Roca Group electrificará los hornos con los que produce sus populares lavabos e inodoros como gran paso para lograr ser una empresa neutra en emisiones de carbono en 2045. La compañía líder mundial en porcelana sanitaria para el cuarto de baño ha anunciado un plan para sustituir en los próximos años el gas natural que actualmente emplea en sus fábricas por unos nuevos hornos capaces de generar temperaturas de 1.250 grados con energía eléctrica de origen 100% renovable.
La primera planta del grupo dotada con esta tecnología se encuentra en la localidad austríaca de Gmunden, cerca de Salzburgo, y ya están planificadas cinco instalaciones más en otras fábricas europeas que se pondrán en marcha entre 2024 y 2025. Entre ellas, figuran las dos fábricas de porcelana sanitaria que Roca posee en España, ubicadas en Gavà (Barcelona) y en Burgos, donde produce la marca Gala. Ambos proyectos, que se ejecutarán a partir de 2025, se han acogido al PERTE de descarbonización industrial que impulsa el Gobierno con los fondos Next Generation.
“Nuestro objetivo es transformar la industria de la porcelana sanitaria y liderar el proceso de descarbonización del sector”, ha asegurado este jueves el consejero delegado de Roca, Albert Magrans, durante la presentación del horno eléctrico de Gmunden, que es el primero que se ha puesto en marcha en este sector a nivel mundial. “Hace cuatro años, era una locura pensar que podríamos producir porcelana sanitaria sin emisiones de CO₂”, ha añadido Axel Krause, ejecutivo de la empresa alemana que ha construido el horno eléctrico, Keramischer Ofenbau.
Esta proeza, fruto de un trabajo de I+D de más de cuatro años, ha llevado a Roca a adquirir una participación del 66% en esta compañía, que será la encargada de desarrollar todos los hornos eléctricos que instalará el grupo catalán a partir de ahora. Según Albert Magrans, Keramischer Ofenbau seguirá operando como una empresa independiente, trabajando para múltiples clientes como hasta ahora, y ofrecerá también esta nueva tecnología a empresas competidoras de Roca para acelerar la transformación de todo el sector. La entrada en el capital de Keramischer se ha realizado a través de Roca Venture Fund, el fondo dotado de 25 millones que el grupo lanzó para impulsar empresas emergentes e innovadoras en materia de sostenibilidad.
El grupo familiar catalán ha invertido 10 millones de euros en ejecutar este proyecto en la tranquila localidad de Gmunden, situada en un valle rodeado de montañas y presidido por un gran lago. La mitad de esta cifra se ha destinado al diseño y construcción del nuevo túnel eléctrico automatizado para la cocción de las piezas de cerámica, y la otra mitad corresponde a la obra civil, ya que se ha tenido que construir una nueva nave para albergar la instalación. El edificio está dotado de paneles solares que permiten generar el 40% de la energía que consume la planta. El 60% restante procede de la compra de electricidad verde certificada, es decir, de origen 100% renovable. Según Roca, con el horno eléctrico se evitará la emisión de 5.000 toneladas anuales de CO₂. El viejo horno alimentado con gas natural que había en Gmunden se apagó definitivamente hace escasamente un mes y ya se encuentra en proceso desmantelado, dando paso a una nueva era.
La elección de esta fábrica de la Alta Austria para instalar estapionera tecnología no es baladí. Gmunden es una región con una larga tradición en la industria de la cerámica por ser abundosa en arcilla y, desde hace cien años, acoge una fábrica que forma parte de la élite del sector del cuarto de baño, ya que, de ella, han surgido numerosas innovaciones técnicas. Roca pasó a ser propietaria de la planta en 1999, cuando compró el grupo suizo Laufen. Hoy, Laufen es, junto a Roca, una de las dos marcas globales de la multinacional con sede en Barcelona, que posee un total de 39 marcas y presencia comercial en 170 países, con una facturación que alcanzó los 2.092 millones de euros en 2022. En ese ejercicio —todavía no están disponibles los datos de 2023— el grupo obtuvo un beneficio neto de 42 millones, un 76% menos.
“La fábrica de Laufen en Gmunden, especializada en productos de alta gama, es un auténtico laboratorio industrial que concentra nuestro mayor expertise en porcelana sanitaria. Necesitábamos contar con el mejor equipo posible para poder ejecutar un proyecto tan ambicioso”, ha explicado satisfecho Magrans, que también se ha referido a la proximidad geográfica existente con Keramischer Ofenbau.
Gracias a todo lo aprendido con este proyecto piloto, Roca confía en poder escalar a partir de ahora de forma mucho más rápida la electrificación de todos sus procesos de producción, lo que le llevará a invertir en la instalación de paneles solares y a firmar múltiples acuerdos de compra de energía verde (PPA), según avanza Carlos Velázquez, director de sostenibilidad de Roca. El reto, afirma, es mayúsculo, ya que el grupo posee 79 plantas en los cinco continentes y no en todos los países existe la misma disponibilidad de electricidad de origen renovable.
Además, todavía hay mucha incertidumbre sobre el papel que acabará jugando el hidrógeno verde en este proceso de transición ecológica. “El hidrógeno verde no es nuestra primera prioridad. Por ahora, es caro y hay muy poca disponibilidad, pero estaremos preparados si esta realidad cambia”, asegura Velázquez. En este sentido, explica que el grupo ya tiene en marcha un programa de investigación en alianza con la UPC, para evaluar la efectividad del uso de hidrógeno en sus actuales quemadores de gas natural.
Albert Magrans: “Estamos obsesionados con la sostenibilidad y acabamos de demostrar que es posible fabricar porcelana sanitaria sin emitir CO₂”
En los últimos tres años, la compañía ha invertido 50 millones en acciones de sostenibilidad que han permitido reducir en un 39% las emisiones de CO₂ y en un 47% su consumo de agua. Esta cifra ahora se intensificará con esta apuesta por los hornos eléctricos. “Estamos obsesionados con la sostenibilidad y acabamos de demostrar que es posible fabricar porcelana sanitaria sin emitir CO₂”, ha subrayado Magrans, tras apuntar que este 2024 el presupuesto para acciones medioambientales se ha incrementado hasta los 26 millones. Una buena parte de esta inversión se destinará a la puesta en marcha de tres nuevos hornos eléctricos en Europa, aunque no se ha concretado la ubicación de las plantas. En 2025 esperan poder electrificar las fábricas españolas de Gavà y Burgos, una vez dispongan de los recursos del PERTE de descarbonización.
La electrificación de Gavà, pendiente de un proyecto urbanístico
En el caso de Gavà, el proyecto también depende de que culmine el largo proceso burocrático del denominado Espai Roca, un macroplan de transformación urbanística y económica del entorno que ocupa la histórica factoría del Baix Llobregat y que afecta también a Viladecans. El proyecto, que abarca una superficie de 300.000 metros cuadrados, permitirá a ambos municipios reordenar y mejorar la conexión de su trama urbana y ganar espacio para equipamientos y zonas verdes. En paralelo, Roca prevé construir una nueva sede corporativa y un centro de investigación, además de una nueva planta de porcelana sanitaria dotada de las tecnologías más avanzadas y que incorporará un horno eléctrico como el que se acaba de estrenar en Austria.
