La consejera delegada de Girbau, Mercè Girbau, recuerda como si fuera ayer las palabras de su padre Pere Girbau que aprendió el inglés de mayor para poder hacer la colada en un mercado global: “Tenemos que tener muchas cañas paradas”. Y ella va todavía un paso más allá: “Ahora somos casi más cazadores que pescadores”. Así es el Caso Girbau explicado por Mercè Girbau durante una nueva sesión del ciclo True Leaders organizado por The New Barcelona Post en colaboración con EY para conocer de primera mano los diferentes líderes empresariales y sus casos de éxito en un entorno exclusivo con unos treinta presidentes, CEO y directores financieros.
Antes, pero, de ponernos manos a la obra, dejadme recordar el porqué Girbau es considerada una “multinacional de bolsillo”, que es un concepto que tiene mucho que ver con aquello que el consultor alemán Hermann Simon definía como Hidden Champions.
La expresión no es nueva. Ni mucho menos. Recogiendo las palabras de Xavier Cambra, presidente de la Fundació Enciclopèdia Catalana y editor del libro Multinacionals de butxaca: “Girbau es un claro ejemplo de multinacional de bolsillo y Hidden Champion. Multinacionales a menudo escondidas que no salen demasiado en los medios, pero que hacen un gran trabajo y son líderes mundiales”.
Tanto es así que explicar Girbau con los datos actuales es hablar de un jugador global con una facturación de 180 millones de euros, más de 800 trabajadores, 16 filiales, presencia en 130 países y una cuota de mercado mundial del 5% —sin contar las nuevas empresas de China—. A modo de anécdota, también merece la pena añadir que “en Cuba, a la lavadora industrial le llaman una Girbau y que más que otro país es otro planeta”. Sí, una Girbau desde que el gobierno cubano, fruto del gran interés de Fidel Castro, invitó a industriales catalanes a través de la Cámara de Comercio de Barcelona y abrieron la primera delegación comercial para dar servicio a los hoteles de los españoles. En cambio, en Estados Unidos se rebautizaron con la marca Continental porque les decían que su nombre costaba de pronunciar, pero, pronto, volverán a tener el nombre que ya conoce casi todo el mundo.
La capitana de la multinacional de bolsillo
Girbau es una empresa familiar y una multinacional de bolsillo, del mismo modo que cogiendo el hilo del historiador Jaume Vicens Vives, Mercè Girbau sería una capitana de industria. De Vic al mundo. Aunque dicen que ser capitán también da muchos dolores de cabeza, Mercè Girbau mira la empresa familiar con innovación, sostenibilidad e internacionalización, a la vez que intenta anticiparse a lo que todavía está para venir recogiendo de la mejor manera posible el legado del “tridente senior” formado por los hermanos Pere, Toni y Teresa Girbau.
Girbau es considerada una multinacional de bolsillo con 16 filiales y presencia en 130 países y una cuota de mercado mundial del 5%
Mercè Girbau no pensaba trabajar en la empresa familiar. De hecho, trabajó casi más de una década en el sector bancario entre Barcelona y Madrid. Dejó la banca, explica, porque no tenía tiempo para dedicarse a la familia, pero su padre le hizo una oferta imposible de rechazar. De aquellas que salen en las películas. Así fue como volvió a casa y empezó a trabajar en Girbau hasta que en 2008 asumió la codirección general junto con su primo Pere y en 2016 se convirtió en consejera delegada después de incorporar un director general externo.
Volvamos a los orígenes y recordemos algunos hitos históricos de la mano de Mercè Girbau.
La historia de Girbau empieza con “Joan del Ferro” que era un mecánico de Manresa que se instaló en Roda de Ter. Años después llegó el primer taller de fabricación y reparación de aparatos electromecánicos (radios, lavadoras o coches) situado en la calle Pla de Balenyà de Vic de la mano de Joan Girbau Vilageliu y Pere Girbau Barbosa. De aquella época se recuerda el acuerdo con Philips para la fabricación de equipos de rayos X.
Mercè Girbau no pensaba trabajar en la empresa familiar, pero su padre le hizo una oferta imposible de rechazar
El año 1950 se incorporaron Pere, Toni y Teresa Girbau al negocio familiar. Todo iba según lo previsto, hasta que los tres hermanos “sufrieron mucho” con la deuda ocasionada por la crisis del petróleo de 1973 y la caída del turismo. La internacionalización empezó entonces porque “la exportación era la última salida”. Eso sí, todo autofinanciado y “siempre con pocos préstamos”.
De caña en caña y con algunas alianzas destacadas como ICEM o Speed Queen llegaron a Francia, Cuba, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Argentina, Arabia Saudí, Alemania o China, a lo que alerta que “los alemanes, por ejemplo, reciben un apoyo del país que nosotros no tenemos”. “En cada país tenemos un modelo de negocio diferente. Con el cambio generacional hemos rehecho todo el equipo directivo con la incorporación de directivos procedentes de multinacionales, pero hemos mantenido el modelo de negocio que mejor se adapta en cada país. Hemos homogeneizado las cifras y ahora tenemos una visión de grupo. Los nuevos directivos ahora hablan idiomas”, explica Mercè Girbau.
