Pocas veces se tiene el lujo de estrenar (literalmente) un hotel, pero el aterrizaje de The Hoxton a Barcelona y su voluntad por seducir desde el minuto uno al público local han hecho que desde The New Barcelona Post hayamos podido ser testigo de la primera jornada de apertura de la británica firma hotelera en la capital catalana. Bajo un característico concepto de “puertas abiertas”, el nuevo The Hoxton Poblenou se emplaza a los pies de la Torre Glòries, en pleno epicentro creativo e innovador de la ciudad, para establecer un diálogo constante con protagonistas e iniciativas locales a fin de hacer de altavoz y punto neurálgico de la actividad artística, lúdica y empresarial de la ciudad.
Y es que el nuevo hotel The Hoxton, el undécimo de la cadena y el primero en España, más allá de su oferta de alojamiento para viajeros de todo el mundo, aspira a convertirse en el place to be de Barcelona a cualquier hora del día, los siete días de la semana. “Queremos que la gente de Barcelona use el espacio y el público español se sienta atraído para quedarse, ya sea de vacaciones, de fin de semana o por trabajo”, apunta Alex Trilla, brand manager de The Hoxton Poblenou.
Basta con cruzar el umbral de la puerta de acceso para descubrir a simple vista que no estamos ante un hotel convencional. La imponente marquesina de la fachada con el cartel The Hoxton contrasta con un interior de ambiente acogedor y moderno donde una barra de bar preside el vestíbulo, el alma del hotel, en un clara invitación a pasar, relajarse y dejarse llevar, ya sea con un café procedente de un partner local como Three Marks Coffee, una cerveza artesanal o un cóctel original del hotel. En esa voluntad de captar al público de Barcelona, Cristina Imaz Boada, directora general del hotel afirma que “hay una estrategia de precio en la restauración en la que queremos atraer a la gente del vecindario con precios de mercado para que en lugar de estar trabajando desde casa lo haga desde aquí”.
El colorido mural pintado a mano por la artista barcelonesa María Marvila cautiva un espacio diáfano, lleno de luz natural, con una marcada evocación mediterránea. A un lado del bar queda la recepción, que actúa como antesala de L’Apartment, una original zona para reuniones, concebido como un apartamento, con cocina propia para sentirse como en casa. Al otro lado del lobby queda Four Corners, donde deleitarse con espectaculares pizzas al estilo Detroit. “Su nombre se debe a dos motivos, uno, porque las pizzas no son redondas, son rectangulares y tienen four corners; dos, porque son cuatro conceptos en uno”, apunta el propio Trilla. Por un lado encontramos el restaurante, por otro la terraza a pie de calle, a los que se suman una tienda de pizza al corte y una bodega, inspirada en las antiguas tiendas de ultramarinos, con una exclusiva selección de productos gourmet para deleitarse con los mejores aperitivos, vinos y cervezas artesanales de Barcelona.
El diseño en sus múltiples versiones
El edificio, diseñado por el arquitecto Juli Capella, alberga 240 habitaciones equipadas con un mobiliario cómodo y confortable, con un acertado juego de texturas. Una gama cromática basada en colores cálidos e de inspiración marina, en un claro guiño a Barcelona, invitan a relajarse y sentirse bien. Suelos de terracota, estampados florales, tapices hechos a mano y materiales naturales visten unos interiores diseñados por Ennismore Design Studio, el estudio de diseño propio que posee la cadena Ennismore, a la que pertenece The Hoxton, englobada desde hace unos meses dentro del grupo Accor.
Situado en la Avenida Diagonal 205, The Hoxton Barcelona es la tercera cadena hotelera en explotar el inmueble, que anteriormente había funcionado con las marcas The Gates y Silken Diagonal.
