Después de muchos años asesorando a empresas emergentes, el abogado Carlos Guerrero decidió crear a principios de 2021 su propia startup, Attolón, centrada en ofrecer servicios jurídicos alternativos, conocidos como ALSP. “Siempre he sido un emprendedor”, defiende Guerrero. Attolón no ha sido su único proyecto, también impulsó el fondo de business angels Sitka Capital, que invirtió en compañías como Meller y Colvin, y el marketplace LexGoApp, que pone en contacto a abogados generalistas con clientes.
Attolón innova en el sector legal proponiendo trabajar por proyectos y bajo demanda para empresas de todo tipo, ofreciendo precios cerrados y no cobrando por horas. El asesoramiento lo proporcionan exsocios y abogados séniors de grandes despachos, catedráticos de Derecho y juristas reconocidos, que lo hacen colaborando como freelance y aportando su experiencia acumulada durante años.
“Es un modelo que nació en Estados Unidos”, explica el fundador y consejero delegado de Attolón. En España, solo hay tres compañías de este tipo y Guerrero no duda que esta cifra irá creciendo en los próximos años. “Cada vez el abogado lo entiende más y el cliente también”, remarca.
El asesoramiento lo proporcionan exsocios y abogados séniors de grandes despachos, catedráticos de Derecho y juristas reconocidos
Compañías nacionales e internacionales; cotizadas y no cotizadas; fondos de capital riesgo; scale-ups; pymes y empresas familiares pueden dirigirse a Attolón para solucionar cuestiones muy específicas o encontrar apoyo cuando tienen picos de trabajo. Los abogados de esta startup están especializadas en múltiples áreas, como mercantil, societario, fiscal, laboral, litigación, competencia, inmobiliario, administrativo, bancario, competencia, propiedad intelectual, protección de datos o nuevas tecnologías.
Este planteamiento diferente al de la estructura tradicional que tienen las firmas jurídicas permite que Attolón reduzca en un 40% los honorarios y ofrezca precios más competitivos, ganando en eficiencia. Con una inversión inicial de 100.000 euros, los ingresos que consigue se reinvierten en desarrollo de negocio y continuar captando clientes. Fundada en enero del 2021, la empresa emergente ha facturado 600.000 euros durante su primer ejercicio en funcionamiento y prevé, como mínimo, doblar los ingresos de cara a este 2022.
Con sede en Barcelona, Attolón empezó a trabajar en coworkings, pero ya cuenta con un despacho propio en Travessera de Gràcia. Con una plantilla de 20 trabajadores y en plena búsqueda de más empleados fijos, la startup ha conseguido captar 100 abogados especializados durante su primer año de vida. También ha desembarcado en Madrid y ha empezado a operar en América Latina. Guerrero no contempla en el corto plazo buscar inversores, pero no descarta tampoco valorarlo de cara al 2023 si la compañía necesita crecer más rápidamente.
Aceleradora de empresas emergentes legaltech
La voluntad de cambiar el sector legal de Guerrero no se ha quedado en Attolón. El abogado también ha creado Attolón Reeboot, una aceleradora de startups ALSP y legaltech, a través de la cual ya ha lanzado Debify y Nevvo. La primera se encarga de eliminar deudas de consumidores negociando quitas gracias al uso de la tecnología y la ley de la segunda oportunidad, mientras que la segunda es una plataforma integral de servicios jurídicos digitales, que permite hacer cualquier reclamación vía online. De cara a este primer trimestre, la aceleradora está trabajando en fundar una tercera, que consistirá en un despacho muy pequeño que ofrecerá un asesoramiento muy especializado en blockchain y criptomonedas.