Barcelona suma una nueva marca internacional de referencia a su oferta hotelera. Si hace justo un año incorporó la cadena Intercontinental, ahora es la enseña Sofitel la que aterriza en la ciudad, con un hotel de 225 habitaciones y una categoría de cinco estrellas, lo que contribuye a incrementar también el segmento alto del mercado, con un precio por noche superior a los 300 euros. El restaurante del establecimiento, Tendiez, cuenta con el asesoramiento del chef David Andrés, jefe de cocina del Via Veneto.
El nuevo Sofitel Barcelona Skipper está situado junto al Hotel Arts, el Parc de Recerca Biomédica (PRBB) y el edificio de oficinas Blue Building, a escasos metros de la playa del Somorrostro y el Puerto Olímpico. Empezará a recibir los primeros huéspedes este viernes después de que el fondo propietario del establecimiento, Propreal Capital Partners, haya efectuado una inversión de 40 millones de euros.
Este presupuesto se ha destinado a transformar el antiguo Hotel Pullman Barcelona para adaptarlo a los estándares de la cadena Sofitel y para aumentar la categoría del establecimiento, que pasa de cuatro a cinco estrellas. Con sede en la ciudad suiza de Ginebra, Propreal compró el inmueble en 2016 a un fondo inmobiliario de Axa por alrededor de 90 millones de euros. Desde entonces, ha reposicionado y remodelado totalmente el establecimiento en dos fases.
En 2018 y 2019, cuando era Pullman, reformó el lobby, los restaurantes y las dos terrazas, una inferior y otra en la azotea, dotadas de sendas piscinas. La segunda fase, tras el cierre obligado por la pandemia, se inició en 2021 y se ha centrado en renovar la fachada —que estrena un jardín vertical de 300 metros cuadrados— y en reformar todas las habitaciones —antes había 242 y ahora hay 225, de las cuales 25 son suites—, así como el área de convenciones, el rooftop, el gimnasio —se ha apostado por suprimir el spa— y el aparcamiento.
“Desde que Propreal adquirió la propiedad para nuestros inversores, hemos logrado incrementar el potencial de valor del hotel mediante la aplicación de un diseño de vanguardia en su renovación con un fuerte enfoque en la actualización de su oferta gastronómica o su deslumbrante terraza en la azotea”, afirma Marcus Siggelow, director de Gestión de Activos de Propreal Capital Partners. “Barcelona Skipper representa una entrada espectacular de la marca Sofitel de Accor en el mercado español en una ubicación privilegiada frente a la playa más conocida de la ciudad, la Barceloneta, y a pocos minutos a pie del centro histórico del Barrio Gótico”, apunta.
Tanto Pullman como Sofitel son dos marcas del gigante hotelero francés Accor: la primera está posicionada en el segmento premium, mientras que Sofitel es una de las ocho marcas de lujo de la multinacional, junto a otras enseñas de reconocido prestigio como Fairmont, Raffles y Orient Express.
La marca Sofitel, que cuenta con una clientela internacional muy fidelizada y 120 hoteles en todo el mundo, nunca había estado presente en Barcelona. En el pasado sí que gestionó durante un breve periodo un establecimiento en Madrid, pero actualmente la cadena no operaba en España. “Sofitel ha elegido Barcelona para entrar en el mercado español; somos muy optimistas con las previsiones de negocio que tenemos para 2023. Hemos configurado un equipo de cien personas orientado a prestar un servicio impecable a nuestros clientes, interesados en l’Art de Vivre francés, pero también en la modernidad de la ciudad de Barcelona”, explica Matthias Bernard, director general del hotel.
Para supervisar la apertura, ha visitado Barcelona la consejera delegada de Accor en Europa del Sur, Maud Bailly, que ha asegurado que el Sofitel Barcelona Skipper es “la nueva joya de Sofitel” y que está llamado a ser el buque insignia de la marca en el sur de Europa. “Accor estaba buscando la ubicación perfecta para presentar la marca de lujo Sofitel en España… y sin duda, la increíble ciudad de Barcelona es el lugar correcto”, ha destacado la ejecutiva, que tiene a su cargo una cartera de 1.900 hoteles en Francia, Italia, España, Portugal, Grecia, Malta e Israel.
Según Bailly, con este nuevo cinco estrellas han querido realizar tres grandes apuestas en el ámbito de la diversidad, la sostenibilidad y el diseño, con la premisa de que debía estar a la altura de la ciudad. Así, el hotel cuenta con una alta presencia de mujeres (copan el 60% del equipo directivo) y aplica la política de cero plásticos, hasta el punto de que las llaves electrónicas de las habitaciones son de madera. El nuevo Sofitel está dotado de 82 paneles solares, incorpora los últimos avances en eficiencia energética y no utiliza cloro para el tratamiento del agua de sus piscinas. También se ha adoptado un estricto programa para evitar el desperdicio alimentario y la oferta de los tres restaurantes estará basada en productos 100% locales. Uno de los elementos más icónicos del hotel es el jardín vertical de 300 metros cuadrados que preside la fachada principal y que dispone de un sistema de riego controlado por ordenador.
Tras la reforma, del hotel destacan especialmente las dos terrazas exteriores, la inferior por su amplitud y la superior por las vistas privilegiadas a la playa y al resto de la ciudad. Otro espacio que se ha cuidado con esmero es el área destinada a congresos y convenciones, con 845 metros cuadrados distribuidos en 9 salas modulares en torno a un gran atrio bañado por la luz natural que entra a través de una llamativa pirámide de cristal que recuerda a la del Louvre. La zona se ha decorado con un mural pintado por el artista urbano Albert Mir que recrea el skyline de Barcelona y rememora también la celebración de los JJOO.
Las 225 habitaciones del hotel —36 con vistas la mar— evocan a un apartamento parisino, con predominio del color blanco, que contrasta con el suelo, recubierto con madera de roble. En el cabecero de las camas se ha instalado un elemento decorativo que rinde homenaje a Barcelona: los famosos panots hexagonales creados por Gaudí para el Paseo de Gràcia. En cada habitación y en los pasillos del hotel hay también cuadros y piezas escultóricas hechas por los artistas catalanes Ya ya Tur y Mario Ruiz.
El restaurante Tendiez no es solo para huéspedes, todo lo contrario. Dispone de un acceso diferenciado al del hotel para favorecer que los barceloneses lo integren entre sus opciones a la hora de salir a cenar. El chef David Andrés ha diseñado una carta de tapas gastronómicas como la escalivada de tomates pasificados y sardina ahumada con ensalada de escarola; croquetas de calçots con salsa romesco o arroz del delta del Ebro en la carbonara con falso huevo frito.