Machosfera; pasen y vean

Hay un territorio en el mundo digital donde los hombres se reúnen para empoderarse contra las mujeres, el feminismo y la igualdad. En este espacio caben todo tipo de hombres, de todas las edades, y la única premisa que deben cumplir es que compartan información sesgada y manipulada que les sitúa como víctimas y oprimidos por la mujer. Donde más se les ve y sigue es en las plataformas de Twitch, Tik-Tok  y YouTube, pero están creciendo en toda la esfera digital. Este territorio también hace referencia a los diferentes entornos donde este discurso cuaja y encuentra adeptos. Puede ser en el mundo digital, pero también en foros presenciales, en determinados clubes y zonas concretas de algunas ciudades. Este territorio ideológico y político también se asocia más a las personas alineadas con los partidos de la derecha y extrema derecha. La franja de edad donde se consolida más este mensaje es en la generación Z: los jóvenes varones de 14 a 26 años.

La agresividad y el lenguaje amenazante y violento son condición y, sobre todo, no se quiere a las mujeres. Se las odia. Las mujeres son las culpables de todo lo malo que está pasando en la sociedad. La situación ha llegado a tal punto que el mensaje, totalmente manipulado, hace ver que los jóvenes, y el hombre como género, esta desprotegido y en desventaja frente a la corriente del feminismo que busca la igualdad. La ideología del feminismo se ha pasado de frenada y ahora el hombre es la víctima.

Dentro de la machosfera están los incels (celibato involuntario), hombres heterosexuales que están muy enfadados porque no pueden tener relaciones sexuales con mujeres. El feminismo hace a la mujer egocéntrica y promiscua y siempre escoge a los más atractivos. Esta situación de no control les hace sentirse rechazados y no tener todas las relaciones que les gustaría. Estamos delante de una masculinidad que se sustenta por la misoginia y que no está dispuesta a ceder nada de privilegio ni de derechos adquiridos de los que ellos han disfrutado históricamente.

Eduquemos en las escuelas sobre feminismo y pongamos la machosfera en la palestra para diseccionarla y construir una generación que no siga a la manada.

La libertad que nos dan las redes democratiza la información, la educación, la cultura y el acceso a todo lo que deseemos. Pero esta misma libertad y facilidad para crear plataformas con todo tipo de contenidos y líderes, reales o ficticios, con un discurso terrorista y con intenciones de odio, nunca nos llevarán a buen puerto. Aquí la inteligencia artificial ayuda a acelerar la creación de contenido y, por lo tanto, potencia la dificultad de detectar hasta dónde es real o ficticio lo que está pasando en la machosfera. Y el debate ético está servido.

En un territorio, en esta esfera, tan abierto, sin límites, sin ética, sin condiciones y sin fronteras, urge una criba y un criterio que filtre lo que es propaganda y lo que nos lleva al siglo pasado y a las opresiones de las dictaduras. Estamos dando vía libre a un submundo que está arraigando con fuerza en el momento vital en el que los jóvenes son más permeables a estos discursos más extremistas y que exige activismo y violencia.

La educación es la única herramienta para dotar a los jóvenes de argumentos, de capacidad de análisis, de espacios para el dialogo y de pensamiento crítico.Eduquemos en las escuelas sobre feminismo y pongamos la machosfera en la palestra para diseccionarla y construir una generación que no siga a la manada.