El azul intenso de los azulejos Zelline del baño evocan a las aguas del Mediterráneo mientras que los detalles de estilo vintage que visten la estancia le otorgan al conjunto un aspecto atractivo y rompedor a la vez que muy evocador. Equipadas con grandes ventanales que regalan gran luminosidad y privilegiadas vistas de la ciudad, las habitaciones se distribuyen en cinco categorías incluyendo una nueva, la Homey, ideal para familias y huéspedes de larga estancia, ya que cuentan con cocina propia, sala de estar y la opción de dos camas dobles en habitaciones separadas para mayor privacidad.
Algunas de las particularidades del hotel, señas de la propia filosofía de la cadena británica, contrastan con los estándares del sector hotelero. Como nos cuenta su brand manager, estas se basan en tres puntos: “Primero, no te vamos a cobrar por el mini-bar, no vas a echar de menos nada pero no tendrás nada que no necesites –en su lugar dispones de una tienda de básicos disponible en recepción a precio de supermercado–; segundo, check in flexible, tu puedes elegir la hora de entrada y salida, la que quieras, es el hotel el que se adapta a ti y no tú al hotel; y, tercero, no te llevarás ninguna sorpresa extra en el precio, tu sabrás lo que vas a pagar desde el momento que haces la reserva.”
Todas las obras de arte que visten no solo las habitaciones sino el conjunto del hotel son creaciones de artistas locales, cuya selección ha corrido a cargo de John Brown Projects, con sede en Barcelona. Entre ellos, el artista catalán José Antonio Roda ha sido el encargado de ilustrar las llaves de las habitaciones y los distintos elementos decorativos. Mención (o artículo) aparte merecen las decenas de luminarias que otorgan un extra de singularidad y carácter a cada uno de los espacios. Desde grandes lámparas con pantallas de papel, a imponente luces de sobremesa pasando por evocadores apliques, The Hoxton es un auténtico festival de reflejos y luces cuya intensidad va cambiando a lo largo del día para crear en cada momento la atmósfera deseada.
El diseño de vestuario del equipo del hotel va en línea con el carácter relajado y amable de The Hoxton. “El vestuario es coherente con todos los hoteles del grupo. Es casual, para que la gente trabaje comodísima. Ha sido diseñado internamente pero buscamos un partner local como ha sido Brava Fabrics para que produjera con la calidad y el tejido ecológico que nosotros buscábamos. Brava le ha dado el toque final, incluso adaptando uno de sus modelos de pantalones a la equipación”, señala el brand manager del hotel. Junto a Brava Fabrics, las gafas de Etnia Barcelona son las que vestirán el personal en el rooftop y, siguiendo la vinculación local, la curación de revistas la ha hecho News & Coffee, pionera en la modernización de los quioscos de prensa en Barcelona.
La singularidad de los extremos: La Cava y el Rooftop
Bajo los diez pisos con los que cuenta el hotel se encuentra uno de los espacios más singulares, La Cava. Este área multifuncional está equipada con paneles retráctiles que amoldan el espacio a las necesidades del momento. Con una superficie total de 400 m2, se trata de un espacio de ambiente hogareño y cálido donde sobresale el mural de 20 metros, obra de la artista barcelonesa Sandra Modrego.
El skyline de la ciudad se muestra en toda su plenitud frente a todo aquel que alcanza la décima planta del hotel. Espectaculares panorámicas regalan vistas al mar, a los edificios del Poblenou, a la icónica Sagrada familia y al Tibidabo. Aquí, entre sofás, taburetes, tumbonas y camas balinesas alrededor de la espectacular piscina y junto a la ominipresente Torre Glòries, encontramos Tope, un bar y taquería mexicana que cuenta con una carta de temporada y, como no podía ser de otro modo, productos locales.
Con Barcelona como telón de fondo, la decoración de la terraza se viste de coloridas mesas de azulejos geométricos, acompañadas de exuberante vegetación y, elementos de terracota hechos a mano. Con DJ sets los viernes y sábados por la tarde, Tope busca a convertirse en el lugar de moda y punto de encuentro para el tardeo de la ciudad. La Barcelona más creativa, cultural, emprendedora y social tiene un nuevo punto de encuentro en Poblenou, y concretamente en The Hoxton.