Barcelona pretende aprovechar el filón que supone organizar el Simposio Internacional de Arte Electrónico (ISEA, por sus siglas en inglés) para consolidar su liderazgo en este campo y capitalizar las conexiones que puedan surgir durante los días que dura el encuentro. “Es un evento nómada y la razón de que sea así es para que deje huella. Queremos que haya un antes y un después. En Catalunya, hay una grandiosa cantidad y calidad de actores y creemos que hace falta potenciar, impulsar y facilitar la interacción”, sostiene el director de ISEA 2022, Pau Alsina.
Con un extenso programa de charlas y conferencias y una cincuentena de actividades abiertas a la ciudadanía, ISEA ha supuesto la llegada a Barcelona desde el viernes pasado de los principales profesionales que exploran las infinitas posibilidades que surgen de las interacciones entre arte, ciencia y tecnología. Esto se traduce en instalaciones inmersivas o interactivas; mappings; obras hechas con inteligencia artificial, que se cuestionan a sí mismas o que se adaptan a su entorno y el público que las visita; piezas de arte generativo, creadas a partir de algoritmos, o de arte cinético, que se mueven y juegan con la luz; pero también obras contemplativas o sonoras. “No son cuadros clásicos”, bromea la vicedirectora de ISEA 2022, Irma Vilà. Impulsado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el simposio, que hacía diez años que no pasaba por Europa, tendrá como platos fuertes un mapping en el recinto modernista de Sant Pau, una instalación inmersiva en el CCCB de Maurice Benayoun y Refik Anadol —famoso en la ciudad por haber subastado el mapping que hizo en la Casa Batlló— y un espectáculo de drones en la Playa de Somorrostro.
El poso que dejen en la ciudad todas estas actividades cuando acabe ISEA tiene que servir para conectar los diferentes agentes locales que trabajan para promover el arte electrónico. “Se está fraguando una red estatal y habrá reuniones durante el simposio que servirán para trabajar en esta dirección”, expone Alsina. “Vendrán —continúa— los actores más relevantes a nivel internacional, estatal y local, como centros de arte, proyectos de residencia, universidades o investigadores. Será un ambiente muy transversal que incorporará a muchos profesionales y eventos como este pueden servir para articular el ecosistema”.
Y Barcelona puede liderar esta red, no solo por haber sido la sede del simposio sino también por la fuerza que tiene en el campo de la cultura digital y por tener la capitalidad cultural y científica. “Somos muy potentes y nos encontramos entre los líderes, no tenemos que compararnos con otras ciudades como Londres o Nueva York”, defiende Vilà. “A nivel internacional, estamos teniendo mucha relevancia. Si fuésemos capaces de ir unidos, iríamos más lejos y mejor. No hace falta tener un gran centro o museo dedicado al arte electrónico, sencillamente, tenemos que articularnos y agregar todas las partes. Es el típico caso en el que el todo es más grande que las partes”, añade Alsina.
Una primera muestra de las uniones que pueden quedar como legado de ISEA ha sido involucrar en su organización al nuevo hub de Arte, Ciencia y Tecnología, que ha tejido una alianza con una decena de instituciones para impulsar el arte electrónico en la ciudad, como la UOC, la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), el Institut de Ciències Fotòniques (ICFO), el Barcelona Supercomputing Center (BSC), Tech Barcelona, Hangar, la New Art Foundation o el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST). También cuenta con la colaboración de Fira de Barcelona, que puede servir para acercar los congresos relacionados con este ámbito cultural, como el Integrated Systems Europe (ISE). “Esperamos que el hub sea uno de los espacios donde se pueda depositar este poso de ISEA”, remarca Alsina.
Superando las ediciones anteriores
Más de 500 expertos provenientes de una cincuentena de países se han desplazado hasta Barcelona para asistir a ISEA 2022. Una cifra que podría ser mayor sin las disrupciones que actualmente afectan a la movilidad internacional, como la persistencia de las restricciones por la pandemia, especialmente entre los artistas chinos; el encarecimiento de los precios o la voluntad de reducir el impacto medioambiental que generan los viajes aéreos por parte de algunos asistentes. Pero también ha incidido la irrupción de la guerra en Ucrania, que ha hecho que la organización haya dejado de tener noticias de los artistas rusos que habían presentado proyectos.
Más de 500 expertos provenientes de una cincuentena de países se han desplazado hasta Barcelona
Sin olvidar la incertidumbre que aún generan las múltiples crisis actuales, los artistas electrónicos han apostado por la necesidad de encontrarse los unos con los otros durante los días que dura el simposio. ISEA Barcelona ha recibido unas 1.200 propuestas profesionales para formar parte de la programación, una cifra superior a la de ediciones anteriores. “A pesar de todo, Barcelona ha tenido una muy buena acogida a nivel internacional”, sostiene Alsina. “Siendo una universidad online, queríamos que ISEA fuera presencial”, continúa Vilà. “Abogamos por la presencialidad de los eventos porque son momentos de encuentro que tienen un valor indiscutible”, completa Alsina.
ISEA Barcelona estaba previsto para el año pasado, pero la evolución de la pandemia obligó a posponerlo. Todo empezó con un correo que dirigió la organización a Alsina y Vilà, profesores de la UOC, por si estaban interesados en ser una de las futuras sedes. “Barcelona tenía muchos números para acoger este simposio porque hay un ecosistema muy rico”, defiende Alsina. A esto se sumó una recepción unánime por parte de la comunidad artística y científica, y de las instituciones de la ciudad, lo que ha permitido hacer una convocatoria plural y extensa, a la espera de ir sumando nuevos hitos.
