La tercera edición de Smart Ports: Piers of the Future se ha cerrado con 6.000 usuarios únicos y 20.000 visualizaciones. Este ha sido el segundo año que se ha realizado de manera digital, a la espera de recuperar la presencialidad de cara al año que viene. La innovación en los puertos se ha vuelto a debatir en el encuentro que el Puerto de Barcelona organiza con seis puertos más para analizar las tendencias que vive el sector en su transición hacia un modelo más sostenible y digital. “Generar riqueza para la comunidad es nuestro mayor reto y esto implica que tenemos que innovar”, ha expuesto el presidente del Port de Barcelona, Damià Calvet. “Estamos convencidos de que ser más eficientes, competitivos y sostenibles significa traer más innovación”, ha recalcado.
Durante dos días, puertos como los de Barcelona han explicado cómo están encarando esta transformación. En esta edición, los puertos invitados han sido los de Londres (Reino Unido) y Gotemburgo (Suecia). Sus experiencias han compartido ágora con las de los socios del Port de Barcelona en la organización de Smart Ports: Amberes (Bélgica), Busan (Corea del Sur), Hamburgo (Alemania), Los Angeles (Estados Unidos), Montreal (Canadá) y Róterdam (Países Bajos).
Uno de los proyectos que Port de Barcelona ha presentado en el Smart Ports ha sido el piloto que desarrollará en el Muelle de Pescadores para crear una comunidad energética, que producirá, consumirá y almacenará energía solar, con el apoyo del consorcio europeo Creators, integrado por 17 empresas del sector energético de ocho países. El objetivo de este proyecto es crear diversas pequeñas islas de energías renovables interconectadas, que trabajarán para aumentar el autoconsumo energético y la proporción de energía procedente de fuentes renovables.
Port de Barcelona desarrollará este primer piloto de la mano de Comsa, que se encargará de proporcionar las placas fotovoltaicas necesarias para generar la energía. Se colocarán en las cubiertas de cinco edificios del Muelle de Pescadores: el almacén, la nueva lonja de pescado, la fábrica de hielo, el aparcamiento y la zona de almacenamiento de redes. Aparte, Comsa aportará un sistema para monotorizar el consumo y la generación de energía que se producirá en esta área del puerto, y otro para almacenar el excedente que se no se consuma en el momento.
Si los resultados de este piloto son satisfactorios, se prevé extenderlo a todo el Port de Barcelona. Su responsable de Innovación, Carles Rúa, señala que puede resultar muy útil en espacios como las terminales de contenedores, que requieren mucha energía para operar, pero también en otros que no necesitan tanta, como las terminales de coches. En este caso, hay mucho espacio disponible para colocar placas solares que podrían ceder la energía que generan a otras áreas de la infraestructura marítima que la necesitan más. Asimismo, estas nuevas comunidades energéticas podrían dar servicio a los cruceros, que requieren ser alimentados cuando atracan en los muelles y consumen mucha energía.
Ante el nuevo contexto de transición energética, Rúa ha defendido que hay que repensar la manera que se utiliza la energía y ha puesto de ejemplo cómo se fabrica el hielo en este muelle. Actualmente, se produce el hielo por la noche porque la energía es más barata, pero, gracias a este piloto, se podrá fabricar durante el día y mantenerlo por la noche porque se habrá abaratado el coste energético.
La colaboración entre los puertos y las ciudades
Smart Ports coincide con el salón Smart City Expo World Congress (SCEWC), que se celebra desde este martes hasta el jueves en el recinto de Gran Via de Fira de Barcelona. A pesar de que el evento organizado por el Port de Barcelona ha mantenido este año su formato digital, grabado desde un plató propio, algunas de las sesiones se han desplazado hasta L’Hospitalet de Llobregat. Precisamente, el salón ha premiado al Port de Barelona con el premio World Smart City 2021 por su sistema inteligente de gestión de la movilidad en las terminales de cruceristas desarrollado junto a Deep Solution y Delonia.
Una de las sesiones que se ha celebrado en Fira de Barcelona ha sido la de Ports collaboriting with cities, que ha contado con la participación de los puertos de Barcelona, Hamburgo, Amberes, Montreal y Los Angeles. El presidente del Port de Barcelona, Damià Calvet; la responsable de Estrategia del Puerto de Hamburgo, Iris Scheel; la presidenta del Puerto de Ambers, Annick de Ridder; la vicepresidenta del Puerto de Montreal, Mélanie Nadeau, y el director de Relaciones Laborales y Desarrollo de la Fuerza de Trabajo del Puerto de Los Angeles, Avin Sharma, han debatido sobre cómo articulan esta relación con las urbes que los acogen.
La sesión Ports collaboriting with cities ha contado con la participación de los puertos de Barcelona, Hamburgo, Amberes, Montreal y Los Angeles
Los cinco puertos encuentran en la innovación una de las patas principales para combinar sus intereses con los de las administraciones locales y regionales. Para Calvet, el primer paso para encontrar nuevas soluciones pasa por conocer qué necesita la comunidad portuaria y buscar cuál es la mejor manera de afrontarlo. “El puerto no puede fomentar la innovación en solitario”, ha remarcado Calvet. Pero también hay que asociarse con otros agentes de la ciudad que quieran innovar, como se hará en el hub de economía azul, impulsado junto al Ayuntamiento. Nadeau y De Ridder han coincidido con esta apuesta del Port de Barcelona de impulsar la innovación de manera compartida. “Innovación y colaboración son dos palabras clave”, ha defendido De Ridder.
La sostenibilidad se ha perfilado como otra de las características esenciales en la colaboración con las ciudades. Electrificar los muelles, aumentar el transporte ferroviario de contenedores y desarrollar la movilidad sostenible son algunas de las herramientas que las diferentes autoridades están impulsando para reducir el impacto medioambiental, pero también hay otras. En este sentido, Scheel ha expuesto cómo han conseguido reducir la contaminación acústica en el puerto de Hamburgo de la mano de los vecinos de la infraestructura, mientras que Nadeau ha puesto el foco en la necesidad de fomentar la sostenibilidad social del entorno.