Hablar de la Perifèria de la nit y de su creador es hablar de la periferia del cine, de aquello que se mueve siempre en los márgenes, fuera de lo convencional y, alejado, indudablemente, de lo comercial. Y es allí dónde, al parecer, hay que mirar cuando el dedo señala al posible e incierto futuro del cine tal y como aventuró Werner Herzog en una de sus conferencias. El director alemán habló del cine del tercer mundo, de un cine periférico, de un cine más estimulante, de uno más innovador y un cine que, definitivamente, en un planeta copado por Netflix, Marvel, Disney y los universos del merchandising, sí tenía algo que decir.
Apitchapong Weerasethakul (artista, director de cine, productor y guionista) nació en Bangkok en 1970 pero creció en Khon Kaen (Tailandia). Se licenció en arquitectura y obtuvo un máster en Bellas Artes en The School of the Art Institute de Chicago. En 1997 creó con Gridthiya Gaweewong el Festival de Cine Experimental de Bangkok, que presidió tres veces hasta 2008. Para alejarse del cine comercial y de género tailandés, fundó en 1999 la productora Kick the Machine. En 2002 ganó en Cannes el premio Un Certain Regard por Blissfully Yours y el 2004 el Premio del Jurado por Tropical Malady. El reconocimiento internacional vino de la mano de su obra Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives, con producción española, y con la que se alzó con la Palma de Oro en 2010 siendo el primer tailandés en lograrlo.
Su cine posterior ha tenido gran acogida por la crítica europea e internacional participando en las Bienales de Venecia, Sharjah, Estambul, Busan y Liverpool, así como en la dOCUMENTA 13 de Kàssell (2012). Sus exposiciones, individuales y colectivas, se han podido ver en la Haus der Kunst (Munich), en el Walker Art Center (Minneapolis), en el New Museum (Nueva York), en el Irish Museum of Modern Art (Dublín) y en el Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris. Su última película, Memoria, protagonizada por Tilda Swinton, se ha alzado con el Premio del Jurado en Cannes (2021) y se podrá ver en la duodécima edición del D’A Film Festival Barcelona.
La eclosión del cine de Weerasethakul se entiende solo con la revolución simultánea del cine rodado en digital, es decir, con cámaras de vídeo. Un tipo de cine que utiliza un lenguaje más espontáneo, en el que es más fácil y más barato rodar, donde los efectos y trucajes son muchas veces efectuados con un ordenador doméstico y en el que la textura de la imagen es diferente, la extensión de la obra, el proceso de montaje, etc. Un cine donde no tiene mucho sentido intentar emular el resultado de la película de 35 mm ni en la planificación, ni en el encuadre ni en los temas a tratar.
Un camino que ha hecho célebres a realizadores como Albert Serra, Aleksandr Sokurov, Ulrich Seidl, Hong Sang-soo, Lisandro Alonso o Pedro Costa, entre otros. Una forma de entender las imágenes que sedujo al Lynch de Inland Empire (o más bien a sus productores), un cine que se aleja del documental para adentrarse en la ficción sin reparos y aprovechando sus limitaciones para crear tensión, una tensión que nos puede llevar del costumbrismo de un falso documental, al límite de representar un hecho fantástico o irreal tratado con la estética de un reportaje televisivo.
Entendemos Periferia de la nit como una extensión del cine de Apichatpong. En la exposición, que muestra 13 obras en 3 plantas y abarca casi 1.200 metros cuadrados del Centre d’Art Contemporani de Barcelona, se aprovechan columnas y ventanas para las proyecciones. El cineasta reflexiona sobre la noche, un lugar común y absoluto en el que suceden cosas, cosas que siempre son interesantes.
La noche recreada por el artista establece un diálogo entre la naturaleza y la naturaleza propia del ser humano. Las figuras divagan como fantasmagorías entre la oscuridad como si guardaran el secreto de una ecología de relaciones, un equilibrio sobrenatural que justifica nuestra existencia y nuestro paso temporal por la vida. Un tiempo no lineal en manos del artista que desemboca en un cine primitivo, pero a la vez, postmoderno.
Las proyecciones y las fotografías se centran en una vigilia, en un tránsito entre el sueño y la realidad, entre la noche y el día, entre la vida y la muerte
El la planta baja encontramos Haiku (2009), un recorrido por las zonas rurales de Tailandia que se convierte en una retrato político, The Palace (2007), donde los perros abandonados se convierten en espíritus guardianes de Taipei, Ashes (2012), donde el artista denuncia la censura en su país mediante imágenes obtenidas con una cámara que entrecorta el movimiento de los personajes y Sakda (Rosseau) (2012), un homenaje a Jean-Jacques Rosseau por su tercer centenario.
En la primera planta, la oscuridad y los sonidos de los animales de la noche envuelven al espectador hasta desorientarlo. Allí podemos ver Phantoms of Nabua (2009), con la fantasmagoría resultante de la represión política, Blue (2018), donde una llama va apareciendo superpuesta a la imagen de una mujer durmiendo, Fiction (2018), en el que unos insectos aparecen sobre la mano que escribe acerca del sueño y el tiempo y Fireworks (Archive) (2014): unas estatuas cobran vida como símbolo de la resistencia política al gobierno central.
En la segunda planta vemos Video Diaries (2001-20), 11 vídeos de recuerdos cortos con un cameo de Tilda Swinton, la fotografía Power Boy (Villeurbanne) (2021) y la pieza Durmiente (2021), en la que el director vuelve a filmar a Tilda Swinton durmiendo en dos pantallas simultáneas que separan realidad y sueño, con música de Ryuichi Sakamoto, y donde David Sylvan recita el poema Dreams de Arseni Tarkovski. Para terminar, Teem (2007), en el que el director graba en tres pantallas a su amigo adormilado preparándose para hibernar, y Memoria, Nuquí (2017), donde la nuca de un actor con lesiones, bajo el reflejo de un filtro rojo en un ventanal, nos recuerda a una constelación o a la abrasión de la piel.
Los temas recurrentes en el cine de Weerasethakul están plenamente representados en la muestra: la espiritualidad, la vejez, la enfermedad, el amor, las relaciones familiares, la tradición, los animales, los fantasmas del pasado, el bosque, la jungla…así como la vertiente más política y reivindicativa que el director contextualiza con la represión anticomunista que dejó un reguero de víctimas y desaparecidos entre los años 1960 y 1980 en Tailandia.
El proyecto, producido por el Institut d’Art Contemporain Villeurbanne/Rhôbe-Alpes (IAC) y la colaboración de Fabra i Coats: Centre d’Art Contemporani de Barcelona se podrá visitar hasta el 22 de Mayo y es el inicio del ciclo “El cine más allá del cine”, la propuesta del centro para tratar la relación entre el arte y el cine que incluirá monográficos de Reinjelle Tepstra, Lúa Coderch, Albert Serra y Marine Hugonnier.
