Recetas milenarias, productos de proximidad y experimentación. Estos son algunos de los ingredientes que hacen de la cocina catalana una de las mejores del mundo, y así lo certifican sus 77 estrellas Michelin o que tres de sus restaurantes hayan sido considerados como los mejores del mundo —El Bulli, El Celler de Can Roca y Disfrutar—, unas cifras que avalan la calidad de esta gastronomía. Además, Catalunya ha sido escogida como Región Mundial de la Gastronomía del año 2025, convirtiéndose en la primera región europea en recibir esta distinción. “La fusión de tradición e innovación hacen que la gastronomía catalana viva hoy el mejor momento de toda su historia”, considera la directora de la Agencia Catalana de Turismo, Arantxa Calvera.
“Como catalanes, nos falta un punto de autoestima ya que no somos conscientes de la riqueza de nuestra cocina y de nuestros restauradores”, lamenta el presidente de la Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició, Carles Vilarrubí. Confía que la distinción como Región Mundial de la Gastronomía se convierta en “una oportunidad para proyectar nuestra historia y nuestra gastronomía, que son una parte intrínseca de nuestra identidad”.
El jurado internacional del Instituto Internacional de la Gastronomía, Cultura, Artes y Turismo (IGCAT), quién otorgó a la restauración catalana este reconocimiento, valoró la calidad de la materia prima, así como la dedicación y pasión de sus restauradores. Para celebrar esta distinción, desde el Govern, con la colaboración de los tres socios impulsores —El Bulli Foundation, la Fundació Alícia y la Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició— se desplegarán más de una cincuentena de iniciativas a lo largo de este año. Con un presupuesto inicial de 15 millones de euros, el objetivo es difundir el patrimonio agroalimentario catalán tanto dentro del territorio como en el ámbito internacional.
Entre la batería de acciones, se incluyen encuentros con expertos y cocineros internacionales, programas educativos para promover hábitos saludables o la creación de series de ficción sobre la cocina catalana. Además, a través de la iniciativa 12 meses – 12 paisajes gastronómicos se reivindicará la riqueza de los ingredientes y de los paisajes catalanes. El mes de enero, por ejemplo, los calçots y los frutos secos fueron los protagonistas y este febrero la atención se focaliza en los embutidos tradicionales. “Tenemos una gran diversidad de país, en muy pocos kilómetros cuadrados tenemos mar, delta, secano, huerta, árboles fruteros, montaña… Sin este producto propio no hay cocina propia y de calidad”, expresa Vilarrubí.
“Además de estos ingredientes de kilómetro cero excepcionales, también contamos con restauradores revolucionarios, que transformaron no solo la cocina catalana sino también muchas cocinas del mundo, introduciendo el menú degustación, las esferificaciones o la cocina a baja temperatura”, enfatiza Calvera. La directora de la Agencia Catalana de Turismo considera que una de las características que hacen que la gastronomía catalana viva el mejor momento de su historia es el hecho que hay relevo generacional y transmisión de conocimientos entre restauradores, y que “la nueva generación de jóvenes chefs todavía revolucionan la cocina, apostando por la tradición pero con una constante experimentación”.

Un ejemplo de esta nueva generación de restauradores es Marta Minoves, mejor cocinera joven de Europa en el Young Chef Award 2024 por su interpretación de las patatas enmascaradas de la yaya Marta, una receta innovadora, pero con respeto hacia la tradición y sus raíces. “Las patatas enmascaradas forman parte del recetario catalán, a pesar de que cada vez es un plato menos conocido; quería hacer un homenaje en mi territorio, el Berguedà, así como a los campesinos y productores de la zona”, afirma Minoves.
Durante la celebración de de la Región Mundial de la Gastronomía, también se crearán nuevas infraestructuras para difundir las características de la enogastronomía, como l’Espai Vi – Centre d’Interpretació Enogastronòmica de Falset o el Espai Cuina i Mar en l’Ametlla de Mar, un centro de difusión de la cocina con base de pescado y marisco. Además, 2025 también será el año de la puesta en marcha del Canal Aliments, una plataforma digital para dar a conocer la tarea del sectores agroalimentario catalán.

El propósito de estas acciones es difundir los rasgos diferenciadores de la cocina catalana pero también conseguir, en palabras de Calvera, que “Catalunya sea considerada un destino de referencia y la enogastronomía sea un valor añadido a la hora de viajar a nuestro territorio”. Por este motivo, se desplegará una intensa campaña de comunicación y la gira internacional Som Gastronomia World Tour para presentar la cocina catalana en mercados internacionales de la mano de 30 embajadores de renombre como chefs o productores. La gira se centrará en aquellas regiones y países que pueden atraer a potenciales visitantes, ya que es un tipo de turismo que “genera un 20% más de gasto que el viajero convencional, y puede viajar también fuera de temporada”, explica la directora de la Agencia Catalana de Turismo.
Esta campaña de difusión ya se inició a Madrid en el marco de la feria internacional de turismo Fitur, y hará parada durante este año en San Sebastián, Vigo, València, Sevilla, pero también en China, Japón, México, Alemania o el Reino Unido. En esta gira no solo se difundirá la gastronomía sino también los atributos de los vinos catalanes y es que más de 400 de las 920 bodegas de Catalunya ya se han abierto al turismo.
Des del Govern confían que esta cincuentena de iniciativas para celebrar la distinción de Región Mundial de la Gastronomía este 2025 consigan “el reconocimiento internacional de una realidad que nadie niega, y es que la cocina catalana es un referente mundial”, expresa Vilarrubí, que añade que “en tiempos convulsos, la gastronomía es un punto de diálogo y un elemento transversal extraordinario”. “Somos un territorio muy potente, con una riqueza gastronómica, cultural y paisajística excepcional, tenemos todos los ingredientes para situar nuestra cocina en un lugar destacado en todo el mundo. Hay que fomentar este orgullo, apoyar a los productores locales y seguir transmitiendo nuestro legado a las nuevas generaciones”, concluye Minoves.