“Siempre que encaramos un elemento relevante, construimos antes un prototipo”, explica el arquitecto director de la Sagrada Família, Jordi Faulí, a los pies de la basílica. “Es fundamental”, continúa, pero se interrumpe a sí mismo. “Un segundo”, se excusa, mientras saca rápidamente el móvil del bolsillo y lanza una foto al gran prototipo de parte de uno de los brazos de la cruz que coronará el templo: “Había un reflejo interesante que no había visto nunca antes”. Lo señala para mostrarlo, pero ya se ha desvanecido. Nada inesperado, dado que el aspecto cambiante de la futura cruz será uno de sus rasgos característicos.
Y es que la cruz de cuatro brazos, de 100 toneladas y de 17 metros de altura, variará su apariencia con la luz: estará revestida de cristal y de cerámica esmaltada en blanco, que se convertirá en un nuevo punto de luz en el skyline de la ciudad: de día, brillará reflejando el sol; de noche, contará con unos focos que iluminarán ligeramente el cielo sobre la Sagrada Família.
La cruz será el punto más alto de la basílica, que escalará exactamente hasta los 172,5 metros. Así, la altura total del templo irá acorde con la fijación de Antoni Gaudí de trabajar sobre la base de múltiplos de 7,5, una cifra entre el siete, un número terrenal, y el ocho, considerado divino. La cruz rematará la torre de Jesucristo, que se alzará 23 veces estos 7,5 metros.
Construir esta cruz-mirador implicará un proceso muy complejo que requerirá diversos materiales y técnicas. Para anticiparse a eventuales contratiempos, se ha optado por crear un prototipo a escala real de uno de los brazos de la cruz, llamada a ser uno de los elementos más representativos de la Sagrada Família. “Construir el prototipo nos ha permitido detectar problemas que ya no ocurrirán”, detalla Faulí, que destaca que se trata de una pieza muy compleja en el que cada detalle cuenta, desde las juntas hasta la curvatura de la cerámica y del cristal.
“Además, construir un prototipo representa también un aprendizaje del montaje”; es como un ensayo, motivo por el que se construirán también para diversos elementos de la fachada de la Glòria. Disponer de este modelo abre también posibilidades como la de observar detalles cruciales para el ojo experto, como el reflejo de un inesperado rayo de sol, y algo más: permite entrar en el brazo de la cruz, dando una idea de la sensación que generará ver Barcelona desde el privilegiado y singular mirador.
El prototipo se mostrará a los visitantes de la basílica durante las jornadas de puertas abiertas que el templo ha organizado para la fiesta mayor de la ciudad, la Mercè. Con 20.000 entradas gratuitas disponibles para los cuatro días de puertas abiertas, han participado en el concurso para hacerse con una de ellas más de 66.500 personas. El prototipo, ubicada en el patio de materiales junto a la entrada principal, puede distinguirse a través de las rejas de la calle Provença, donde se detienen algunos curiosos que observan una estructura que puede recordar a un artefacto espacial.
Coronar la Sagrada Família con la cruz, sin embargo, irá más allá que construir uno de sus brazos: primero, se colocará el último panel de la torre de Jesucristo a finales de este año; luego, se premontará la base sobre la que reposará la estructura, que se elevará entera desde la calle Sardenya. Después será el turno del núcleo de la cruz, y luego vendrán los cuatro brazos, para finalmente colocar en las alturas el brazo superior de la cruz, hito que está previsto para finales de 2025.
Sin embargo, el proceso no acabará aquí: después vendrán los trabajos en el interior de la cruz, para convertirla en un extraordinario mirador de la ciudad. La intención de la junta constructora es que la cruz se inaugure para el centenario de la muerte de Gaudí, en junio de 2026. Sin embargo, todavía no ha definido cuándo ni cómo se abrirá al público este excepcional espacio: su limitada capacidad, de 11 personas, lo convertirá en un exclusivo mirador.
Una vez se instale la cruz como broche final de la Sagrada Família, aún quedará mucho por delante para dar el templo por terminado. La basílica sigue avanzando en la construcción de la Capilla de la Asunción, que se acabará previsiblemente en 2025, y también en las cubiertas de las naves laterales, en las que ha finalizado cuatro de sus cinco tramos. En 2025 se levantarán las ocho columnas que soportarán la fachada de la Glòria, y aún quedará pendiente la segunda sacristía, el baptisterio y la capilla de la Penitencia y del Sacramento, entre otros espacios que están por tomar forma en el templo. De enero a agosto, ha recibido 3,24 millones de visitas, un 3% más que en el mismo periodo de 2023, como ha destacado Xavier Martínez, director general de la Basílica. Martínez ha aprovechado para anunciar una nueva convocatoria del fondo de la Sagrada Família destinado a entidades sociales, que en su segunda edición crece un 50%, hasta los 3,5 millones de euros.
La intención de la junta constructora es que la cruz se inaugure para el centenario de la muerte de Gaudí, en junio de 2026
Para mantener el ritmo de construcción y para hacer frente a todo lo que está por venir, la junta constructora dedica más de la mitad de sus 130 millones de ingresos a levantar el templo. Sin embargo, la pregunta que viene a la mente de cualquiera al hablar de la Sagrada Família no es su presupuesto —que también—, sino cuándo estará acabada. No obstante, esta pregunta todavía no tiene una respuesta clara, y más después de que la pandemia se llevara por delante la previsión de terminar en 2026.
“Nuestro deseo es acabarla en 2032 o 2033”, ha recordado Martínez, y ha remarcado que es eso, un deseo, y no una previsión ni un compromiso: “No nos hemos marcado todavía una fecha de finalización”. Y este deseo deja al margen la polémica escalinata proyectada en la calle Mallorca e incompatible con los bloques de vivienda que se levantan ante la basílica. Con escalinata o sin ella, la gran pregunta sigue sin respuesta, pero con la certeza de que el templo sigue avanzando.