Una vez terminadas las obras de la primera fase de Via Laietana, la revitalización de la calle no se ha hecho esperar. Entre la plaza Urquinaona y la Catedral, la avenida ha transformado sus aceras para pasar de ser estrechas y anodinas a sumar más de cuatro metros de ancho por lado. Pero, con la reforma, la parte alta de la arteria barcelonesa no sólo ha visto ampliadas sus aceras, sino también su actividad y dinamismo.
Mientras que este sector de la avenida ya luce reformada, el tramo que sigue hacia el mar, entre la Catedral y Correos, sigue trabajando para terminar las obras. “Acabaremos en el plazo previsto, dentro de un año”, recuerda Ricard Font, director de la empresa pública Barcelona d’Infraestructures Municipals (Bimsa). Con todas las sorpresas arqueológicas esperables ya al descubierto y sin indicios de imprevistos, la obra sigue avanzando en calendario, en gran parte, bajo tierra. Y es que “no es una reforma de piel, sino una obra muy relevante para modernizar también instalaciones del subsuelo”, con una larga galería de servicios histórica y un colector que clamaban por una profunda actualización.
La previsión es que esta fase de subsuelo termine a finales de este año, y que luego empiecen unos trabajos intensos de reurbanización de la superficie. En ella, no sólo se ubicarán las nuevas aceras ensanchadas, sino dos nuevos amplios espacios, en la Plaza de l’Àngel y en el conjunto que forman la Plaza de Correos con la de Idrissa Diallo. A estas alturas, se ha ejecutado 16 millones del primer tramo de la reforma, y el 40% del segundo tramo, con un coste total previsto de otros 18 millones.
Con esta reforma, “Via Laietana ha pasado de ser una calle hostil que no invitaba al paseo a ser una avenida con vida en la calle”, destaca el presidente de la Associació de Veïns i Comerciants de Via Laietana, David González. Así, Via Laietana seguirá siendo una vía de paso y de conectividad hacia el Eixample y hacia el mar, pero que también dará motivos para acercarse a la avenida, para comprar, probar sus propuestas gastronómicas o por el mero gusto de dar un paseo. “Pero el cambio no sólo se percibe por la gente que pasea por la calle; que desde el punto de vista económico y comercial también han empezado a pasar cosas”, ha agregado.
A nivel comercial, la reforma ha sido un revulsivo en el ámbito del retail. “Teníamos bajos de edificios y locales vacíos que se están reactivando, también en la parte que se está reformando ahora”, recalca González. Los locales, sin embargo, no sólo se llenan de tiendas, sino también de propuestas que abarcan otros ámbitos, como el cultural.
Tanto es así que uno de los actores que se ha hecho notar en Via Laietana ha sido el Palau de la Música, que se ha asomado a avenida reformada con un nuevo local. Con este nuevo espacio, la institución gana visibilidad acercándose a los transeúntes que pasean por la avenida. Con la primera fase de la reforma, que ha incluido la peatonalización de la calle Jonqueras, también se ha activado la finca que acogía la antigua Casa de las Mantas, que ha pasado de uso comercial a residencial, con 30 viviendas y dos bajos comerciales.
Los efectos de la reforma también se perciben en el mercado de oficinas, que se encuentra en una fase de recuperación en el global de la ciudad. Así, el histórico Palau del Cinema, cerrado desde hace más de dos décadas, dará paso a un bloque de oficinas, y empresas de coworking como Aticco prevén abrir nuevos espacios en la avenida. El Ayuntamiento también se ha dejado seducir por la calle reformada: está rehabilitando una nueva sede administrativa en Via Laietana. Situado en el número 8 de la avenida, el edificio acogerá 700 trabajadores municipales.
En concreto, el Ayuntamiento trasladará a la nueva sede los servicios que actualmente se ubican en cinco edificios distribuidos por Ciutat Vella. Los cinco inmuebles, que suman 5.600 metros cuadrados, quedarán liberados y podrán destinarse a otros usos: una setentena de viviendas públicas y el nuevo CAP Gòtic, que el CatSalut habilitará en el edificio ahora ocupado por la Gerencia de Seguridad, en pleno Portal de l’Àngel.
La vía aspira a contribuir a la diversificación económica del centro de la ciudad y a atraer a visitantes con su oferta gastronómica y comercial
La reforma del edificio se ejecutará por fases. La primera de ellas requerirá una inversión de 8,8 millones de euros, para unas obras que se alargarán 15 meses. La previsión es que el personal municipal se empiece a trasladar a mediados de 2026 a la nueva sede: primero lo harán 220 personas, y progresivamente se irán sumando el resto hasta alcanzar las 700, a medida que avance la rehabilitación del inmueble.
La instalación de las nuevas oficinas municipales en plena Via Laietana contribuirá a revitalizar esta vía, que quiere reposicionarse como eje de actividad económica y ciudadana y contribuir a la diversificación económica del centro de la ciudad. A la vez, deja atrás su carácter hostil para los peatones para tratar de atraerlos mediante una oferta comercial y gastronómica encuadrada en una calle que, ahora sí, invita a pasear.