. Y el gris trabaja para buscar lo que nos complementa. Ese finísimo rayo de luz que queda del blanco y se cruza con la oscuridad del negro y ha generado el gris. Y en cualquier negociación, por dura que parezca, hay esa fina línea que nos llevara a construir un gris.
Alguien que está conociendo mis grises y sabe de mi curiosidad en buscarlos, me dejo este libro Rompe la barrera del no del gurú norteamericano Chriss Voss que lideró las negociaciones más complejas como agente del FBI y ahora es profesor de universidad. Y en este texto nos cuenta lo crucial que es conseguir de tu interlocutor la frase: “Así es”. Este binomio es poderoso porque nos abre la puerta a escuchar, empatizar, reformular y negociar. Estas dos palabras pronunciadas de nuestro interlocutor pueden tardar semanas en llegar, pero cuando aparecen son ese rayo de luz al que nos agarramos fuertísimo para desde ahí construir ese puente y crecer desde el gris, desde lo que nos une.
Todas recordareis la película de hace diez años 50 sombras de Grey, donde un joven magnate seducía a una universitaria virgen. El erotismo, el deseo, el consentimiento, el sexo, el amor, la dominación, la sumisión, el romanticismo, todo mezclado, todo en sus dosis de luces, sombras, matices contrastes y oscuridades se fusionaban. No es por casualidad que este sea el color además de ser el apellido del protagonista de la película Mr.Grey. El gris también juega un significado determinante en las relaciones sexoafectivas. El gris es la gran ventana a todos los matices, vínculos, pactos y acuerdos que puedes llegar a proponer para pintar juntos.
El gris es siempre una puerta a una solución, hay que buscarla. No creo que sea una capacidad asociada exclusivamente a la mujer, pero sí que he constatado que la búsqueda de la conexión, del punto de unión, de evitar el conflicto, de tender puentes está muy asociada a lo femenino. Quien me conoce bien sabe que, ante un conflicto, busco el gris. Busco donde esta eso, por remoto que sea, que nos iguala para poder conectar. Tiene que ser verdad, el gris se encuentra desde la autenticidad, transparencia y empatía. El gris te despoja del ego, el gris te iguala.
Buscar el gris vale siempre la pena. El gris siempre combina. ¡Así es!