Como comprueban los vecinos que se acercan por la mañana a ver las obras de la Sagrera, la futura estación de la ciudad va cumpliendo objetivos, después de acumular años de retrasos y plazos incumplidos, abriendo una gran herida urbana entre los distritos de Sant Andreu y Sant Martí. Desde un mirador improvisado, pueden ver a los operarios colocando las nuevas vías de alta velocidad, que transcurrirán por la planta más alta de la infraestructura, cubierta de aquí unos años por un gran parque urbano.
Adif prevé que los trenes de AVE empiecen a circular por la Sagrera a finales de este año, consiguiendo un nuevo hito en la ejecución de una obra faraónica. Los convoyes que salgan de Sants camino a Girona y Francia pasarán por el interior de la estación, aunque todavía queda mucho para verlos parar y dejar pasajeros en el andén. Es lo mismo que pasa con los trenes de Rodalies, ubicados en el nivel más bajo de la estación, por donde transcurren desde finales de 2020 pero aún no se detienen. En la planta intermedia, estarán el vestíbulo de la estación y el aparcamiento.
Primero entrará en funcionamiento la línea de AVE que se encuentra en el lado mar, cortada desde hace tiempo para trasladarla a su nueva ubicación, circulando por vía única por la que está en el lado montaña. Cuando esté operativa, se cortará la circulación de la que está en el lado montaña, por lo que ya no se verán trenes circulando por fuera de la estación. La segunda vía de ancho internacional se prevé que esté acabada entre finales de 2025 y principios de 2026. En este momento, se darán por terminadas todas la obras referentes a la infraestructura ferroviaria —obra civil— de la Sagrera. La estación contará con seis vías de alta velocidad, dos más que las que tiene la estación de Sants.
“Es la obra de ingeniería civil más grande que se está haciendo en España”, remarca el subdirector de Construcción de Adif, José Vicente Romero. Está formada por 25 proyectos diferentes, integrados y coordinados “como si fuera un puzzle”, según señala el coordinador técnico de la obra, Luís Ubalde, abarcando la estación multimodal, con trenes de Rodalies y AVE, pero también autobuses y metro, y una zona logística en la que se podrán preparar los vagones antes de su puesta en marcha. En esta área técnica se podrá hacer la limpieza y el mantenimiento de los vehículos, así como la carga del catering, unos servicios que en estaciones como Sants se hacen en la misma vía donde llega el tren, ocupando demasiado tiempo un espacio muy valioso ante la creciente liberalización del transporte ferroviario. Actualmente, están en marcha 11 obras diferentes a lo largo de una superficie de un kilómetro de longitud, lo que configurará el edificio más largo de la capital catalana, con unas dimensiones comparables al Aeropuerto de Barcelona, pero con la diferencia de que la Sagrera estará encajada en el entramado urbano.
Los trabajos han cogido velocidad de crucero desde el año 2018, cuando llegó un nuevo equipo con motivo del cambio de color del Gobierno, que pasó a estar liderado por el presidente Pedro Sánchez. Por aquel entonces, muchos proyectos aún no estaban redactados. “Aquí había un solar, solo estaba hecho el vaciado de la estación, pero no estaban ni los cimientos”, subraya Romero. El primer hito llegó con la circulación por el interior de la estación de la línea de Mataró de Rodalies en 2020, seguida dos años más tarde de la otra línea, la de Granollers, acompañada por la puesta en marcha de la nueva estación de Sant Andreu.
Con los diferentes avances que se han producido en los últimos seis años, los trabajos de la obra civil se sitúan ahora en el 70% de ejecución, con unos 900 millones de euros desembolsados del presupuesto global, valorado en unos 1.250 millones de euros. El ritmo de ejecución se sitúa en los 90 millones de euros por año. A esta cifra habrá que añadir el proyecto arquitectónico y de urbanización, aumentando la inversión hasta los más de 2.000 millones de euros. Irá a cargo del estudio de Fermín Vázquez, b720 Arquitectura, responsable de otros edificios de la ciudad como el nuevo Mercat dels Encants o la Torre Agbar, en colaboración con Jean Nouvel. Se prevé que la futura estación tenga como elemento emblemático una marquesina de madera.
La Sagrera se cubre
A medida que van tomando forma las nuevas vías de ancho internacional, la estación va construyendo su techo, con el 25% de la estructura ya terminada. En la parte central, estará formado por una innovadora cubierta en forma de pirámide invertida. Integrada por ocho módulos, con casi 300 vigas, contará con lucernarios que permitirán la entrada de luz natural a las vías y los andenes. Una propuesta singular que requiere de maquinaria especializada para conseguir la máxima precisión, además del uso de nuevas tecnologías como la metodología BIM y la realidad aumentada. Más allá de la parte central, la cubierta se extenderá con una forma plana hacia los extremos del edificio.
La cubierta tendrá una superficie total de más de 50.000 metros cuadrados, lo que equivale a cinco manzanas del Eixample. Una vez concluya el montaje del techo, se construirá encima una losa de hormigón. Esta estructura albergará el futuro parque, que irá desde Bac de la Roda hasta el Nus de la Trinitat y contará con una superficie de 40 hectáreas, lo que lo convertirá en el más grande de la ciudad. Estará rodeado de un nuevo barrio, como denotan las múltiples grúas que están construyendo pisos modernos, muy cerca de antiguos bloques que llevan años esperando que acaben las obras.