Un paso al lado, un paso al futuro
Hechas las presentaciones, entramos al detalle de los grandes hits del coloquio que pude mantener con Mercè Girbau. ¿Por qué decidió dejar la dirección general en 2016? “Estaba muy enfocada en el día a día y tanto mi primo como yo queríamos tiempo para analizar y anticiparnos al sector y la industria. Fue una reflexión de familia, instaurar un nuevo modelo y dedicarnos a la innovación, la sostenibilidad y la estrategia. Me gusta mucho visitar clientes, ver filiales y estar en contacto con la gente, preocuparme por la cultura de empresa”, explica.
Decía el anterior ponente del ciclo True Leaders y presidente de honor del Grupo Borges, Antoni Pont, que “la familia es una de las pocas verdades de este mundo”. Toda la razón. A los ojos de Mercè, Girbau se encuentra en una transformación que va de “la empresa familiar a la familia empresaria”. Para entendernos, la familia está, pero se ha profesionalizado tanto la gestión como el consejo. “La próxima generación ya no estará en las tareas de gestión, solo en el consejo. En la siguiente generación, integrada por 14 personas, nos han salido muchos artistas… Veremos cómo evoluciona”.
“Me gusta mucho visitar clientes, ver filiales y preocuparme por la cultura de empresa. La próxima generación ya no estará en la gestión, solo en el consejo”
De la decisión de Mercè y Pere Girbau de dar un paso al lado nació y creció Girbau Lab como plataforma de innovación abierta, las alianzas con el DFactory o el Tech Barcelona para acercarse al talento y Indpuls como hub de innovación industrial impulsado de forma conjunta con Fluidra para fomentar la colaboración entre grandes empresas industriales y emergentes que comparten retos de transferencia digital o sostenibilidad. Aquí tiene mucho que ver la inspiración del “crecer haciendo crecer” de Xavier Marcet o la ejecución estratégica a manos de Mariona Sanz o Clara Guasch. Más concretamente, el foco principal de la estrategia de investigación y desarrollo de Girbau es la sostenibilidad y el mundo textil, añadiendo también nuevas tecnologías y nuevos sistemas de lavado. “Nos frena hacer la competencia a los clientes y por eso no hemos hecho una red propia de lavanderías de autoservicio, pero hay que aportar valor añadido con la lavadora del futuro y abrirnos al sector textil”, asegura Mercè Girbau.
‘Seny i rauxa’ y personas…
Teresa Girbau decía hace muchos años que en Girbau había personas antes de que trabajadores. Pere Girbau habla a menudo de “seny i rauxa”. Mercè Girbau recuerda que antes tenían “una cultura más paternalista”, pero ahora tienen un propósito de impacto positivo para las personas y el planeta.
En su industria solo hay un 25% de mujeres y es por eso que desde Girbau se potencian también las vocaciones Stem en busca de ingenieras. La consejera delegada reivindica: “Somos un espacio de desarrollo de personas. Tenemos mucho por hacer para conseguir una organización más plana y bajar el nivel de toma de decisiones. Hemos hecho el cambio generacional y ahora queremos perpetuar los valores y dejar una empresa muy humana, más diversificada y enfocada a la sostenibilidad que nos dará muchas oportunidades. A nadie le gusta tener que lavar ropa, pero todavía quedan muchos años para que desaparezca esta necesidad”.
Capital y sueños
¿Abrirse o no al capital? Esta es la cuestión. Y esta es la respuesta de Mercè Girbau: “Podría ser, en el futuro, por necesidades de crecimiento, pero hoy lo vemos todavía lejos. Tenemos la vocación de mantener la empresa familiar”. ¿Su visión? Crecimiento vía geriátricos, lavanderías de autoservicio o coliving. ¿Su sueño? La lavandería neutra o regenerativa.
Así pues, damos por acabada la segunda sesión del ciclo True Leaders, que contó con la asistencia de Núria Basi (Base Group), Elena Massot (Vertix), Jaume y Mar Grego (Leti Pharma), Eva Lluch (Lluch Essence), Salvador Garcia Ruiz (Abacus), Ramon Sagalés (Sagalés), Albert Manchón (Altoplast), Ruben Sans (Aijec), Joan Ignasi Monfort (AED), Mar Galtés (Tech Barcelona), Albert Jordi (Laboratorios Ordesa), Gonzalo Tobía (Grafik Estudio), Edelweis Obiol (Servihabitat Servicios Inmobiliarios), Eduard Farga (Isern Medical Telecom) o Ariadna Belver (Belver&Co), entre otros.
Pronto más y mejor True Leaders.
Persona a persona y Caso a caso.
