Ivan de Cristobal
El profesor, publicista y escritor Iván de Cristóbal, que ha publicado recientemente 'Sala de espera'.
EL BAR DEL POST

Iván de Cristóbal: El objetivo de inspirar

Dos mujeres. Una, una médica acusada de haber salvado la vida a una Testigo de Jehová y a su bebé a través de una transfusión de sangre, y ahora se te va a caer el pelo. La otra, una mujer de mediana edad, víctima de una estafa amorosa que halla en una extraña entrevista de trabajo el último asidero de una vida al borde del precipicio. Estos son los ingredientes de Sala de espera (Alrevés), la novela de debut que, como tantas novelas de debut, su autor, Iván de Cristóbal, llevaba dentro. 

“Risto Mejide y otros cuatro amigos comunes me organizaron una intervention, y amenazaron con negarme el saludo si no ponía negro sobre blanco esta historia”, explica a pie de barra mientras la atómica versión del Oye cómo va por Carlos Santana acompasa la degustación de un vermú rojo de media mañana.

Director de una agencia de publicidad, profesor de comunicación en La Salle y articulista y profesional de referencia en el ámbito de la estrategia de marca, el escritor tuvo que encontrar tiempo para dar forma a su historia, y para ello se refugió en una buhardilla que tiene en la Vall de Lord, donde por fin pudo escribir este relato, “y donde me muero de ganas de volver para no parar de escribir”, confiesa a propósito de su siguiente novela, “que estoy arrancando y tiene ya estructura y primeros capítulos”.

—Estás metido en frentes muy distintos.

A Iván de Cristóbal se le dibuja una sonrisa en el rostro. “Yo me considero un contador de historias —replica—. Siempre lo he sido. Desde que empecé a trabajar como estratega en grandes consultoras, cuando escribía y rodaba cortometrajes, cuando inicié mi etapa de publicista, cuando ejerzo de profesor en la universidad y ahora como escritor de novelas”. Sorbe un buen trago de su vermú.

—Más que de comunicar, trato de inspirar. Y a veces lo consigo— remata.

Escuela de celuloide

Antes de convertirse en un renombrado publicista que trabaja con marcas de referencia en sectores como el deportivo, el energético o el tecnológico, Iván ya narraba a través del cine, dedicándose a guionizar y dirigir varios cortometrajes.

Un momento de aquella etapa que recuerda con gran cariño es “cuando estrenamos en el ESCAC mi primer mediometraje en ocho milímetros, una historia muy similar a la de Tesis. Eso sí, cuando dos años después Alejandro Amenábar estrenó su ópera prima, pude descubrir la diferencia entre pasión y talento”. 

Iván de Cristóbal
El publicista, profesor y escritor Iván de Cristóbal.

Sea como sea, aquella escuela de contar historias plasmándolas luego en pequeños pildorazos de celuloide le valió varios premios internacionales y se diría que, durante esa etapa, el parroquiano cumplió con creces ese objetivo vital suyo de inspirar.

Luego, ya, derroteros más o menos inescrutables lo llevaron hacia otras latitudes desde las que seguir inspirando, con el orgullo de alcanzar el que para él es un gran momento de inflexión: “Cuando el famoso y ya citado publicista de gafas oscuras me pidió entrar en su agencia como director general, si es que este señor llegó a pedir algo nunca, dándome el empujón que necesitaba para cambiar la estrategia por la planificación; la consultoría por la comunicación”. 

Casa

Para el escritor, “Barcelona es casa: la ciudad que me vio nacer y que, veinte años después, vi renacer. Y es donde está mi familia”, afirma liquidando su vermú y pidiendo un Suntory con hielo.

“Una de mis pasiones es caminar por sus calles, sus plazas y sus parques —prosigue—, escuchando el último podcast sobre cine o un buen disco de los años 60 o 70. Trato de no repetir trayecto y, así, descubrir nuevos lugares. Le tengo un especial cariño al Mercat de Sant Antoni, el último reducto del coleccionista y uno de los recuerdos más bonitos que conservo de mi niñez junto a mi padre”. Así surca los innumerables recovecos callejeros de esa gran casa de la que, eso sí, “como en cualquier gran ciudad, me molesta el incivismo de algunos de sus habitantes. Esa falta de empatía de aquellos que se creen que viven solos”.

'Sala de Espera' de Iván de Cristóbal.
La recién publicada novela Sala de Espera de Iván de Cristóbal.

De fondo, Santana se emplea con el Samba pa ti, y se hace un breve y reverencial silencio para disfrutar del punteo del prodigioso guitarrista jalisciense y de su banda.

—En otro orden de cosas, el mediodía está ya a la vuelta de la esquina, por si quieres quedarte a comer un menú, un bocata o alguna ración o plato combinado…

Y ahí, como en tantos otros frentes vitales, Iván de Cristóbal lo tiene bien claro:

“¡Ración! Nunca pido nada de comer que sea susceptible de presentarse en una foto”, afirma. Y, risueño, añade: “Como soy más bien de dulce, si después hay copa, pediré un Sauternes”.