equipo de Rouge cócteles
El equipo del Rouge, con los cuatro socios en primer plano. ©Clara Orozco
EL RESTAURANTE

Rouge, cócteles de culto

La rentrée noctámbula ha vuelto a poner al Paral·lel en el mapa. A la sombra de las aspas inmóviles del Molino, hay una luz roja que vuelve a brillar con fuerza

Ubicado en el 21 de la calle Poeta Cabanyes y reabierto hace apenas un mes, el nuevo Rouge ha irrumpido en la escena festiva de la ciudad valiéndose de dos ingredientes fundamentales: cultura y hedonismo. En el Rouge hay cocktails con nombre de vedette, brioches planchados, vinos de Jerez, música electrónica y anchoas de l’Escala. Una oferta ecléctica que combina audacia, buen gusto y una calculada dosis de nostalgia.

Fans de los subtítulos y maestros del hype, los impulsores del proyecto se han quedado a gusto a la hora de bautizar a la criatura. En la entrada del local, bajo su cartel arqueado, se puede leer “Cocktail Club/Bunker Cultural”. La cosa promete.

Una vez dentro, un neón, de aires pictóricos, busca seducirnos con otra idea: “Cócteles de Culto”. ¿Pero quién hay detrás de tanta literatura? Jorge Ferrer, Jandro Giner, Betu Martinez y Pau Ortiz son los cuatro amigos –hoy socios– que reivindican la autoría. Vinculados al mundo cultural, (Serielizados, TMATNB) este grupo de jóvenes emprendedores se ha propuesto abrir el tipo de bar del cual serían clientes fijos. Para dotar de consistencia al proyecto, se han dejado asesorar por gente que la toca de verdad en cada una de las áreas que han querido poner en valor.

El interiorismo del local, que podría firmar David Lynch, es obra de Daphne Muñoz (La Movida Studio); en la iluminación ha intervenido Joel Moreno y todo el branding es cosa de la agencia Snoop, incluyendo el icónico neón que da la bienvenida a los parroquianos.

Detrás de la barra de Rouge, el bar manager Nicolò Coppa es quién se ocupa de las bebidas, combinando cocteleria clásica con los siete “cócteles de culto” que el mixólogo Mattia Bertoglio ha creado para el Rouge. Nombres como Mula 54, Mustang o Sideral nos remiten a la efervescencia musical de las noches de gloria del Paral·lel, mientras que La Bella Dorita o Mistral son homenajes líquidos a dos míticas vedettes del Molino. El Margarida va por “la Xirgu”; y el Snooper, el único cóctel del Rouge que no está relacionado con la historia de nuestro Broadway decadente, es un guiño al estudio que les ha ayudado a construir la marca.

El cóctel del día, tal y como explica Pau Ortiz “toma como referencia temas culturales que estén pasando en este momento en Barcelona, por ejemplo, hasta ahora hemos tenido un Consumed in Green, en honor a Richie Hawtin pinchando por primera vez en el Apolo”.

Detalle del cartel de la puerta de entrada. ©Clara Orozco

Si no estáis para cocktails, una copa de fino en rama o de amontillado también pueden teñir la tarde de felicidad y hacer que os elevéis unos centímetros del suelo. La apuesta por los vinos generosos se completa con Vermò, un vermut que Jorge Ferrer, uno de los cuatro socios, elabora en Turín “siguiendo los métodos tradicionales de producción, pero añadiendo ingredientes como jengibre, pimienta blanca o cardamomo”.

Para picar, podéis pedir una lata de anchoas de L’Escala o unas patatas fritas J. García: oro crujiente made in Castellón. Pero hay más: la Gilda Bloody Mary o el aguachile de mejillones demuestran que aquí ocurren cosas. El chef Albert Ibáñez, castellonense, como las patatas, es el asesor gastronómico del Rouge y por lo tanto, el responsable del apartado más juguetón de la carta: los brioches planchados. “La idea era buscar cremosidad y exuberancia, dos mordiscos cargados de sabor”.

Con estas palabras describe Ibáñez los famosos “brioixets”, que en base a su receta, elabora cada dia Vidania –el obrador de la Bodega Amposta– para que lleguen al Rouge listos para pasar por la plancha. Hay cinco panecillos diferentes, pero el de bomba del Poble Sec y el de pies de cerdo y gamba son un éxito asegurado. Placer concentrado en panecillos que desaparecen en cuestión de segundos.  

Rouge coctelería Barcelona
El rojo, omnipresente. ©Clara Orozco

La carta incluye un plato enigmático: “el postret” de la casa. Una sorpresa elegante y digestiva.

El Rouge abre de miércoles a domingo, y las noches de viernes y sábado son sinónimo de música en directo. En su primer mes de vida, han desfilado nombres como DJ Coco, Vince Void, Spacer o Marta Mer. El resto de días, se ofrecerán actividades como podcasts, humor en formato stand-up, conciertos y otros eventos vinculados a festivales que se celebren en la ciudad, con la intención de contribuir al resurgimiento de un barrio que merece volver a la ebullición creativa del pasado.

A la espera de saber los detalles de su agenda cultural, brindemos por el renacimiento del Rouge!

Make Paral·lel Great Again!

Rouge Poblesec
El neón de la entrada es obra de la agencia Snoop. ©Clara Orozco