La expansión sin precedentes del comercio electrónico también ha supuesto un aumento del tráfico, con furgonetas cargadas de paquetes que van de una punta de la ciudad a la otra. Mal aparcadas, muchas veces, no acaban encontrando en casa a sus destinatarios. La pandemia ha acelerado una tendencia que ya crecía con fuerza, pasando de los 23 millones de compras online en Barcelona en 2018 a los 33 millones en 2020, un 43% más. Un mayor movimiento de vehículos también acaba implicando más contaminación y más accidentes de tráfico.
Ante esta situación, que no parece que vaya a parar, el Ayuntamiento de Barcelona acaba de definir una estrategia para la distribución urbana de mercancías, de la mano del sector privado, con el apoyo de UGT, CC.OO., Pimec, Foment del Treball, Comertia, Barcelona Oberta, el Racc o la AECOC. La nueva hoja de ruta para el reparto de mercancías en la ciudad, que se irá actualizando según los cambios que registre esta actividad, tiene que garantizar que sea un modelo eficiente, ecológico y ordenado, señala el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni.
El primer paquete de iniciativas de esta nueva estrategia consistirá en el despliegue de centros de distribución urbana de mercancías, después del éxito conseguido en la prueba piloto hecha en la Estación de França, gestionada por Vanapedal. Los paquetes llegan a estas microplataformas a primera hora, evitando los momentos de más congestión, y se reparten por la zona durante el día con vehículos más sostenibles y menos invasivos que las furgonetas, como bicicletas o triciclos. Su radio de actuación más limitado también permite reducir las entregas fallidas de paquetes.
Este modelo se replicará en ocho espacios más, a través de cooperativas y compañías pequeñas, que recibirán financiación vía subvención. Darán servicio a Sant Martí (Cargobici), Ciutat Vella (Las Mercedes y Mensakas), Sant Andreu (Trévol y TEB Bellvitge), Nou Barris (Fundación Pare Manel) y Gràcia (A Pinyó). También habrá una octava microplataforma, gestionada por A Granel, que repartirá por toda la ciudad.
Este tipo de centros de reparto de proximidad también están ubicados en párkings de la ciudad, con 17 pruebas piloto en marcha en aparcamientos de B:SM, Saba y Bamsa. El Ayuntamiento también aumentará esta cantidad, estrategia de expansión que ya está siguiendo Saba, a través de la compañía de reparto Geever.
Un tercer espacio en el que se impulsarán estas microplataformas serán los locales en planta baja que está comprando el consistorio para dinamizar zonas que han quedado paralizadas por la pandemia, especialmente, en el centro de la ciudad. Dentro de este programa de adquisición, se tendrá en cuenta a las empresas dedicadas a la distribución de última milla en la adjudicación de los locales.
Más allá del reparto de paquetes a través de estos pequeños hubs repartidos por la ciudad, el Ayuntamiento continuará instalando lockers en los mercados municipales donde los usuarios pueden ir a recoger los pedidos de sus paradas, que se mantienen frescos. Actualmente, hay en funcionamiento diez taquillas de este tipo —también se han instalado en párkings de B:SM— y se prevé sumar ocho más este 2022. La estrategia presentada este martes también contempla facilitar permisos para poder hacer el reparto de mercancías por la noche, y fomentar la renovación de la flota y la adquisición de vehículos eléctricos para la distribución, acompañados de más puntos públicos para la recarga eléctrica.