Cada vez toma más fuerza la necesidad de una transición hacia una movilidad menos contaminante, con el vehículo eléctrico como sustituto del coche de gasolina. La principal barrera para cambiar de modelo es la falta de una red de cargadores suficientemente poblada y bien repartida, como también lo son los precios altos que hoy por hoy se pagan por estos nuevos vehículos. Fabricantes como Seat reclaman desplegar más puntos de recarga para generar la demanda suficiente y tener incentivos para centrarse en la producción eléctrica.
A pesar de que todavía queda mucho camino por recorrer en esta transformación, Barcelona está bien posicionada para hacerlo. En primer lugar, le beneficia el dinamismo de su sector automovilístico, con empresas tractoras como Seat, actores punteros como Wallbox, Silence, Ray Electric o Pursang, y la oportunidad que pueden suponer los terrenos de Nissan para ocuparlos con proyectos que electrifiquen el sector. Precisamente, Silence acaba de presentar un coche eléctrico urbano que espera poder fabricar en la planta del fabricante japonés en Montcada i Reixac, con una inversión de 30 millones y la previsión de producir 30.000 vehículos anuales a partir de 2027.
Barcelona también lidera el ránking de ciudades españolas con más puntos de recarga públicos, según cálculos de B:SM, el principal operador de movilidad eléctrica de la ciudad a través de Endolla Barcelona. Actualmente, la capital catalana cuenta con 600 puntos, que se empezaron a colocar hace más de una década, muy por delante de Sevilla (75), Palma de Mallorca (26), Murcia (20), Zaragoza (16) o Madrid (7). A nivel europeo, se puede equiparar con las principales urbes.
Actualmente, la capital catalana cuenta con 600 cargadores públicos, que se empezaron a colocar hace más de una década, muy por delante de Sevilla (75), Palma de Mallorca (26), Murcia (20), Zaragoza (16) o Madrid (7)
La mayoría de los 600 cargadores públicos que hay en Barcelona son de carga lenta y están ubicados en los 45 aparcamientos que B:SM tiene repartidos por toda la ciudad, que cuentan con un total de 14.000 abonados. Esta oferta, que fue gratuita hasta el pasado mes de enero, se dirige principalmente a aquellos barceloneses que quieren tener un coche eléctrico, pero no tienen donde colocar un punto de recarga en casa, ya sea porque no tienen un aparcamiento o dejan el coche en la calle. “Desde la administración actuamos como tractores porque para los privados todavía resulta caro instalar cargadores y aún les cuesta rentabilizarlos”, defiende el director de Soluciones de Movilidad Urbana en B:SM, Josep Maria Deulofeu, a la espera de que particulares y empresas se vayan animando a tener sus propios puntos, la solución óptima.
Además de los puntos de recarga públicos que hay en Barcelona, hay más de 200 propiedad de operadores privados, según B:SM. Endesa e Iberdrola son compañías que han instalado cargadores en la ciudad, servicio que siempre ha sido de pago. En el caso de Endesa, los 200 puntos de recarga que tiene en la ciudad los tiene ubicados en aparcamientos, la mayoría de ellos de Saba y Bamsa —compañía mixta participada por Saba y el Ayuntamiento de Barcelona—. En estos párkings, Endesa es el gestor de la carga, mientras que Saba se encarga de la inversión y el desarrollo de la red. Por otro lado, Iberdrola dispone de casi 50 puntos de recarga en la capital catalana.
Llegar a los 3.300 puntos
Con la previsión de que el coche eléctrico vaya ganando adeptos en los próximos años, B:SM invertirá 12 millones de euros para ampliar los puntos de recarga y llegar a unos 3.300. Hasta ahora, el operador había destinado cinco millones de euros en el desarrollo de esta red. La nueva inversión permitirá que, antes de 2024, se sumen 400 cargadores más, situando el total en los 1.000. Los 2.300 restantes solo se preinstalarán, es decir, se colocará el cableado —la parte más complicada—, pero no el punto de carga. Deulofeu señala que hacerlo así permite ganar flexibilidad mientras no se acaba de animar la demanda, teniendo en cuenta que la tecnología de los puntos evoluciona rápidamente y quedarían obsoletos sin haberse llegado a utilizar.
