La creatividad en el universo gastronómico parece no encontrar límites y su efervescencia se materializa ahora con la primera edición de la Food Design Week que llega estos días con un programa especial de actividades para acercar el food design a la ciudadanía. Hasta el sábado 30 de octubre y englobada dentro de la Barcelona Design Week’21 City Festival, la ciudad se convierte en el punto de encuentro de diferentes agentes que trabajan en esta disciplina creativa. Todo ello en una apuesta por la fusión entre dos mundos interconectados como es el de la comida y el diseño, a partir de productos, servicios o prácticas que dotan a los alimentos de nuevos significados y emociones.
Sin dejar de lado el valor nutricional y poniendo cada vez más énfasis en la sostenibilidad, el real food, la calidad y la salud, el food design engloba una amplia gama de área de trabajo donde tanto el continente como el contenido son objeto de análisis y redefinición. Desde la cocina molecular a creaciones para la manipulación de alimentos, pasando por obras de diseño comestibles, entre otras, el food design ahonda en busca de nuevos valores para aquellas experiencias que giran alrededor del arte de la gastronomía. Con la voluntad de explorar con los cinco sentidos, la Food Design Week contará con talleres, exposiciones y charlas para todo tipo de públicos, ya sea familiar, profesional o gente interesada en el mundo culinario.
La Galeria Il·lacions (La Rambla, 130), uno de los espacios clave durante esta Barcelona Desing Week’21, ha sido el marco donde ha tenido lugar Vom Edible Cloud, una experiencia de gastronomía y mixología aumentada donde, con la colaboración de la plataforma creativa Plat Institute, se ha explorado hasta qué punto puede revolucionarse la forma en la que comemos. Todo ello partiendo de una técnica para encapsular sabores y aromas en nubes voladoras comestibles que se pudieron analizar la tarde de este jueves. “La creatividad y la innovación deben ser nuestra bandera, por eso es muy importante poder desarrollar innovación disruptiva desde fuera de las empresas privadas, sin que esta sea percibida como un peligro para el negocio principal de estas compañías. La idea es transformar nuestro modelo de vida y de negocio para poder hacer de nuestra tierra un territorio de cultivo de talento. Y ello lo hacemos con la brújula girando entorno al mismo norte: generar futuros regenerativos”, apunta Ignacio de Juan-Creix de la plataforma Plat Institut, creadora del taller.
El food design ahonda en busca de nuevos valores para aquellas experiencias que giran alrededor del arte de la gastronomía
Tomando como punto de partida los desperdicios que se generan en el día a día y con el foco puesto en las mascotas de la casa, el martes 26 de octubre en LEKA Poblenou (Carrer Badajoz, 65) se llevará a la práctica el taller Snack para mascotas circular, donde los asistentes aprenderán a hacer aperitivos a partir de desperdicios comestibles reutilizados como materia prima para la alimentación de animales de compañía.
La Muriel, entre tapas food design, cervezas y talleres creativos
Otro de los grandes escenarios de la Food Design Week es el bar La Muriel (Carrer de Verntallat, 30). En pleno barrio de Gràcia de Barcelona, el establecimiento acoge una serie de talleres y experiencias que ahondan en la relación entre diseño y alimentación, desde diferentes puntos de vista. Profundizar en los usos responsables y las nuevas tendencias en un material como el plástico es parte de la esencia del Workshop para hacer bioplástico que se llevará a cabo el viernes 29 de octubre en La Muriel de la mano de Elisava y el proyecto de Berta Daina AGRO, donde se crearán biomateriales a la vez que se pondrá énfasis en sus beneficios así como en sus múltiples posibilidades. El taller, además, busca dar valor al reciclaje, así como entender el food design como un agente clave para el cambio.
Ese mismo escenario se convertirá durante cuatro días en el epicentro para la degustación de food design. Del miércoles 27 al sábado 30 de octubre, con la consumición de una cerveza, se servirá gratuitamente una tapa creada por el chef Xavi Morón de Hidden Factory Barcelona. “El food design lo entiendo como una confluencia transversal de disciplinas y profesiones que al sumarlas pueden generar experiencias transformadoras, enriquecedoras y deliciosamente expresivas”, afirma el propio Xavi Morón.
