Durante mucho tiempo, los paseantes se encontraban con andamios y operarios en la Casa Pascual i Pons, ubicada en Paseo de Gràcia entre la calle Casp y la Ronda de Sant Pere. El edificio modernista, construido por Enric Sagnier Villavecchia entre los años 1890-1891, se ha estado sometiendo a una profunda restauración para adaptarse a los nuevos tiempos y recuperar el brillo. Los trabajos han tardado ocho años en completarse, llegando a su fin en octubre del año pasado. Catalana Occidente, propietaria del inmueble, ha invertido 40 millones de euros en la actuación, que ha servido para atraer a nuevos inquilinos como Apple y Adidas.
El estudio Espinet + Ubach ha sido el encargado de acometer la actualización, después de que ya interviniera en la primera remodelación que se hizo, en los años ochenta, junto con Josep Maria Martorell, Oriol Bohigas y David Mackay (MBM Arquitectes). Esa primera intervención permitió realizar mejoras como reforzar su parte inferior, muy cerca de las vías del metro, que se suele sentir cuando pasa camino a Plaza Urquinaona.
“Se ha vuelto a poner el edificio en su momento y hemos interpretado aquello que había desaparecido”, explica el arquitecto Miquel Espinet, uno de los júniors que acompañó a MBM Arquitectes hace 40 años y ahora bromea con haberse convertido en sénior. La actuación ha restaurado elementos patrimoniales del edificio neogótico, como sus vitrales, estucos y cerámicas, y ha añadido nuevos elementos como un párking subterráneo de cinco plantas. También se ha adaptado a los nuevos criterios de sostenibilidad y eficiencia energética, consiguiendo la certificación Leed Gold. “El traje ya estaba hecho y solo hemos tenido que hacer pequeñas transformaciones”, resume el arquitecto.
En la segunda restauración de la Casa Pascual i Pons, se ha utilizado el método Top&Down, que ha permitido ejecutar la base del inmueble y su parte superior al mismo tiempo. “En el estudio, no lo habíamos hecho antes y, en España, debe haber pocos edificios hechos así”, remarca Espinet. Además, la sustitución de paredes de carga por pilares metálicos ha supuesto ganar casi 7.000 metros cuadrados de superficie.
En total, se ha pasado de seis plantas repartidas en 12.772 metros cuadrados a 12 plantas en 19.405 metros cuadrados. Apple ha instalado unas oficinas de 6.500 metros cuadrados, quedándose con la mayoría del espacio y compartiéndolo con históricos del inmueble como la Cámara de Comercio Francesa y la agencia de comunicación Maite Felices. En uno de los bajos comerciales, Adidas ha instalado una flagship, mudándose del establecimiento que ocupaba en la acera de enfrente de Paseo de Gràcia. El edificio cuenta también con salas de reuniones en la planta noble y espacios comunes como una terraza con vistas a Plaza Catalunya que pueden ser alquilados por empresas externas.
Una historia de más de 130 años
La Casa Pascual i Pons la encargaron dos familias emparentadas a finales del siglo XIX, viviendo en la primera planta y alquilando el resto. Sagnier la empezó a edificar con un Eixample incipiente, con pocos edificios repartidos en solares distantes, por lo que, defiende Espinet, el inmueble de Paseo de Gràcia sirvió para dibujar sus calles y alinearlas. “En el Eixample, no hay que derribar edificios sino conservarlos. Hay que mantener la altura, limpiar lo que se haya hecho mal y hacer rehabilitaciones integrales. Así, mantendremos la historia de la ciudad”, defiende, poniendo en valor que hay pocas capitales en el mundo con una arquitectura de esta época por preservar.