Barcelona ha estrenado decenas de edificios de oficinas en las últimas décadas, pero ninguno ha logrado superar en belleza exterior al complejo DGarden 662 de la Avenida Diagonal, más conocido como Edificio Planeta o como la antigua sede de Banca Catalana. Construido en 1978 por los arquitectos Josep Maria Fargas y Enric Tous, este singular inmueble, emblema del racionalismo catalán de la segunda mitad del siglo XX, fue un auténtico avanzado a su tiempo al proyectar un icónico jardín vertical que se convirtió en referencia en toda Europa.
Más de 40 años después, el edificio, con sus características jardineras con plantas colgantes, sigue siendo el emblema del distrito de negocios de la capital catalana y más tras el proceso de rehabilitación del inmueble impulsado por el gigante financiero internacional Blackstone, que es su propietario desde agosto de 2018. Hace cuatro años, el fondo estadounidense adquirió el edificio por 210 millones de euros a la familia Lara, dueña del Grupo Planeta, y ahora ha invertido 10 millones de euros para lavarle la cara y ponerlo al día, en un proceso que se inició en 2019 y culminará en 2023.
El proyecto de rehabilitación y reposicionamiento de DGarden 662 —el nombre adoptado por el edificio tras cambiar de manos— ha sido liderado por Rivoli Asset Management, la firma inmobiliaria que gestiona los distintos complejos de oficinas que Blackstone tiene en España. En Barcelona, además del DGarden, Blackstone es el propietario de la Torre Tarragona y ultima la finalización de un complejo de oficinas ubicado en la calle Álava 111, en el distrito 22@. El valor de estos tres inmuebles de oficinas supera los 450 millones de euros.
Rodeado de unos exhuberantes jardines que lucen como nunca, el complejo que alberga la sede corporativa de Planeta dispone de 27.352 metros cuadrados de oficinas repartidas en tres módulos octogonales de 9 plantas y unidos, formando un triángulo. Además, tiene un módulo adyacente de tres plantas en la entrada del edificio que anteriormente era el auditorio de Banca Catalana y que hoy alberga la sede de la clínica de reproducción asistida Institut Marquès. El perímetro de cada una de las nueve plantas del llamativo conjunto principal está rodeado de dos cinturones de jardineras que suponen un total de 3,2 kilómetros de zonas verdes en vertical. Para que en conjunto luzca siempre en óptimas condiciones, en el DGarden trabaja un oficial de jardinería a tiempo completo, acompañado de un paisajista, de un equipo de poda en altura y de una brigada de mantenimiento.
El edificio está alquilado al 90% —con un total de trece inquilinos— y tiene disponibles únicamente 2.400 metros cuadrados (en módulos que van desde los 400 m² a los 1.000 m²) que se prevé que estén ocupados antes de que finalice 2022 tras la reforma que se ha realizado del interior de todas las plantas. El Grupo Planeta es el principal inquilino del DGarden, ya que ocupa 15.000 m2, el 55% del total, entre las plantas tercera y novena. Otras empresas que están instaladas en el complejo son Mediabrands, Antena 3, Banco Mediolanum, Antena 3 Advertising, Huawei y Matinex; en la planta baja hay también una oficina de BBVA, entidad en la que acabó englobada la antigua Banca Catalana. En total, unas 1.500 personas tienen su lugar de trabajo en el complejo.
“Estamos en negociaciones con varias empresas y en los próximos meses, si todo va bien, el edificio estará al 100% de ocupación“, avanza Ignacio Fonseca, socio fundador de Rivoli Asset Management. Según Fonseca, el alquiler en el DGarden “se sitúa por encima de la media de la renta prime de Barcelona, ya que tiene más representatividad que los edificios de la competencia, mejores calidades y servicios gracias al proyecto de rehabilitación y reposicionamiento” que está a punto de culminar.
El lavado de cara del edificio se ha centrado hasta ahora en la remodelación de los espacios interiores y de las zonas comunes, con una renovación total del hall a doble altura y de la recepción, y de los ascensores, pasillos, lavabos y vestíbulos de cada planta. Se han instalado luces led para mejorar la sostenibilidad y mejorado los techos y pavimentos. Además, se han creado nuevas zonas comunes como un working lounge, un auditorio y vestuarios, e instalado plazas en el párking para patinetes, motos y coches eléctricos. Tras la reforma, DGarden 662 obtendrá el certificado de sostenibilidad Leed Gold, aunque aspira a conseguir la clasificación Leed Platinum más adelante con nuevas mejoras.
Rivoli encargó el proyecto de interiorismo a la firma barcelonesa de arquitectura GCA Architects, fundada por José Juanpere y Antonio Puig, y muy especializada en diseño de hoteles de lujo, y viviendas y oficinas de alta gama. “Apostamos por GCA porque queremos que nuestras oficinas ofrezcan la experiencia de un hotel. La idea ha sido trasladar también al interior el efecto wow que provoca el edificio y que la experiencia de las personas que trabajan en él sea lo más agradable posible”, explica Fonseca en una entrevista con The New Barcelona Post.
“Esta actuación no solo es una mejora para el inmueble, sino para el conjunto de la ciudad. Este edificio fue muy avanzado para su época, tanto en diseño, como en arquitectura e ingeniería. Es una auténtica obra de arte, un ejemplo vivo de integración de naturaleza y arquitectura“, subraya Fonseca.
Una vez ejecutada la reforma interior, en los próximos meses el proyecto de rehabilitación afectará a la zona del pasillo de acceso exterior. Se ha consensuado con el Ayuntamiento de Barcelona la modernización de la entrada del edificio por Diagonal, pero respetando la estética y la personalidad del proyecto original de Fargas y Tous. La idea es embellecer la entrada principal, cambiar el pavimento y renovar la fuente que acoge a los visitantes. Esta fase de las obras terminará a finales de año, pero en 2023 se realizarán algunas actuaciones más para culminar el proyecto.