La transformación del modelo de movilidad es el gran reto que tienen por delante las grandes ciudades a raíz del crecimiento de la población, la necesidad de combatir el cambio climático y de mejorar las condiciones de vida de las personas, que buscan espacios más habitables, más seguros y menos perjudiciales para su salud. Ante este hecho, resulta vital poder introducir cambios que permitan conjugar todos estos elementos sin comprometer el crecimiento económico y con el suficiente consenso social.
Puede parecer la cuadratura del círculo, pero hay algunos vientos a favor que pueden facilitar esta transformación, como el imparable proceso de digitalización y la adopción de tecnologías revolucionarias para el funcionamiento de una ciudad como las redes 5G. La mayor concienciación medioambiental de las nuevas generaciones, los objetivos de desarrollo sostenible que están incorporando las grandes empresas en su día a día, el incremento del teletrabajo y, sobre todo, la necesidad de tener una ciudad con una elevadísima calidad de vida para poder seguir atrayendo talento son otros elementos impulsores de este proceso. Un proceso hacia un modelo necesariamente más sostenible y que requiere decisiones valientes, bien estudiadas, avaladas técnicamente, y que no respondan a intereses partidistas, sino que sean fruto de grandes consensos y de un debate urbano con luces largas, ya que se trata de planificaciones que sobrepasan los mandatos municipales.
Con la voluntad de dar respuesta a este contexto, y con el horizonte fijado en 2030, el Ayuntamiento de Barcelona acaba de presentar la propuesta definitiva del Plan de Movilidad Urbana (PMU), un ambicioso documento que dice haber trabajado con una treintena de entidades y que ahora será objeto de debate entre los grupos municipales y que también podrá ser enmendado durante el período público de alegaciones previo a la aprobación definitiva en el plenario del Consejo Municipal.
Los objetivos del plan
El gran objetivo del plan es que en el año 2.024 un 81% de los desplazamientos en la ciudad se hagan de forma sostenible, es decir, a pie, en transporte público o en bicicleta. La idea del consistorio que encabeza la alcaldesa Ada Colau es minimizar el uso del vehículo privado y, para ello, se quieren adoptar un montón de medidas que no serán del gusto de todos y, por tanto, requieren el máximo consenso. Entre ellas, destaca la implantación de la velocidad máxima a 30 km/h a toda la ciudad, la construcción de 67 kilómetros más de carriles bus, 32 nuevos kilómetros de calles peatonales, el aumento del 40% de la red de carril bici, la prohibición de aparcar motocicletas en las aceras y la práctica desaparición de la posibilidad de aparcar gratuitamente un coche en la calle, ya que el área verde o azul se extenderá al 90% de las plazas disponibles, de las que cada vez habrá menos.
La clave para lograr todo esto es la mejora del transporte público. El Ayuntamiento ha estimado en 6.500 millones de euros la inversión que deberán hacer el conjunto de las administraciones implicadas para que Barcelona tenga una red de metro, autobuses, trenes y tranvías capaz de dar respuesta a los objetivos que persigue el Plan de Movilidad urbana.
Esta cifra equivale al 90% de los costes que ha calculado el consistorio que tendrán todas las actuaciones necesarias para ejecutar el plan y que suman un importe global de 7.163 millones de euros.
¿Y en que se gastarán ese dinero? El PMU 2024 se concreta en 60 líneas de actuación y más de 300 medidas específicas centradas en favorecer los desplazamientos con modalidades sostenibles; reducir los desplazamientos ineficientes o contaminantes; y regular y mejorar la eficiencia de la considerada “movilidad esencial”, un concepto nuevo, pero también difuso, que ahora se pone sobre la mesa.
Según el Ayuntamiento de Barcelona, los retos que persiguen estas 300 medidas son “garantizar el derecho a la movilidad; velar por la salud y la seguridad de las personas; contribuir a la recuperación de la actividad económica y comercial; y combatir la crisis climática y mejorar la calidad del aire “.
