La planta de baterías que Volkswagen ubicará en España estará en la localidad de Sagunto. Catalunya no ha podido competir para atraer esta inversión porque llegó tarde a la carrera para convencer al grupo alemán. La fábrica valenciana se empezará a construir este mismo 2022, a finales de año, con el objetivo de poder hacerla funcionar de cara a 2026. Será la encargada de proporcionar las células que necesitará la fábrica de Martorell para producir 500.000 coches eléctricos pequeños de aquí a tres años, así como las que se irán para Pamplona.
La planta de Sagunto será la segunda que Volkswagen tendrá en Europa y formará parte de un plan de inversión de más de 7.000 millones de euros que el grupo destinará a convertir el país en un hub de electromovilidad con la ayuda de los fondos europeos. “Representa la inversión industrial más grande que se ha hecho en la historia de España”, defiende el presidente de Seat, Wayne Griffiths. La fabricación de las baterías supondrá la creación de 3.000 puestos de trabajo en Valencia, donde se tendrá que articular toda una cadena de valor que la acompañe.
Los factores que han jugado a favor de Valencia, frente a Aragón y Extremadura, las otras opciones que había sobre la mesa de Volkswagen, han sido económicos, pero también su capacidad logística y las infraestructuras existentes, la presencia de personal cualificado y la posibilidad de empezar las obras rápidamente. También ha influido la necesidad de distribuir la inversión por toda España, para favorecer un equilibrio territorial, expone Griffiths.
Los factores que han jugado a favor de Valencia han sido su capacidad logística y las infraestructuras existentes, la presencia de personal cualificado y la posibilidad de empezar las obras rápidamente
Sobre esta cuestión, el presidente del comité de empresa, Matías Carnero, se ha mostrado muy crítico con el Govern. “Llegó tarde”, lamenta Carnero. Las propuestas que el ejecutivo planteó a la multinacional de ubicar la planta de baterías en Tarragona y Lleida no fueron analizadas en profundidad porque ya había tres más sólidas y con los contactos más avanzados.
La inversión prevista por el grupo también incluirá la electrificación de las fábricas que ya tiene en España, la de Martorell y la de Pamplona. La planta barcelonesa se llevará 3.000 millones de euros. Todas estas cifras todavía se tienen que acabar de confirmar cuando el Gobierno determine las asignaciones finales del PERTE de automoción, dotado de unos 3.000 millones de euros. “Es una oportunidad histórica”, remarca Griffiths.
Esta inversión no solo se tendrá que acompañar de los recursos que el ejecutivo de Pedro Sánchez destine a los planes de Volkswagen, sino que también requiere intensificar el despliegue de la infraestructura de recarga eléctrica en España y aumentar las ventas de coches eléctricos en todo el país, con una demanda que actualmente se sitúa en el 8%. “No lo podemos hacer solos”, insiste el directivo.
Asimismo, el presidente de Seat reconoce que la electrificación de la planta del Baix Llobregat se traducirá en un sobrante de entre 2.000 y 2.800 trabajadores, teniendo en cuenta que el coche eléctrico requiere menos horas de producción. La planta de la automovilística en el Prat de Llobregat, dedicada a fabricar cajas de cambio, será la que se verá más afectada. A pesar de esto, Griffiths subraya que la reconversión es el único futuro posible para la industria.
La electrificación de Martorell se traducirá en un sobrante de entre 2.000 y 2.800 trabajadores, teniendo en cuenta que el coche eléctrico requiere menos horas de producción
Según Carnero, los 500.000 coches eléctricos que se quieren fabricar en Barcelona equivalen a 350.000 vehículos de combustión. “Martorell no sobrevivirá solo con el coche eléctrico pequeño”, advierte, reclamando que la fábrica catalana produzca vehículos de más dimensión para garantizar la rentabilidad, como podrían ser las versiones eléctricas del Cupra Formentor y el Seat León.
La electrificación de Martorell, tal y como está prevista a día de hoy, también amenaza el futuro de Seat. “Nuestra prioridad son los vehículos eléctricos y lo eléctrico lo asume Cupra”, expone Griffiths. Esta concentración en Cupra del nuevo rumbo de la compañía también ha despertado las críticas de Carnero. “Está anunciando la muerte de la marca Seat a partir del año 2028-2029. Se tiene que decir alto y claro”, recalca.
2021, un año complicado que ha atrasado la recuperación poscoronavirus
La presentación de los planes de futuro de Volkswagen para Seat ha coincidido con la publicación de los resultados obtenidos en 2021, “un año difícil” marcado por la crisis poscoronavirus, la falta de semiconductores, el aumento de los costes de las materias primas y una incertidumbre cada vez más grande, indica el vicepresidente de Finanzas e IT de Seat, David Powels. Ante todo esto, la automovilística ha registrado pérdidas de 256 millones de euros en 2021, un 32% más respecto al año anterior.
A pesar de que la demanda de coches Seat y Cupra volvió a los niveles prepandémicos, la producción se vio limitada por el contexto internacional, con un 25% menos de coches fabricados respecto a los previstos. Concretamente, se vendieron 391.000 vehículos de la marca Seat, un 2% menos respeto a 2020, y casi 80.000 de Cupra, cifra que triplica la del año anterior.
Para superar el bache y la generalización de crisis sucesivas, la empresa potenciará el crecimiento de Cupra, con un margen superior en comparación con Seat, y reclama más flexibilidad a la plantilla. Espera devolver a la rentabilidad de cara a 2022.