En la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Aigües de Barcelona en el Prat de Llobregat se está ultimando una pequeña planta que tiene que servir para convertir sus lodos en biometano. Este gas renovable será utilizado como combustible para autobuses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), tal como explicó su consejero delegado, Gerardo Lertxundi, en una entrevista con The New Barcelona Post. El biometano tiene una composición similar al gas natural y, por lo tanto, puede hacer circular un vehículo. Después de empezar a probar el hidrógeno como combustible, el operador de transporte público pone el foco en este otro gas renovable, que le puede ayudar a reducir en un 80% su huella de carbono.
Life Nimbus, el proyecto que quiere probar el biometano en TMB, está liderado por el Centro Tecnológico del Agua (Cetaqua) y cuenta con la participación de TMB, Aigües de Barcelona y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) también les apoya. Su objetivo principal es el de analizar la posibilidad de convertir las depuradoras en ecofactorías, es decir, instalaciones que generen nuevos recursos a partir de aguas residuales, en este caso, energía en forma de gas.
Según explica el responsable del proyecto, Oriol Casal, se espera que la planta, con una superficie de menos de 300 metros cuadrados, empiece a funcionar este mes de junio, después de que en mayo se hagan ya las últimas pruebas. Actualmente, se está trabajando en la obra civil para poder instalar en los próximos dos meses los equipos necesarios para hacer funcionar la planta. Esta iniciativa cuenta con una financiación europea de casi dos millones de euros y acabará en noviembre de 2023.
Con Life Nimbus, se espera poder alimentar un único vehículo, que se desplazará cada día desde las cocheras de TMB en la Zona Franca hasta la EDAR Baix Llobregat para repostar en unos cinco minutos —el mismo tiempo que se tarda haciéndolo con gas natural— y empezar a hacer la ruta, todavía por decidir. Fuentes del operador de transporte público señalan que, además de participar en Life Nimbus, están buscando otros proveedores de este gas renovable. También señalan que el 35% de su flota ya está impulsada con gas, como, por ejemplo, gas natural licuado (GNL).
Más allá de probar el biometano como combustible sostenible, la iniciativa permitirá estudiar una nueva tecnología para obtener este gas renovable, que hasta ahora solo se ha probado a pequeña escala, en laboratorios. El biometano proviene del biogás, que se obtiene de residuos como purines, excrementos, lodos de depuradoras o residuos de mataderos. Para convertirlo en biometano, se tiene que limpiar para eliminar el dióxido de carbono que contiene y poder ser utilizado energéticamente.
En Europa hay alrededor de 700 plantas que se dedican a producir biometano, con una presencia especial en países como Alemania, Francia o Reino Unido, y casi nula en España, con tan solo dos. En estas instalaciones, el biometano se obtiene separando el CO2 y el metano que se encuentra en el biogás. Life Nimbus quiere ver cómo de eficiente es conseguir el biometano a partir de la metanogénesis. Esta técnica consiste en hacer reaccionar químicamente el C02 con hidrógeno, que tiene que tener origen verde, y convertirlo en metano.
En Europa hay alrededor de 700 plantas que se dedican a producir biometano, con una presencia especial en países como Alemania, Francia o Reino Unido, y casi nula en España, con tan solo dos
La diferencia principal de la tecnología que quiere testear Life Nimbus, que gasta más energía que el método tradicional, es que este consumo se puede recuperar posteriormente, cuando el biometano se usa como combustible, porque la electricidad utilizada se almacena y se libera cuando se quema el metano. Cuando el proceso que se sigue es el de separar el CO2 y el metano, la energía destinada al proceso se pierde.
Si Life Nimbus obtiene resultados positivos, se estudiará construir una planta más grande. No obstante, un reto que abre esta prueba piloto es la necesidad de encontrar una fuente de hidrógeno limpio, así como encontrar un mecanismo para generar la electricidad suficiente para hacer posible la metanogénesis. La EDAR Baix Llobregat destinará solo un 1% del biogás que genera a esta prueba, permitiendo hacer funcionar un autobús, pero, si se usara toda su capacidad, se podría cubrir una flota de más de un centenar de vehículos.