Más bicicletas y menos coches
Estas líneas de actuación y medidas específicas pretenden que la movilidad a pie absorba un 35% del total de los desplazamientos en la ciudad en 2024 (+7,5%). El transporte público debe crecer hasta copar una cuota superior al 41% (+15%), y los desplazamientos en bicicleta deberían duplicarse y pasar del 2,2% actual al 5% de la cuota modal (+129%). Finalmente, el vehículo privado debe reducir su peso del 26% al 18% (-25%).
En paralelo, el PMU también introducirá cambios en el modelo de distribución urbana de mercancías y recoge, además, 29 medidas centradas en la digitalización o smart mobility. Este es un resumen de las principales medidas que se quieren adoptar:
- Peatones:
- Se eliminarán progresivamente las motos de todas las aceras y también los carriles bici, que se ubicarán sólo en la calzada.
- Se construirán más escaleras mecánicas y ascensores en los barrios de montaña.
- Se trabajará para eliminar todos los obstáculos que habitualmente dificultan el paso.
- Se extenderán las calles peatonales (zonas “pacificadas”) y se llevará a cabo el plan de supermanzanas o ejes verdes del Eixample.
- Transporte público:
- Revisión y reordenación de las líneas de autobús, para que sean más eficientes.
- Mejorar el servicio de fin de semana.
- Construcción de 67 nuevos km de carril bus y potenciar la prioridad semafórica.
- Reordenación de los autobuses supramunicipales.
- Impulsar las infraestructuras fuera de la ciudad (Park & Ride) para favorecer el transporte público supramunicipal.
- Mejorar la conexión y cobertura de las redes de tranvía.
- Potenciar los buses de cero emisiones.
- Introducción del transporte público a demanda (a través de métodos digitales) en determinados barrios.
- Mejorar la frecuencia de paso del metro.
- Crear una app pública de taxi.
- Favorecer el taxi compartido.
- Promover el Wi-Fi en los taxis.
- Mejorar la infraestructura y señalización de la red ferroviaria. Ejecutar el plan de Cercanías. Puesta en marcha de la estación de Sant Andreu Comtal y de la Sagrera.
- Revisión del sistema tarifario
- Bicicleta:
- Incrementar la red de carriles bici en un 40%.
- En las calles con tres o más carriles introducir uno donde la velocidad para los coches sea inferior a 30 km y compatibilizar así los usos.
- Ampliar las bicicletas eléctricas del Bicing.
- Fomentar el aparcamiento seguro de bicicletas en la vía pública.
- Distribución de mercancías:
- Se quiere impulsar la implantación de microplataformas logísticas de distribución de última milla como mínimo en cada distrito de la ciudad.
- Promover la carga y descarga nocturna con vehículos silenciosos.
- Potenciar las consignas click & collect para reducir las entregas a domicilio.
- Promover una fiscalidad específica para reducir el impacto ambiental de la distribución de mercancías con la creación de una tasa que grave la última milla o el comercio electrónico.
- Vehículo privado:
- Implantar la velocidad 30 km/h en toda la ciudad.
- Fomento de los vehículos eléctricos o de bajas emisiones.
- Conseguir que el 80% de la flota municipal sea eléctrica en 2024.
- Incrementar la red de recarga de vehículos eléctricos, con 60 puntos de recarga rápida.
- Extender la regulación del Área Verde en toda la ciudad, hasta tener un 90% de las plazas de aparcamiento en calzada reguladas.
- Nuevas tecnologías:
- Potenciar los servicios de vehículo compartido de ámbito metropolitano con la respectiva ampliación de licencias.
- Incorporar a la T-Movilidad otros medios de transporte como el Bicing y el taxi.
- Impulsar la gestión inteligente de la movilidad.
- Mejorar el funcionamiento semafórico.
- Captura de datos para mejorar la movilidad urbana.
- Introducir más sistemas automáticos de control de las calles (cámaras, radares, foto en los semáforos).
- Introducir la video-denuncia a los autobuses, es decir, un sistema de cámaras que permitirán multar todo tipo de infracciones.
Para la redacción de este plan, el Ayuntamiento de Barcelona ha contactado con entidades como el RACC, Anesdor, Gremi del Motor, UGT, CCOO, Fomento del Trabajo, Pimec, Barcelona Global, Barcelona Oberta y Gremi de Restauració, entre otros.