El grupo cooperativo Eroski ha anunciado la venta del 50% de Caprabo en el holding inversor checo EP Corporate Group. Se trata de una operación que persigue un doble objetivo: reducir la pesada deuda de la empresa vasca y dar un nuevo impulso a la cadena barcelonesa de supermercados, que ahora incorpora a su capital a un socio financiero con una fuerte experiencia en el sector de la distribución y que le ayudará a culminar su plan de transformación y a iniciar una nueva fase de crecimiento.
Con sede en Praga, EP Corporate es un grupo inversor liderado por Daniel Křetínský, propietario de la principal empresa energética de Europa Central: Energetický a průmyslový holding (EPH), un gigante con unos activos de 16.000 millones de euros y que opera en la República Checa, Eslovaquia, Alemania, Italia, Irlanda, Reino Unido, Francia y Suiza. Křetínský es, además, el principal accionista del poderoso grupo de distribución alemán Metro, que en España conocemos por ser el dueño de Makro. Esta cadena de cash & carry, entonces, estará emparentada a partir de ahora con Caprabo, ya que pasan a tener un accionista de referencia en común.
Křetínský es considerado como el tercer hombre más rico de la República Checa, con una fortuna estimada, según el ranking de Forbes, de 4.000 millones de dólares, lo que lo sitúa en la posición 565 de la clasificación mundial de multimillonarios. El empresario, que forma parte de la denominada segunda generación de oligarcas checos, es también presidente y copropietario (40%) del centenario equipo de fútbol AC Sparta de Praga, uno de los más importantes del país.
Nacido en 1975 en Brno, la segunda principal ciudad checa, Křetínský se licenció en Derecho y en Ciencias Políticas en la Universidad Masaryk, donde su padre era profesor de informática. Su madre también es abogada y juez del Tribunal Constitucional del país. ¿Y cómo llega el nuevo socio financiero de Caprabo a convertirse en una de las principales fortunas de Europa del Este? El joven empresario comenzó su carrera profesional como abogado del grupo inversor eslovaco J&T, donde fue ascendiendo, hasta convertirse en socio de la firma en 2003. Cuando J&T fundó la eléctrica EPH, Křetínský fue designado presidente y, a partir de ahí, comienza una exitosa y ambiciosa carrera como directivo que le lleva a convertirse con los años en el principal propietario de la eléctrica gracias a múltiples operaciones corporativas y de ingeniería financiera.
Según la página web de EPH, Křetínský es actualmente el propietario del 50% más una acción del gigante energético, mientras que su socio eslovaco en múltiples negocios, Patrik Tkáč, posee el 44% y el equipo directivo el 6% restante. El empresario lidera un grupo de producción de electricidad que ha crecido a base de adquisiciones y que se ha diversificado hacia el sector logístico e inmobiliario. Con unos ingresos de 8.600 millones de euros en 2019, EPH es un grupo verticalizado que integra 70 empresas con 25.000 empleados repartidos por ocho países y que, además de centrales eléctricas y redes de distribución, posee minas y empresas gasísticas. Es la principal eléctrica de la República Checa y la segunda distribuidora de Eslovaquia. Una de las grandes operaciones corporativas lideradas por el empresario fue la compra, en 2013, de Eustream, un gasoducto de Eslovaquia que hace de puente entre Rusia y la Unión Europea.
El multimillonario es también accionista minoritario de EP Industries, uno de los mayores conglomerados industriales de su país, con intereses en el sector de la ingeniería, la automoción, el transporte y la gestión de residuos.
Un enamorado de Francia
Hasta hace un par de años, Křetínský no era muy conocido fuera de su país de origen. Saltó, sin embargo, a la fama en 2018, cuando trascendió que había comprado una participación minoritaria en el diario Le Monde, lo que disparó todas las alarmas en Francia. Esta operación fue muy polémica, ya que generó recelo en la redacción del prestigioso periódico, que vio amenazada su independencia y pidió garantías para evitar injerencias en la línea editorial.
Křetínský ya tenía experiencia en el mundo de la prensa: junto con Patrik Tkáč es también el accionista de control de uno de los principales grupos editoriales de la República Checa, Czech News Center, editor de Blesk, el tabloide más leído del país.
Francia se ha convertido en uno de los países preferidos para Křetínský a la hora de invertir; además de en Le Monde, ha entrado en el capital de las revistas Marianne y Elle, y también ha comprado el 5,6% del grupo Casino, una de las mayores empresas de distribución del mundo, con más de 11.000 supermercados en Francia y Latinoamérica y una facturación de 35.000 millones de euros.
Este fuerte interés en Francia le ha hecho acaparar muchos titulares en la prensa del país y también lo ha convertido en protagonista de un libro que se publicó justo hace un año, Mister K, Petites et grandes affaires de Daniel Kretinsky, escrito por periodista de Libération Jérôme Lefilliâtre, que quiso sumergirse en la vida “de un hombre discreto y misterioso, que se muestra poco, habla poco, pero actúa muy rápido“, según explicó en una entrevista a Euro Creative. En el libro, donde le pone el apodo de Míster K, explica que el empresario forjó vínculos con Francia cuando era pequeño —había pasado algunos veranos en el país y aprendido el idioma— y también narra que investigó mucho su conexión con la Rusia de Putin. “No he encontrado ninguna connivencia con el líder del Kremlin. Doy los detalles en el libro. Daniel Křetínský hace muy buen negocio con Gazprom, pero eso no lo convierte en un hombre de Putin”, afirma el periodista en la misma entrevista. Según Lefilliâtre, en los últimos años el grupo energético que preside el empresario ha invertido, a contracorriente del resto del sector, en minas y en centrales eléctricas de carbón, muy contaminantes.
Una carrera de inversiones en plena pandemia
Volviendo al sector de la distribución, Křetínský entró en el capital de Groupe Casino a través de Vesa Equity Investment, un vehículo inversor —del que posee el 53% del capital— donde también tiene de socio a Patrik Tkáč (47%) y que el pasado mes de septiembre anunció la compra del 3% de la cadena de supermercados británica Sainsbury’s, la segunda más importante de Reino Unido. Unos meses antes, en plena pandemia, Vesa había entrado en el capital de la cadena de distribución estadounidense Macy’s (5%) —aunque esta participación ya la ha vendido— y en el accionariado de Royal Mail (5,35%), la icónica empresa postal británica, con más de 500 años de historia. En el año 2020, Vesa compró, además, el 6% de la cadena Foot Locker.
En paralelo a todas las inversiones efectuadas a través de Vesa, la gran joya de la corona de Křetínský y Tkáč en el sector de la distribución es el hólding EP Global Commerce, accionista de referencia del gigante Metro. Hasta hace unos meses, EP Global Commerce tenía el 29,99% de las acciones del grupo cotizado alemán, que opera en 34 países y factura más de 25.000 millones de euros. A finales de 2020, Křetínský lanzó una oferta pública de adquisición (OPA) que le ha permitido elevar hasta el 40,6% de control sobre Metro donde es, de lejos, el principal accionista. El 50% de Caprabo dependerá a partir de ahora de EP Global Commerce, que tiene como consejero delegado a Marco Arcelli.
Křetínsky y su socio son también propietarios del 40% de Mall Group, el grupo más grande de comercio electrónico de la Europa del Este. En el sector de los medios de comunicación, recientemente han sido noticia por su desinversión en el grupo mediático alemán ProSiebenSat.1, donde entraron el año 2019 y ahora han salido parcialmente con copiosas plusvalías.
Ahora, Míster K pone un pie en España a través de Caprabo, pero seguro que no será su última operación en el país.