Sus Majestades de Oriente se acercan a la capital catalana, donde llegarán el viernes, como es tradicional, a través del Mediterráneo y a bordo del pailebote Santa Eulàlia. Esta no será, sin embargo, la única embarcación que acompañará este año la llegada de los Reyes Magos a la ciudad. Por primera vez, un centenar de pajes reales recogerán cartas horas antes de su llegada, y lo harán junto al mar y cortejados desde el agua por múltiples embarcaciones. ¿El motivo? La Copa América. La celebración de la competición de vela más importante del mundo en la ciudad no podía quedar ajena a la noche de más ilusión del año.
Los pajes reales recogerán las cartas con los deseos de pequeños barceloneses entre las 12 y las 13 horas en las playas de la Barceloneta y el Somorrostro, desde el Espigó del Gas. Desde el mar, esta comitiva de embarcaciones seguirá a los pajes en un preludio a la Cabalgata y a las actividades vinculadas a la Copa América, que se celebrará entre agosto y octubre. Los Reyes Magos y sus acompañantes han invitado a participar en esta rua marina a los equipos participantes de la competición, así como a remolcadores y otros veleros. La recogida de cartas culminará con una coreografía y con pirotecnia, pocas horas antes de que los Reyes lleguen a la ciudad.
Es la primera vez que la Cabalgata programa esta recogida masiva de cartas, y el Ayuntamiento no descarta que sea la última. Lo ha explicado en la presentación de la comitiva real el concejal de Cultura e Industrias Creativas de Barcelona, Xavier Marcé, que ha abierto la puerta a que esta recogida de cartas pueda reeditarse el próximo año, ya sea en este u otro formato.
La Cabalgata ha contado con un presupuesto de 950.000 euros, y moviliza a unas 1.200 personas
“La Copa América nos ha permitido y nos ha obligado a pensar algún elemento que le hiciera homenaje y estableciera una relación. Todo lo que pasa en la Cabalgata se procesa después, y hay que ver qué funciona”, ha añadido Marcé entre carrozas, atrezzo y vestuario en la presentación de la Cabalgata desde un pabellón de Montjuïc. De fondo, música e indicaciones a alta voz para los ensayos del séquito real, para garantizar que todo salga a la perfección en la recepción de Sus Majestades por parte de la ciudad y sus vecinos, especialmente los más pequeños.
Melchor, Gaspar y Baltasar llegarán a Barcelona a las 16.30, cuando serán obsequiados con pan y sal como símbolo de hospitalidad y bienvenida. Los recibirán de la mano del alcalde, Jaume Collboni, quien guardó un curioso y exacto parecido con el Rey Melchor de la Cabalgata de la capital catalana de 2017. Con las llaves de la ciudad en mano, los Reyes Magos iniciarán su ruta a las 18 horas en la Avinguda Marquès de l’Argentera, resiguiendo el mismo recorrido del año pasado. Pasarán así por el Paseo Colom, Paral·lel, la Ronda Sant Pau y la calle Urgell, hasta llegar a la Avenida Maria Cristina por la calle Sepúlveda.
La comitiva cerrará el recorrido pasadas las 21 horas, y lo hará a los pies de la Font Màgica de Montjuïc. Como el año pasado, pero sin agua. De hecho, el Patge Gregori, ha dicho que, así como los niños desean recibir muchos regalos, los Reyes desean que llueva. Y lo hacen sin temer por su llegada a Barcelona: “La Cabalgata está preparada para todo, ya sea lluvia o nieve”. Y es que nada detendrá a Sus Majestades en su reparto de ilusión por los hogares barceloneses. Así lo ha dicho junto a Marcé en la presentación de los detalles de la Cabalgata, en la que también ha participado Barbarana Pons, directora artística del desfile junto a Marta Almirall.
La Cabalgata llega este año cargada no sólo de ilusión, sino también de novedades. Además de la masiva recogida de cartas previa, Gaspar y Baltasar estrenarán sus respectivas carrozas. Diseñadas por Marc Salicrú y José Menchero, se han inspirado en paisajes de los lugares de origen de ambos, con la colaboración del artista nacido en Senegal Michel Doudou. La de Gaspar tendrá a figuras de camellos como protagonista, mientras que la de Baltasar irá acompañada de percusión en directo y evocará paisajes africanos.
No sólo estrenarán carrozas, sino también vestuario, obra de Raquel Bonillo, así como estandartes y nuevas piezas musicales, creadas por los compositores Alejandro Vivero y Esteban Tamashiro, en colaboración con el Conservatori del Liceu. Todo en una Cabalgata que ha contado con un presupuesto de 950.000 euros, y que moviliza a unas 1.200 personas, incluyendo bailarines, actores y voluntarios. Coreografiarán y protagonizarán el que es el espectáculo de calle más grande de Barcelona, que suma más de un kilómetro de largo.
A lo largo de este kilómetro, participarán 12 compañías profesionales y más de 20 entidades, asociaciones y escuelas, incluyendo entidades con personas con diversidad funcional, con el propósito de ofrecer una Cabalgata inclusiva. También con este objetivo, se han reservado dos espacios para personas con movilidad reducida, ubicados en la Plaza Antonio López y en la Plaza Espanya con el Paral·lel.
Tampoco faltarán los caramelos. El desfile repartirá cinco toneladas de dulces, y lo hará desde las carrozas que cierren la Cabalgata, para evitar riesgos de tentar a los asistentes a acercarse demasiado a los vehículos mientras están en marcha recorriendo la ciudad. Y no faltarán los caramelos, pero tampoco el indispensable carbón. Viajará cargado en una carroza que formará parte de un desfile que quiere llenar de ilusión a los más pequeños y trasladarla a la vez a los adultos, encarando con optimismo el nuevo año que se abre para la ciudad y los barceloneses.