Actualmente, la red Endolla Barcelona ofrece una media de 5.500 recargas mensuales, cifra que supone una ocupación del 10%, lejos de su saturación. Aun así, el operador detecta como los usos van aumentando, con un incremento registrado del 37% entre enero y septiembre de este año. Solo durante el mes de septiembre se registraron 6.404 recargas.
Recarga rápida en el área metropolitana
B:SM también instala cargadores en la vía, pero en menor proporción. Estos puntos están pensados para emergencias, para atender aquellos conductores que necesitan llenar la batería del vehículo mientras hacen un trayecto, y son de carga rápida, es decir, en menos de una hora ya se puede volver a poner en marcha el coche. En los que hay en los aparcamientos, se requiere más tiempo, generalmente, toda la noche y, por eso, tienen precios más competitivos.
Alrededor de la capital catalana, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) empezó a desarrollar su red pública de puntos de recarga a partir del 2015. Los primeros diez cargadores que el AMB instaló se ubicaron en el Prat de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Sant Joan Despí, Gavà, Badalona, L’Hospitalet de Llobregat, Sant Cugat del Vallès, Pallejà, Barberà del Vallès y Montcada i Reixac, cubriendo así los 36 municipios que integran el área metropolitana.
El AMB empezó a desarrollar su red pública de puntos de recarga a partir del 2015
El AMB optó por desarrollar electrolineras, que tienen uno o varios puntos de recarga, y las ubicó en la vía pública. A diferencia de la mayoría de los cargadores que hay en Barcelona, la institución supramunicipal apostó por colocar puntos que permitieran solucionar emergencias, pero no tanto para hacer la carga lenta y nocturna que se fomenta en los párkings de B:SM, explica el técnico de Movilidad de la AMB Rossend Bosch. Después de seis años desde el inicio del despliegue de la red metropolitana de cargadores, el AMB acaba de empezar los trámites para ampliarla y construir unos 50 puntos más, garantizando que haya puntos en cada uno de los municipios.
La proporción entre cargadores públicos y privados en el área metropolitana se mantiene como en la capital catalana, con una preeminencia de las administraciones, remarca Bosch. Para el técnico, la participación de las empresas en el desarrollo de una red de puntos de carga ha sido tímida en los últimos años, pero se está activando, a la vista de que el mercado empieza a llegar a más clientes. A pesar de esto, los cargadores del AMB continúan registrando una mayor afluencia porque, además, todavía son gratuitos. De hecho, cuando Barcelona Endolla pasó a ser de pago, el AMB registró un claro aumento de demanda. A día de hoy, la institución supramunicipal registra 4.000 recargas mensuales en todos los puntos que tiene instalados.
La proporción entre cargadores públicos y privados en el área metropolitana se mantiene como en la capital catalana, con una preeminencia de las administraciones
Además de la ampliación que el Ayuntamiento de Barcelona y el AMB están encarando, Endesa e Iberdrola trabajan para tener una mayor presencia en este mercado. Endesa, a través de la división Endesa X, quiere llegar a los 36.000 puntos repartidos por España en 2022, ubicados en vías principales, áreas urbanas y espacios privados como centros comerciales, párkings, hoteles o áreas de servicio, mientras que Iberdola invertirá 150 millones de euros para instalar 150.000 puntos en hogares, empresas, ciudades y autovías de todo el país en los próximos años. Naturgy, que todavía no tiene cargadores en el área metropolitana ni en Barcelona, también se añade a esta carrera para liderar el mercado del coche eléctrico y prevé construir una red de 1.100 puntos de recarga a nivel estatal en entornos urbanos, poblaciones de más de 50.000 habitantes con zonas de bajas emisiones y entornos interurbanos en las principales vías de comunicación.