Bajo el nombre The mindfulness mushroom, la creación está inspirada en el lema de la Barcelona Design Week Think, design, act (piensa, diseña, actúa), y presenta forma de cerebro a partir de paté vegano de ceps y melena de león. “En una propuesta de food design nunca puede faltar comida, comida que cuente una historia, que nos alimente no solo el estómago ni tampoco únicamente la vista. La comida es un transmisor poderoso de mensajes, así como un gran transformador social. Por eso hay que respetarla y mirar muy bien lo que tenemos en la punta de nuestros tenedores”, añade Morón.
Sin dejar La Muriel, el propio miércoles 27 de octubre, se imparte The Zero Waste Workshop, un taller organizado con la colaboración de Archicookture, donde arquitectura y gastronomía se fusionan para crear propuestas culinarias con el uso mínimo de residuos. Alexa Trilla de Archicookture hace hincapié en la importancia de conocer los orígenes de aquello que comemos. “Debemos valorar todas las horas, días e incluso años que tardan los productos en estar listos hasta llegar a nosotros. Debemos ser conscientes de ello e intentar utilizar todas las partes del producto al máximo, intentando reducir los residuos. Comprar productos de temporada, dar el valor que se merecen los productos y productores y reducir al máximo los embalajes innecesarios”.
Tomar conciencia de los problemas climáticos y ambientales y valorar la importancia de utilizar únicamente los materiales e ingredientes necesarios es la finalidad de este taller donde la cocina mediterránea y los rituales gastronómicos “donde poder dar valor y realzar los pequeños detalles que forman parte de la acción de comer (espacio, luz, decoración, materiales, ingredientes …)”, tal y como apunta la propia Trilla, darán juego a una experiencia zero waste (libre de residuos) pensada para disfrutar con los cinco sentidos y para redescubrir la gastronomía desde otro punto de vista.
El ser humano y su entorno
El jueves 28 es el turno de la obra Privilegio de una falsa abundancia, donde a través de una charla entre el artista Nicole Vindel y Ane Guerra, se pone en cuestión la relación natural del ser humano con nuestro entorno, así como el privilegio de nuestros estándares de vida partiendo de recursos esenciales, pero no infinitos, como es el caso del agua. El evento consta de la exposición de la obra y plantea un diálogo abierto con los visitantes sobre su trasfondo.
Como colofón a toda esta intensa actividad, La Muriel acoge el sábado 30 de octubre Future Food Scenarios Workshop, una sesión pensada para re-imaginar, mejorar, y redefinir el futuro del food design, creando nuevos escenarios. El taller, a cargo de Creative Food Studio Bcn by Elsa Yranzo, invita a la reflexión a través de diferentes proyectos artísticos y a la acción, mediante el diseño especulativo, la disciplina que trata de hacer tangibles posibles escenarios futuros y alternativas del presente y donde la gastronomía sostenible parece jugar un papel clave.
A la hora de plantearse qué ingredientes son claves para conseguir una buena receta de food design, la propia Yranzo reconoce como fundamental “tener una actitud abierta, curiosa, tener una visión holística, una gran perspectiva, escuchar, entender muy bien el pasado, trabajar en equipo… sin olvidarnos que el objetivo es satisfacer las necesidades humanas y mejorar la relación que mantenemos con los alimentos, ya sea para conectar mejor con nuestros cuerpos, gustos, salud, medio ambiente, así como con la cultura y el entorno”. Como bien apunta la propia Yranzo “al igual que la sociedad evoluciona, la comida que es un bien cotidiano, esencial y básico, también debe evolucionar”. Y en este sentido, la disciplina que durante esta semana puede disfrutarse en el Food Design Week busca enfocar la creación culinaria hacia otros puntos de vista más sensoriales, experimentales y claramente sostenibles.