Bajo el lema España vacía, España llena. Estrategias de conciliación, la XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU) ha contrapuesto dos realidades territoriales que cada vez son más evidentes, con la voluntad de tejer complicidades que permitieran acercarlas, posicionando a la arquitectura y al urbanismo como herramientas que pueden favorecer su conciliación. Lo hace hecho desde Barcelona y Valladolid, convirtiéndolas en las dos primeras ciudades que han compartido sede en este encuentro estatal, impulsado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para premiar las obras en estas dos disciplinas que mejor representan el panorama español. No ha faltado tampoco, como no podía ser de otro modo, una tercera sede virtual.
Para los comisarios de esta bienal, Óscar Miguel Ares y Eugeni y Anna Bach, el principal éxito de la edición ha sido el diálogo que se ha podido establecer con la sociedad, abriendo este acontecimiento a todo el mundo, no solo a expertos, como pasaba en años anteriores. En primer lugar, las exposiciones que han mostrado las obras premiadas en la BEAU se han hecho en exteriores, cuestión también influida por la pandemia. Así, en Barcelona se ha podido ver en una instalación ante el Pabellón Mies van der Rohe, que se puede visitar hasta el 16 de septiembre, y en Valladolid, en el Museo Patio Herreriano. “Queríamos hacer más partícipes a los ciudadanos sobre aquello que representa la arquitectura y el urbanismo”, explica Ares.
Pero esta no ha sido la única manera de hacerlo. En Barcelona, se ha organizado un ciclo de cine a la fresca este verano en el mismo Pabellón Mies van der Rohe, donde se han programado películas que hablaban sobre estos dos países que han centrado la temática de esta edición, tan opuestos y a la vez dependientes el uno del otro. Asimismo, los próximos 13 y 15 de septiembre el CCCB organizará un ciclo de debates que continuarán conversando sobre qué hay que hacer ante el actual modelo territorial bipolar que hay en España.
A la espera de que Barcelona se convierta en la Capital Mundial de la Arquitectura en 2026, eventos como la BEAU refuerzan el liderazgo arquitectónico y urbanístico de la ciudad a nivel internacional. Tal y como remarca Anna Bach, la capital catalana tiene muchos puntos a favor para continuar destacando en este ámbito, con arquitectos de renombre, tanto modernos como contemporáneos, y una escuela de arquitectura que continúa atrayendo a buenos profesionales. Sin olvidar, obviamente, a su arquitecto más mediático, Antoni Gaudí.
