Cuando se le pregunta por la diferencia entre el coliving y el compartir piso de toda la vida, el consejero delegado de Enso Co-living, Michael Erd, recurre a Friends para explicar lo que ofrecen. “Nunca les ves cocinar ni limpiar, solo ves lo bueno”, sostiene. La startup barcelonesa cubre todas las tareas domésticas, incluyendo la limpieza, la lavandería, el mantenimiento y la comida, pero también se preocupa porque los compañeros de piso encajen y no se conviertan en inquilinos a los que evitar. Además, plantea contratos flexibles, con fianza de un mes y estancia mínima de tres meses. El precio por habitación, con pisos siempre ubicados en zonas privilegiadas y bien amueblados, va desde los 650 euros mensuales a los 1.200.
“Queremos facilitar la manera en que las personas viven en las ciudades. Cuando llegas a una gran capital e intentar buscar donde vivir, es muy complicado y tienes que afrontar muchos gastos. Lo que hacemos es limpiar las impurezas”, señala Erd. El consejero delegado remarca que el coliving también permite generar un marco legal que protege a los inquilinos, estableciendo normas que un tercero controla.
La empresa emergente fue creada en Barcelona en 2019, con tres cofundadores madrileños que habían acabado en la capital catalana viviendo juntos en un coliving. Concretamente, en un piso propiedad de Harrison Ford en Diagonal con Roger de Llúria, donde había cinco personas más. El coliving fue también la primera oficina, que luego se trasladó, como los fundadores, al Pasaje de Permanyer. Ahora, Michael Erd, Clara Sterling y José Miguel Calle siguen viviendo en coliving, pero separados: “Pasábamos demasiadas horas juntos”.
Enso Co-living acaba de cerrar su segunda ronda por 1,7 millones de euros, en la que han participado GVC Gaesco, RKS Real Estate y Dozen Investments. La primera ronda fue de 723.000 euros y se formalizó a principios de 2021. También se financian con deuda, con un pasivo de 500.000 euros.
La financiación obtenida esta vez le servirá para consolidar su posición en el mercado español y crecer en habitaciones, con el objetivo de llegar a un total de 800 a finales de año. Actualmente, la empresa tiene más de 300 habitaciones. La mayoría están en Barcelona, con 250, concentradas en zonas como el Eixample, la Vila Olímpica, el Born y Gràcia. También están presentes en Madrid, con 80 habitaciones, y están abriendo Valencia, empezando con 20 habitaciones. El mes que viene prevén llegar a Málaga.
Con una estancia media de entre seis y ocho meses, “no queremos gente que venga de vacaciones, sino a vivir a la ciudad”, su cartera se basa fundamentalmente en pisos muy grandes, en donde pueden crear zonas comunes y ofrecer habitaciones a diversos inquilinos. En Barcelona, tienen un caso excepcional ofreciendo un edificio entero.
La compañía empezó a registrar beneficios en septiembre del año pasado, pero no comunica la cifra con la que cerró el año. En 2022, la facturación se situó en los dos millones de euros. Para este 2023, esperan unos ingresos de entre seis y ocho millones de euros. La plantilla, con oficinas en el antiguo coliving del Pasaje de Permanyer, es de casi 20 trabajadores.